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miércoles, 15 de enero de 2020

El miedo, tierra abonada para el mal

El Miedo, tierra abonada para el mal.



"El valiente vive,
mientras el cobarde quiere"
Dicho popular

No es noticia que la violencia en México y el mundo no sólo parece no tener fin sino que además parece ir en aumento.

Mérida, se proyecta como una de las ciudades más seguras del mundo, sin embargo no está exenta de sorpresas. Basta una ojeada a los principales periódicos locales para notar los efectos de las drogas y el alcohol.

De todas las tragedias acontecidas cada día las que más causan revuelo y de alguna manera van dejando cierta "paranoia" en la población, son los asesinatos,  secuestros y desapariciones de niños, jóvenes y adultos. En lo personal, los secuestros son los que más desconcierto producen en mí ya que es bien sabido que los secuestradores muchas veces son familiares de los afectados.
¿Qué clase de persona puede anteponer sus intereses económicos a los lazos familiares?
¿Un enfermo mental? ¿Una persona con una clara inversión de valores? ¿Un ignorante?¿Una mezcla de todo o todo es simplemente lo mismo?

Definitivamente, es muy arriesgado y complejo achacar la causalidad de todos los problemas a un sólo factor, eso es precisamente el problema de las ideologías que hoy nos intoxican, pero será útil identificar y señalar algunos componentes del complejo círculo vicioso en que nos movemos todos los días.

La falta de educación es y será el primer punto a señalar, sin embargo, no es el único ya que de lo contrario no tendríamos por poner un ejemplo, doctores en economía, en puestos clave del gobierno siendo cómplices de los consabidos saqueos de siempre sin importar los colores de partido. Junto con una buena educación será necesario una también muy buena formación en valores, teniendo en cuenta que los valores la única forma de enseñarlos o aprenderlos es a través del ejemplo. ¿cómo enseñar valores en un hogar donde el alcoholismo causa estragos?¿Cómo romper ese círculo?

Para ayudar a salir del vicio a tantas personas será primordial trabajar en políticas que se enfoquen en la salud mental de la población.

No sólo el alcoholismo o la drogadicción nos están diciendo que algo no está bien, el índice de suicidios sobretodo en nuestro estado nos está gritando muy alto que definitivamente algo está muy mal.


Para no extenderme demasiado, no me detendré a comentar más factores que entran en juego y me limitaré a mencionarlos: la música, los programas de televisión, las películas y videojuegos cuya mención ha herido la sensibilidad de sus fans. Paso enseguida al tema que me motivó a escribir esta mañana.

Hace unos años, había sucedido aquí en Mérida Yucatán, algo cuya noticia nos sacudió, uno o dos asesinatos en una plaza comercial y recuerdo muy bien que el domingo siguiente, el sacerdote en la homilía habló del tema y dijo:
 "... esas personas quieren que vivamos con miedo, pues no, no debemos tener miedo, no podemos quedarnos encerrados en casa, hay que salir y convivir con la familia..."


Un poco más atrás de aquello ocurrido en la plaza, habían asesinado a un amigo en Cancún por defender a su mamá de unos ladrones.

¿Cómo entonces vivir sin miedo?


Llevo todo ese rato pensando en el tema porque definitivamente sé que tiene razón el sacerdote, no hay que tener miedo, lo dice muchas veces el Evangelio, por lo menos entonces para nosotros los cristianos no debería ser opción vivir así.

San Juan Pablo II también lo repitió muchas veces: !No tengan miedo¡ !No tengan miedo¡!No tengan miedo¡

¿Pero y si me matan como a mi amigo?


Precisamente ese es el asunto con el miedo, así es como funciona, se retroalimenta y autosustenta. Para que el secuestro, la trata de personas, la venta de órganos, los asaltos en la calle sea "negocio" se requiere que los demás tengamos miedo.


Pero pensemos fríamente:

Si secuestran a alguien, lo más probable es que, sobretodo si es un familiar, la víctima identifique la voz, o en un descuido vea el rostro de los malhechores o los identifique por su complexión y por lo tanto al final decidan que el secuestrado no deba vivir. Resultado: muerte

Pero esta muerte, si se consiguió el dinero sólo será un incentivo para seguir con el "bisnes"

Y ocurre lo mismo con cualquier otra situación, un asalto en la calle, un robo en el banco o en la tienda de la esquina.

Siempre que el delincuente obtenga lo que buscaba habrá un muerto o varios o bien heridos. Siempre  que los  demás seamos indiferentes los actos delictivos serán "exitosos" y la probabilidad es que vayan en aumento.

Si de todos modos habrá daño, ¿qué tal complicarle las cosas a los delincuentes?

¿Qué tal que veas en la calle un levantamiento y todos los que estemos ahí o varios, nos metamos?
¿Qué tal hacer bulla?

Si vencemos el miedo, es cierto, es probable que haya heridos o también muerte, pero cuando los musulmanes tomaron prisioneros a los cristianos y los cristianos fueron a recuperar esos territorios pero sobretodo a rescatar a los prisioneros seguro hubo también muertes.

Muchos policías y militares mueren en el cumplimiento del deber. Esas muertes serán igual de dolorosas, pero a diferencia de las otras, mientras más valientes surjan el negocio será cada vez menos rentable,  hasta que no sea negocio seguir delinquiendo.

Obviamente sé cómo suena lo que digo sin embargo repito el miedo no es cristiano.

«Y no temáis a los que 
matan el cuerpo, pero 
no pueden matar el alma; 
temed más bien a Aquel que
puede llevar a la perdición alma
 y cuerpo en la gehenna."
Mateo 10,28

Y de hecho, dar la vida por el otro sí lo es y es un modo tan cristiano de ser que en el caso de morir en el intento de ayudar a otro hermano es importante recordar que los mártires van derechito al cielo.

¿Cómo encontrar Cristianos así de viriles en una generación de cristal? ¿No será parte de la estrategia acabar con esa masculinidad supuestamente tóxica que sería el remedio de tantos males?

"Mas, aunque sufrierais a causa
 de la justicia, dichosos de vosotros.
 No les tengáis ningún miedo
 ni os turbeis."
I Pedro 3,14


Pero no piensen que cuando hablo de miedo, hablo de un sólo tipo, el miedo a morir o a ser asesinado sino a todos los tipos. El miedo a ganarse la vida haciendo aquello que nos hace verdaderamente felices aunque no nos hagamos millonarios, no hay que temer a las dificultades, no hay que temer al fracaso, ni al dolor.

No tengamos miedo de hacer amigos, de decir lo que sentimos cuando lo sentimos sin almacenar rencores por años.

No tengamos miedo de reconocer que hay gente a la que queremos mucho. Digámoslo, podríamos estar evitando o ayudando a superar una depresión o un suicidio.


No tengamos miedo de reconocernos a veces, quizá muchas, débiles, necesitados de afecto y no tengamos miedo de pedir un abrazo o pedir un buen par de oídos que alivien la pesada carga que llevamos.


"La corrupción es una forma
 de cobardía, es falta de coraje
 para someter y ordenar la propia
 libertad y un virus letal para
 el desarrollo de la sana convivencia"
Ramiro Medina (MEJORAM)

El miedo a ser cada vez mejor, la cobardía de realizar un detallado examen de conciencia  ante la posibilidad de encontrar nuestros defectos también puede ser un factor que poco a poco sume a los grandes males que aquejan a la humanidad, de modo que tampoco debemos tener miedo a recapacitar y pedir perdón en aras de una sociedad emocionalmente más sana.

No tengamos miedo de vivir con coherencia y de exigir a aquellos que vienen de fuera a quedarse, que adopten nuestras buenas costumbres, que dejen las malas fuera y aprendamos lo bueno que traigan.

No tengamos miedo de ir de metiches ahí donde se necesite denunciar el mal, el robo, el fraude, el abuso, la extorsión. No tengamos miedo de defender a los hijos dd otros, de protegerlos como quisiéramos que hagan con los nuestros, no temamos defender al hermano o hermana de otros, o al padre o madre, de otros. 

No tengamos miedo de manifestar públicamente tolerancia cero al mal. Aseguro buenos y prontos resultados. 

¿Utopía? Qué triste que al final lo sea. Tan triste como salir a la calle y cuestionarnos ¿Por qué necesitamos pasos peatonales, semáforos, policías, topes, etcétera? ¿No nos da la inteligencia para el sentido común? Qué triste. 

Pero no olvidemos que no estamos solos, permítanme traer a la memoria dos pasajes importantísimos del Evangelio:

"Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra."
Juan 18,6


"Díceles: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?» Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza."
Mateo 8,26

Sin más, no tengamos miedo.

Ramiro Medina MEJORAM
Predicador Católico
15/01/2020



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