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domingo, 28 de abril de 2019

¿Por qué no música protestante?

¿Por qué no música protestante?



Seguramente conoces algunas canciones muy hermosas y probablemente alguna sea de tus favoritas y de pronto ves una publicación que dice: estos cantos NO SON Católicos y sientes que alguien te ha agredido y ves en esa advertencia a una especie de ladrón que en segundos "te ha robado todo".

A lo  mejor ese no sea tu caso, sin embargo te has visto en medio de una larga y tediosa discusión sobre los por qué de esa música, ya sea que estés a favor o en contra, la discusión parece interminable.

¿Qué diremos de esto?


Hay mucho que decir, haré un esfuerzo por presentar de manera ordenada algunas consideraciones pertinentes aunque no prometo que sea un texto corto.


Y hablando de textos cortos, comencemos precisamente con eso.


No es una sorpresa que diga que la lectura no es un hábito muy arraigado en nuestra época, a pesar de estar frecuentemente bombardeados de información, esta la recibimos de lo poco que leemos en encabezados, memes, mensajes cortos por  Whatsapp y definitivamente de un coro repetido hasta el cansancio en medio de una "canción" cuyas letras en la actualidad son paupérrimas en todos los sentidos.

No sólo leemos poco, además con muy poca comprensión. De modo que lógicamente tampoco tenemos el hábito de formarnos en el conocimiento de nuestra fe y entre los pocos que sí lo hacen hay un alto índice de falta de comprensión lectora ya que los temas teológicos son muchas veces complejos.

Entre las asignaturas que no leemos, está todo lo relacionado con el Magisterio de la Iglesia respecto al tema de la música sacra, de donde se desprenden a su vez dos asuntos que vale la pena recalcar: en medio de actividad evangelizadora he encontrado junto a las deficiencias ya señaladas en cuanto a lo que a formación doctrinal se refiere, una gran desconfianza hacia el Magisterio de la Iglesia, fruto a su vez de la ignorancia, ya que entre laicos muchas veces no sabemos de la impresionante coherencia interna del Magisterio de nuestra Madre la Iglesia, muchos no la ven como lo que es: Madre y Maestra. Quitado este desconocimiento el debate sobre casi cualquier tema sería prácticamente imposible, sencillamente porque puesta la confianza en la credibilidad de nuestra Madre, la escucharíamos y obedeceríamos sin mayor problema.

Ah, pero surge entonces el segundo asunto, hoy hablar de obediencia puede resultar en extremo chocante, tan devaluado está el concepto de libertad que obedecer suena a esclavitud. A eso añádale altas sobredosis de soberbia.


Lo diré de otro modo: no sabemos que la Iglesia es nuestra Madre y Maestra, lo que nos dice tiene credibilidad por muchas razones que no detallaré aquí, como no sabemos esto, no confiamos en ella y además somos una generación que habiendo sido esclavizada por un concepto equivocado de libertad somos incapaces de obedecer a esta Madre y dada nuestra soberbia, también nos enorgullecemos de no dejarnos enseñar por nuestra Maestra.


Sirva lo anterior para apelar a la lógica y pasemos a otras consideraciones.

Sentimentalismo.

Ese el peor de los argumentos a favor de la música protestante. Pasa por alto que la música protestante tiene teología protestante, que no pocas veces esa teología es opuesta y hasta agresiva con la nuestra. Pasa por alto que como ya mencioné anteriormente la mayoría de nosotros ni siquiera distingue la teología contenida en ella. Si  no sabemos teología ¿cómo sabemos qué teología tiene o no tiene y si es contraria a mi fe?

No es de extrañar que entre quienes defienden la música protestante se hayan personas que critican el estudio de filosofía y teología en las aulas de los seminarios, apelan a una supuesta sencillez (además de  homogeneización y buenísmo) en la predicación de Jesucristo como si hubiera hablado igual con los fariseos que con sus apóstoles; con la hemorroísa que con la Samaritana; con el paralítico de la piscina de Betesda que con la Sirofenicia.

Es cierto que Pablo dijo: "Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche y no alimento sólido, pues todavía no lo podíais soportar. Ni aun lo soportáis al presente;..."
I Corintios 3,1-2

¿No el mismo Pablo menciona a los espirituales?

Ven en esta cita una justificación para permanecer estancados en lugar de una invitación a seguir creciendo, ya que el mismo san Pablo dice:

"Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño."
I Corintios 13,11

"Hermanos, no seáis niños en juicio. Sed niños en malicia, pero hombres maduros en juicio."
I Corintios 14,20

"Para que no seamos ya niños, llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce engañosamente al error,  antes bien, siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo,..."
Efesios 4,14-15

Y la carta a los Hebreos:
"Pues debiendo ser ya maestros en razón del tiempo, volvéis a tener necesidad de ser instruidos en los primeros rudimentos de los oráculos divinos, y os habéis hecho tales que tenéis necesidad de leche en lugar de manjar sólido.
Pues todo el que se nutre de leche desconoce la doctrina de la justicia, porque es niño.
En cambio, el manjar sólido es de adultos; de aquellos que, por costumbre, tienen las facultades ejercitadas en el discernimiento del bien y del mal.
Hebreos 5,12-14

No podemos quedarnos ni en lo bonito ni en el mero sentimiento que nos causen, pues seríamos doblemente ingenuos creyendo que es lo único que importa y que su autor tenía tan pocas expectativas de su trabajo.


Honor a quien honor merece.

Es cierto, tienen muy buenas canciones, sin duda, pero también hay muy buenas canciones católicas.

El tiro por la culata.

De hecho podríamos preguntarnos ¿Qué pasa con la música católica?

Por un lado está,  que desafortunadamente en el ambiente católico, no sólo pasa  lo que dije al inicio, es decir no sólo doctrinalmente evitamos prepararnos sino que la música católica resulta para la mayoría un pasatiempo, los grupos son aficionados y conformistas sin ganas de crecer en lo musical.

Nos justificamos con un: "diosito lo escucha bonito" y se acabó, quedan justificadas la apatía y la mediocridad.

Amor a la Iglesia

Otro aspecto muy importante es que la realidad del músico protestante es muy diferente a la del católico.

El músico protestante para empezar cuenta con el apoyo de la comunidad para tener una formación musical de alto nivel.

Luego, tienen el apoyo de la comunidad para poder dedicarse exclusivamente a su música.

En nuestra iglesia no existe ese apoyo, primero se regatea su trabajo, luego se da preferencia a músicos profesionales que no son Católicos practicantes para tocar en nuestras celebraciones siendo que deberían estar reservadas exclusivamente para Católicos.

Cuando algún valiente se decide a entregar su vida al Señor sirviendo en este ministerio, no podemos apoyar comprando sus discos en parte porque los católicos creemos que cobrar nuestro trabajo es malo y otros creen que todo lo Católico se tiene que regalar.

Lo mismo ocurre con escritores, pintores, escultores y predicadores.


Si amáramos a nuestra Iglesia nos apoyaríamos entre todos y tendríamos más arte católico de muy buena calidad.

Testimonio.

¿Y si la letra no dice nada malo?
Si un hermano con menos formación escucha estos cantos y le gustan, en el mejor de los casos preguntará ¿De quién es esa canción? La buscará, descargará y muy probablemente dé con otras canciones del mismo autor o grupo y no estaremos ahí para prevenir si las otras canciones tienen o dicen algo contrario a nuestra fe. En el peor de los casos no preguntarán y buscarán hasta encontrar otros grupos protestantes sin ninguna prevención al respecto y les habremos dado mal testimonio.

Qué lamentable que no tengamos criterio para ver todas las implicaciones, que no amemos lo suficiente a la Iglesia como para valorar sus tesoros y nos vayamos tras otros brillos que no son oro y ni siquiera amor suficiente para sostenerla.

Es decir, no es falta de humildad ni misericordia alertar sobre los peligros de escuchar esta música sino todo lo contrario, de hecho es una obra de misericordia corregir al que yerra.

Alternativas.

Sin afán de ser exhaustivo dejo aquí algunas sugerencias de cantantes o grupos católicos:

- Martín Valverde
- Athenas
- Daniel Poli
- Rafael Moreno
- Azeneth González
- Marco López
- Jesed
- Alfareros
- Cesareo Gabarain
- Brotes de Olivo
- Ixthys
- Siervas
- La voz del desierto
- Hna Glenda
- Sal solo
- Hermano Seamus
- Incienso
- Jon Carlos band
- Son by four
- Harpa Dei
- Iván Salazar
- y un larguísimo etcétera.




MEJORAM
28/04/19

domingo, 7 de abril de 2019

Y NO PEQUES MÁS

"Y no peques más"



Hoy hay tantos temas pendientes que no acabaríamos de hablar de ellos en varias semanas. Uno de tantos es el progresismo, de dónde viene el apócope «progre».

Los «progres» están haciendo mucho ruido, demasiado, con varios temas o subtemas que resultan polémicos de los cuales tan sólo señalaré uno de ellos.

El buenísmo, o falsa misericordia, se ha filtrado en la iglesia y como todos los temas de la agenda progre, son motivo de largas, estériles, cansadas y muchas veces dolorosas discusiones.

Ya hemos hablado en este medio sobre manipulación, sofismas y falacias. De modo que basta señalar que haciendo uso de falacias y "razonamientos" sofistas, promueven una idea equivocada de tolerancia y una falsa misericordia.

Decía en el escrito anterior que es posible perdonar todo,  es posible perdonar siempre, no es fácil, pero es posible. Sin embargo, el perdón no es algo que podamos imponer.

Puedo no ser reconroso en general sin embargo ante una actitud recurrente en la que el otro no tiene intención de enmendarse o reparar el daño es preciso ser astuto. Es decir, si alguien tiene la mala costumbre de dañar o molestar, uno no puede simplemente quedarse cruzado de brazos. Es necesario alejarse, tomar distancia y si en algún momento la otra persona se arrepiente, se disculpa y se compromete a que en adelante evitará la actitud anterior hay que perdonar por supuesto.

Esto no me lo estoy inventando, echemos un repaso a la parábola del Hijo pródigo, pecó, se alejó y en ningún momento se entiende que el padre lo obligue a volver, no se  ve al padre yendo por él a imponerle el perdón, ha sido el hijo quien reaccionó, se dió cuenta de su error, recapacita y se da cuenta de que no tiene sentido vivir así, enemistado con Dios y su padre.



"Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!
Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti."
Lucas 15,17-18

El perdón es algo gratuito mas no sin compromisos. Veamos qué le dice Jesús a la mujer encontrada en «flagrante» adulterio:


Jesús se incorporó y le preguntó:

-Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado?

Ella contestó:

-Ninguno, Señor.

Jesús dijo:

-Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más. Jn 8,10-11

La progresía parece tener dificultades para leer completo este texto omitiendo la frase final: "y no peques más".


Los católicos, no odiamos, no deberíamos odiar a nadie, deseamos o deberíamos desear la salvación de todos. Tenemos pues, que hablar de la misericordia y también de la conversión. Dios espera a todos en el confesionario y a todos les hace la misma exhortación: "no vuelvas a pecar"


No es odio, es tan solo una exigencia lógica primero para el bien de la propia persona ("el que peca, a sí mismo se hace daño." Eclo 19,4) y luego por respeto a quien se ha agraviado.

No es odio, es la misma exigencia para todos, el ladrón, el mentiroso, el adúltero y el homosexual.


Es lo mismo para cada uno de nosotros, sea cual fuere nuestro pecado.

Esta Cuaresma ¿Has hecho un buen examen de conciencia o te has justificado aprovechando algún "argumento" buenista?

MEJORAM
Predicador Católico
08/04/19

lunes, 1 de abril de 2019

El Hijo que conocía muy bien a su Padre




Este domingo hemos escuchado la parábola del Hijo Pródigo que mucho se ha dicho debería llamarse del padre misericordioso.
Yo creo que está bien que se llame del Hijo pródigo, primero porque me resisto a querer corregir al Espíritu Santo que permitió se llamase así y en segundo lugar porque el tema de la parábola es la conversión.

No pretendo decir ninguna novedad al respecto, ojalá fuera el caso, pero se hará la Voluntad de Dios en esto como en todo. Ya mucho se ha hablado con sabiduría y pedagogía muy superiores a la mía, de esta y de todas las parábolas, pero quisiera en este tiempo del buenismo, resaltar precisamente lo que los buenistas omiten.

Y es que la parábola inicia con un grito silencioso: “No puedo esperar a que te mueras”. Si esto no es la más grande ofensa y pecado de toda la parábola ¿qué es? “No puedo esperar que te mueras, dame mi parte de la herencia.”

¿Y si no habían pensado darle nada de herencia?
Ah pero este hijo conocía muy bien a su Padre.

Si lo ofendo pidiendo la herencia, ni se hará el ofendido y además me la dará.
No es un padre tonto, tiene que ser un padre muy hábil en los negocios, tiene herencia para repartir, tiene criados.

Es un padre que sabe, que conoce a la gente, sabe que el Hijo está cometiendo un grave error. Pero al mismo tiempo sabe lo que pasará porque le ha procurado una buena educación, pero este Hijo ha confundido la libertad, ha sido seducido por una idea del mundo que algún amigo le vendió.
Este Hijo se fue, siguió pecando, hizo todo lo que para su cultura y civilización era considerado lo peor: irse de casa, irse a un país extranjero, vivir una vida disipada, gastar el dinero con malas mujeres, criar cerdos…

Pero ese Hijo conocía muy bien a su Padre, sabía que ahí en su casa, hasta los criados vivían bien.
Este Hijo conocía muy bien a su Padre, le había educado con buenos valores, por eso recuerda que no sólo lo ofendió a él, sabía que primero había pecado contra el cielo.

Pero este Hijo, sabía que su Padre ya sabía que pediría volver, él lo educó, lo conocía muy bien.
Este Hijo conocía muy bien a su Padre, sabía que si le daba a entender que su educación fue buena y que él y sólo él había fallado al ignorar sus valores, el Padre ni siquiera escucharía, lo abrazaría y lo aceptaría de nuevo. Si no, ¿para qué molestarse en volver?

Este Hijo, antes de su rebeldía, conocía muy bien a su Padre quizá por eso tuvo el atrevimiento de abusar de la confianza, eran buenos amigos.
El Hijo, basado en este conocimiento se arma de valor, reconoce su culpa, se arrepiente y emprende el regreso. Ha aprendido la lección.

La Parábola no lo dice, pero es lógico que antes y mientras estuvo alejado, el Padre tuvo gente cerca de él, que le aconsejaban, le invitaban, pero mientras tuvo recursos, no tuvo oídos para nadie que no estuviera “de su lado”, luego le habrán perdido la pista, el Padre esperó día y noche, a cada rato se asomaba con esperanza, quizá será hoy, quizá mañana, pero volverá. Este Padre,  conocía muy bien a su Hijo. Le conocía mejor que el Hijo a sí mismo.


"Todo me ha sido entregado por mi Padre,
y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre,
ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo,
y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
Mt 11, 27



Qué difícil es que alguien que no conoce al Padre le busque después de haberse alejado, es difícil para muchas personas tener una sana relación con Dios tan sólo por no haber tenido una buena relación con su Padre.
He conocido mucha gente que no va a la Iglesia, no porque no sea consciente de que lo necesita sino porque cree que será rechazada. No conocen al Padre.

Pero tampoco conoce al Padre aquel que crea que para ejercer la misericordia hay que obligarnos a perdonar a quien no quiere perdón y con esto no me refiero a que no podamos perdonar todo a todos, es posible, para algunos será más difícil que para otros, pero es posible perdonar todo de corazón, pero no puedo obligar a quien no tiene propósito de reconciliarse con uno o con Dios a ser perdonado y a aceptar que todo está arreglado.

Tanto en esta Parábola como en la de la mujer adúltera, en el relato de Zaqueo siempre es el pecador el que busca el perdón. No es el Padre, no es Jesús quien ha ido a imponerle el perdón. Es un acto de la Voluntad, ponerse manos a la obra, moverse, ir a pedir el perdón y entonces sí Dios, el Padre de la Parábola, el sacerdote y cualquiera de nosotros podemos decir: “ánimo, tranquilo, tranquila, aquí no ha pasado nada”, “te perdono”, “te amo”, “borrón y cuenta nueva”.
¿Y quién conoce al Padre? Jesucristo, y aquello a quienes Él se los quiera revelar. Y ¿a quienes se los revela? A quienes conviven con Él:

"Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre;
 desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.»
Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe?
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"?"
Jn 14,9

Es en la oración donde conocemos a Jesús, en el trato diario y frecuente, en la lectura de las Escrituras y el Magisterio de la Iglesia, discúlpenme que diga sólo Magisterio, pero aclaro que siempre que digo Magisterio estoy pensando en el Catecismo de la Iglesia, donde el Magisterio nos explica también la Tradición. Es decir, es en las Tres Columnas en que se apoya nuestra Madre Iglesia, donde podemos encontrar y conocer al Padre.
Dios nos ama, y el amor busca, desea que la otra persona crezca, se desarrolle, alcancé su plenitud, la máxima expresión de su ser, por eso, es contrario al amor la alcahuetería, y es perfectamente acorde a la lógica del amor, el dejar que la persona aprenda de sus errores. La persona, cualquiera, tiene que pasar por el proceso de tocar fondo para que entonces pueda levantar la mirada y volverla al Padre, gritar: ¡Auxilio! Y entonces el Padre tiende la mano y saca del pozo.
Falsa misericordia es ver que caerás al pozo y no advertir. Verte en el pozo y negar que estás ahí. Verte pedir ayuda y decirte: “no hay un pozo”, “estás bien”, “estar en el pozo es normal”.
Hipocresía es ver a quien advierte: “cuidado, hay un pozo” y decirle: “no puedes juzgar”, “no soy nadie para condenar”.

El buenista y el pecador que no se acerca a pedir perdón, no conocen al Padre, se alejaron antes de conócele, el Hijo pródigo se alejó, sin embargo, tuvo la dicha de conocer muy bien a su Padre.
El hermano mayor somos muchos en la Iglesia. En la Parábola Jesús se refiere a los judíos, hoy esos hermanos mayores son aquellos que no se alegran del éxito de los otros. Son ese católico comprometido que siempre tiene una crítica destructiva para el apostolado del otro. Ese hermano que es piedra de tropiezo para los demás, el que mira con sospecha a los hermanos nuevos que van iniciando algo nuevo y lo hacen cometiendo errores. Ese hermano que cree que la vida espiritual consiste en saber mucho, el que está en la Iglesia, pero ni siquiera sabe qué es espiritualidad y sólo está como un hobbie, el que cree que la vida espiritual consiste en cumplir cosas, el que critica y critica, pero no tiene ninguna propuesta, no se ofrece para ayudar con humildad. Pero este domingo cuando el padre, o el catequista o el hermano que dirigió el retiro preguntó: ¿Con qué personaje te identificas? Los hermanos “mayores” cerraron los ojos en actitud “humilde” y dijeron: Con el hijo pródigo.


Ejercicio:
Invoca al Espíritu Santo, pídele a Nuestra Madre Santísima que te ayude a responder honestamente estas preguntas. No las respondas aquí sino en tu mente, en tu corazón, pídele a Jesús te ayude a crecer como persona, como cristiano, como apóstol, como hijo, hermano, cónyuge, padre, amigo, vecino, etc.

11.       ¿Conoces bien al Padre?
22.       ¿En este momento consideras que estás en la casa del Padre o te has ido a tierras extrañas?
33.       ¿Ayudas a otros a volver al Padre?
44.       ¿Identificas esos momentos en los que eres el Hijo Mayor?
55.       ¿Estás preparándote para vivir esta Semana Santa de una manera diferente?

MEJORAM
01/04/19





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