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martes, 27 de junio de 2017

¿Existen pruebas de que Dios existe?



Me gustaría, antes de dar rienda suelta a los dedos sobre el teclado, iniciar preguntándote qué piensas, ¿existen pruebas de que Dios existe? Puedes pensar la respuesta y al final hacer un balance entre lo que pensabas y lo que hayas leído y sacar tu propia conclusión, o bien dejar en los comentarios lo que piensas.
Si la memoria no me falla, en el siglo pasado, con Rene Descartes comienza a utilizarse el método que hoy llamamos “Método científico”, desde entonces se ha pretendido que todo pase por él, y que todo lo que se crea como científico tenga rigor matemático. En otro momento otro científico cuyo nombre no me viene en este momento a la cabeza, convocó a los mejores científicos de la época con el propósito de demostrar todo con “rigor matemático” y sentar las bases para la ciencia con tesis sustentadas con dicho rigor.  Pasado un tiempo, los científicos en cuestión llegaron a una conclusión tremenda: “No han podido hacerlo pero además llegaron a una certeza: No es posible hacer tal cosa.”


 ¿Qué significa esto, qué ha pasado? Pues trataré de explicártelo de una manera sencilla, repito, trataré.

Para demostrar todo con rigor matemático, tendría que valerse únicamente de las matemáticas, lo cual ya empieza a ser un problema, ¿Cómo un problema? Pues de entrada, para hacer dicha explicación es imposible hacerlo sin recurrir a la lengua, al idioma, y entonces, tendrían que utilizarse palabras, tecnicismos que a su vez requerirán explicación y la explicación no siempre podrá ser numérica.

En segundo lugar, cómo sustentar matemáticamente que todo tiene que ser probado con rigor matemático y cómo sustentar que solo es creíble lo que puede ser explicado o demostrado matemáticamente y todo esto además sin recurrir a otras áreas como la gramática.

Por supuesto que el científico que no tiene una buena formación filosófica (la mayoría) pues cae en el error de pensar que creer en Dios es poco inteligente pues no es algo que se pueda probar matemáticamente, o no se podía (?).


No, claro que no me he vuelto loco, ya se que parece ridículo lo que señalo, pero así de ridículo me parece que por no poder demostrar matemáticamente la existencia de Dios no se deba creer en Él.

Entonces, ¿se puede probar matemáticamente la existencia de Dios? No hace mucho escuche de un científico que lo hizo. No entendí muy bien la explicación, honestamente, pero espero que de ser real, muchos científicos se vuelvan creyentes. Sin embargo yo replantearía la pregunta: ¿Es necesario demostrar matemáticamente su existencia?

Para la mayoría de nosotros es más importante haber tenido esa experiencia que transforma la vida para siempre; esa experiencia que el Papa Francisco citando al Papa Benedicto XVI la pone como requisito para vivir alegres el Evangelio, en el número 1 de la encíclica, me refiero al Encuentro personal con el Resucitado.

Quien ha tenido “su” Encuentro, experimenta a partir de entonces un Dios cercano, real y por lo tanto no requiere demostración. Le experimenta siempre en su vida, atento y amoroso.


Además siendo Dios el creador de todo, cómo podría algo definirle. Una computadora no puede servir para demostrar la existencia de su creador, pero su misma existencia es prueba de que fue hecha.


No puedo demostrarte matemáticamente cuanto deseo que estos ejemplos te ayudan a razonar en lo que crees y en por qué lo crees. Tiene lógica, es razonable creer en Dios, no porque tengamos pruebas fehacientes de su existencia, sino porque la inteligencia capta que es más razonable creer, que no hacerlo.


Ya sabes , soy tu amigo MEJORAM y te espero aquí la próxima semana con una nueva reflexión: “Siete buenas razones para ser feliz”

Hoy quiero comentarte que estoy disponible para visitar tu comunidad llevando un mensaje de esperanza.

Los teléfonos de contacto aparecen en mi Fanpage de Facebook:
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MEJORAM
24/06/17




lunes, 19 de junio de 2017

EL AMOR EN TIEMPOS DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

Actualmente existe un debate acerca de la ideología de género, los derechos, el amor, las opiniones, la libertad, etcétera.
Estoy casi seguro que existen grandes dosis de bondad en todas las partes que participan en el debate, lo que no podemos asegurar es que todos tengan razón aunque puedan parecer muy convincentes las opiniones.
Aquí me toca hacer un paréntesis pues sale a la luz el primer término a definir o aclarar, aunque no lo haremos ahora sino cuando comencemos a comentar todos los términos, solo quisiera señalarlo, es decir, punto número 1: opiniones y en segundo lugar tendremos que aclarar que se entiende por derechos.
Mencioné anteriormente el amor, puesto que es uno de los “argumentos” (supuestos argumentos) más “fuertes” que utilizan las personas que están de acuerdo en que un beso es un beso y que el amor triunfará (#lovewins).
Hace ya por lo menos 6 años, escuché una charla con el verdadero  Patch Adams, en la que él dice haber revisado muchos libros y en todos los libros de psiquiatría no había encontrado una sola página que hablara sobre el amor. Por alguna razón me hice a la idea de que entonces alguien tenía que investigar sobre el tema, de manera inconsciente asumí que no habría bibliografía. Resulta que me equivoque. La hay, y comencé entonces a leerla.
Para empezar, creía que sabía algo acerca del tema, había escuchado en varias ocasiones en pláticas de la iglesia sobre el amor filias, eros y ágape, pero no sabía que eso no era ni una milésima parte de lo que encontraría, así fue como me embarqué en leer sobre, antropología (filosófica y teológica), sobre  Personalismo, también me encontré con E. Fromm, etc.
No quiero hacer una lista de todo lo que he leído, solo dejar bien claro que el tema es muy amplio, que implica cuestiones filosóficas, metafísicas, antropológicas, psicológicas, sociológicas y que pretender ser un experto y querer tener razón cuando el único argumento es la poca información bastante tendenciosa y distorsionada que se nos presenta en las telenovelas y películas es un error muy grande.
Comencemos con las opiniones. Hoy existe la tendencia a creer que todas las opiniones están bien solo porque alguien las expresó, no discuto que cualquier persona tiene derecho a no estar de acuerdo con todo lo que se diga, pero no estar de acuerdo de ninguna manera significa tener razón.  También se cree (aunque quizá no conscientemente) que todos están obligados a escuchar todas las opiniones, no creo que sea así.
Para entender lo que digo es importante comprender qué es la opinión. La opinión tan solo es una de las formas de nuestra mente para aproximarse a la verdad. Las otras son la duda, el error, las certezas, legítimas o ilegítimas. De todas, la opinión, es la menor, debido a que no presenta evidencias que den certeza de lo que se dice.

El ser humano es un buscador de la verdad, no le da igual cualquier cosa sino que desea, busca, prefiere la verdad, lo que da certeza. De manera que si tuviera que invertir una cantidad de tiempo escuchando a alguien, sin duda elegiría escuchar argumentos bien fundamentados, de preferencia acompañados de su correspondiente evidencia.

Sucede en el tema del amor que además de que generalmente el nivel de la discusión casi nunca pasa del nivel de la opinión, porque los “contendientes” no están capacitados para discutir del tema, por si fuera poco, constantemente el discurso por parte de quienes están en contra de las tradiciones y buenas costumbres (por llamarlo de alguna forma), está plagado de sofismas.
Qué es un sofisma, es en pocas palabras una mentira dicha de tal forma que parece verdad.
Se usan sofismas con una habilidad impresionante, eso no se discute, pero volvemos a algo que ya habíamos dicho: “el hombre es un incansable buscador de la verdad”. 
Ah pero, estas personas como no son “quien” para discutir el tema, tampoco saben muy bien qué onda con el tema de la verdad.
Creen y se repiten constantemente que la verdad no existe, que es relativa o que cada quien tiene “su verdad”.  Pero lo siento, tampoco saben que ellos “no son la medida de las cosas” y que por lo tanto no es suficiente con que digas que la verdad no existe para que ¡Zas! Ya no exista.

No, para eso hace falta mucho, primero hace falta poner a chambear esa maravillosa máquina que se nos regaló y que llamamos cerebro. Antes de discutir el tema de la verdad, tendríamos que poder discutir el tema de las aproximaciones a la misma, una vez aclarado el asunto, podríamos pasar a discutir sobre el tema de la verdad, de ahí pasar a hablar sobre derechos.

El hombre, insisto, es un inquieto buscador de la verdad, le preocupa qué es lo bueno, lo mejor, le preocupa elegir lo mejor para sí mismo. Desafortunadamente, la mayoría de nosotros carecemos de una formación integral en la que se nos forme en cuestiones como la disciplina, la reflexión acerca de nuestros actos, etcétera. Y ¿qué tiene que ver eso? Sencillamente que debido a nuestra falta de disciplina, es fácil dejarnos llevar por sentimentalismos, por nuestras emociones, caprichos etcétera y dedicamos muy poco o nada de tiempo a reflexionar sobre lo que hemos hecho y sobre nuestro futuro.
¿Y qué? Pues al no pensar en el futuro, es poco probable que mientras te dejas llevar por tus impulsos estés al mismo tiempo afectando sin planear tu futuro, el resultado a la larga es que muchas de esas cosas realizadas sin pensar, por puro capricho, por dejarse llevar, tendrán consecuencias que lamentaremos seriamente.
¿Sigues sin entender?
Cuando las personas que estamos a favor de la verdad, del bien, de las buenas costumbres, o como gustes llamarle, estamos pensando en un bien que no es ni aparente ni momentáneo sino un bien que va más allá, le llamamos trascendente.
Hay quienes creen que la gente tiene derecho a cualquier cosa, y la verdad es que ese es otro tema que no es para debatir mientras te tomas una soda o un café, son temas que tienen sus argumentos, sus evidencias bien fundamentadas no en caprichos sino en razones que proporcionan certezas. Visto de este modo, lo que quiero decir es que existen razones para insistir en que solo se tiene derecho a aquello que te haga más y mejor persona.
No se tiene derecho a suicidarse, solo por ponerte un ejemplo, nadie tiene derecho a causarse daño, ¿por qué? Porque causarse daño no te hace ni más ni mejor persona.
Hay quienes falsamente insisten en que se tiene derecho a lo que diga la ley. Este es otro error, este en lo particular me hace pensar que los legisladores necesitan unas muy buenas clases de ética.
La ley, debe proteger algo que llevamos todos en nosotros mismo, y que hábilmente se cuestiona y hasta causa risa a algunos por anacrónico. No es anacrónico para nada y es absolutamente cierto que le ley debe proteger todo aquello que llamamos ley natural, ya que esta ley garantiza o debería garantizar el orden, la ley debería cuidar que esta ley natural se cumpla.






Pongamos un ejemplo:
Supongamos que tenemos ante nosotros una persona que se siente dinosaurio.
Desde el punto de vista de la verdad, estaría en un error.
Desde el punto de vista médico, esta persona presenta un trastorno de la realidad.
¿Qué es lo mejor?
a)      Seguirle la corriente porque no es políticamente correcto contrariarle diciéndole que está en un error.
b)      Brindarle o buscarle ayuda.
Desafortunadamente, estamos en un momento de la historia en que está de moda ser “políticamente correctos” y no nos es permitido expresar nada que no vaya en la misma línea de las ideologías de moda. Solo quien se comporta como parte del rebaño puede externar sus pensamientos. Me encantaría leer o escuchar algunos buenos argumentos que justifiquen la corrección política, aunque la verdad dudo que existan.
La corrección política nos impedirá entonces tener sentido común y elegir el inciso b).

Analicémoslo en términos económicos, es decir, buscaremos el bien económico de la persona ya que no podemos aspirar al bien psicológico para no ofender:
¿Qué resulta más económico? (recuerda que hay que pagar gasolina cada vez más cara)
a) Pagar un tratamiento a la persona para que se le hagan implantes de piel de dinosaurio, cirugías para acortar sus miembros superiores (en caso que decida ser un velociraptor o un T-Rex, o alargarlos en caso que decida ser otra especie), Cirugía estética para darle un rostro adecuado?
b) Pagar las citas con el psiquiatra o el psicólogo según sea el caso.
Analicémoslo según la practicidad:
¿Con quién preferirías salir?
a)  Con un dinosaurio que no sabes qué ni cuanto come.
b) Salir con un amigo y que el pague sus cosas.
Imagina que se altere de la nada y ataque a los peatones.

Para no alargar la reflexión, nada más quiero insistir y retomar lo dicho, para hablar del amor con autoridad, hay que empaparse de una muy larga lista de bibliografía, de manera que puedan los debatientes entender que el amor, por sus características no da lugar a falsas interpretaciones y por definición limita muchas cosas que podrías o deberías hacer.

San Agustín dijo algo muy interesante: “Ama y haz lo que quieras”. Realmente si amas, si amas de verdad, la gama de posibilidades de cosas por hacer automáticamente se reduce por lo menos a la mitad.
Entonces, decir que amor es amor, un beso es un beso, indica una bibliografía muy corta, y corta también la reflexión y la capacidad de análisis.
No es odio, creer, pretender que quien basado en razones, es decir en argumentos bien razonados y adecuadamente demostrados y respaldados, odia a quienes trata de prevenir un desastre emocional, no comprende nada del tema. (A veces, pocas, pero sucede, que me da por pensar que quienes gritan que odiamos a “las minorías”, a los lgtbxhyjk… son malintencionadas, pero luego se me pasa)
No es mala intención, sino ignorancia. La ignorancia es muy atrevida (a veces también basante soberbia) y dice cosas que no sabe, habla de cosas que no entiende y acusa a los demás de sus propias fallas.

Nos vemos en el siguiente post.


MEJORAM 21/03/2017

lunes, 12 de junio de 2017

TODO NO ES RELATIVO
El hombre es un inquieto buscador de la verdad.


Esto no requiere mucha demostración sin embargo daré algunos ejemplos:

Cuando vas a un restaurante y pides una hamburguesa, no te da igual si te llevan unas quesadillas.
Si pides una Jamaica, no te da igual que te lleven fresa.

En ambos casos, el mesero podría argumentar que comida es comida y tu refresco es rojo, qué más da.

La reflexión de hoy está encaminada en sentar las bases de las siguientes reflexiones con la intención de desmantelar la farsa del relativismo.

En la reflexión anterior escribía sobre la Fe y la razón y brevemente mencioné el tema de la duda como método, también la idea de que fe y razón no son compatibles y hoy quiero hablar de este tema que también resulta en un ataque a nuestras creencias.

Se dice, pero solo se dice, que cada quien puede creer lo que quiera, pero no se dan argumentos para esta afirmación y no muchos la ponen en duda que es lo que yo pretendo.

He iniciado con dos ejemplos muy claros de que no da lo mismo cualquier cosa, es cierto, en la vida real no pasaría algo así, al menos eso espero, pero lo mismo pasaría si vas al médico y te recetara cualquier cosa y que su argumento fuera: “medicina es medicina”.

Los relativistas, solo lo son en teoría, basta ver cómo reaccionan cuando lo que crees es contrario a lo que ellos creen.

Tengo la impresión, y admito que es solo la impresión, no es que tenga estadísticas del asunto, pero díganme si no, las personas relativistas, curiosamente también resultan pro ideologías: animalistas, feministas, abortistas, etc.

Probablemente no todos los relativistas sean pro ideologías, pero estoy casi seguro que todos los ideologistas son relativistas. ¿Por qué? Pues porque solo así sería explicable su postura.

Vamos a desmenuzarlo para que quede claro.

Hace no mucho tiempo, tuve la oportunidad de leer una discusión entre una persona en contra de la ideología de género y otra a favor, ambas supuestamente sustentando sus posturas y digo supuestamente porque me pareció que ninguna tenía razón, sin embargo por convicción quise razonar ordenadamente el por qué no es posible pensar razonablemente y estar a favor, y lo que sucedió fue muy interesante.

La discusión era en un muro de Facebook, así que comencé preguntando a la persona que estaba a favor, ¿a ti te parece que estamos en televisión o en Facebook, o cada quien decide dónde está? Y su respuesta fue: “Lo segundo”.

Ahí, en ese punto,  tienes dos opciones, la persona es necia o retrasada.

Discúlpenme la sinceridad pero no lo podía creer y sigo sin creerlo.

Te cuento otra:

En otra ocasión la discusión era con un ateo, no recuerdo los detalles pero la historia es similar, él tratando de demostrar que cada quien tiene “su verdad”, así que me despedí diciendo un día que no era, algo así como feliz lunes y el respondió señalando el día correcto. Yo le contesté: “pero esa es tu verdad” y solo alcanzó a decir: jajaja.

O también te puedo contar la ocasión en que alguien decía algo parecido, esta vez por mesenger de facebook, hasta que me despedí diciéndole hola y otro nombre, a lo que respondió: jeje chat equivocado. No, le respondí, este soy yo despidiéndome de ti. Es que yo no me llamó así. Si bueno pero acabas de insistirme en que cada quien puede creer lo que quiera, yo creo que me despedí de ti.

Podría poner muchos ejemplos más y muchas anécdotas, el punto es que a mí me ha quedado claro que los relativistas solo lo son en teoría.

Sería interesante  ahondar en los aspectos psicológicos del relativismo, ¿será conveniencia?,
 ¿Una forma de pretender ganar amigos?, ¿será para caer bien?

La verdad es que también tendría mucho que contarte sobre las bendiciones (aviso de ironía) que te desean cuando te pones a defender la verdad.

Algunas personas se molestan cuando les pones estos ejemplos, en varias ocasiones me han dicho que soy sarcástico, pero en realidad, en esos momentos es cuando precisamente no lo soy, si admito que en ocasiones lo soy, pero definitivamente cuando pongo esos ejemplos no.

Lo que pasa es que es muy evidente el error y qué difícil es admitir que estamos equivocados.

Si cada quien puede creer lo que quiera, yo entonces puedo creer que eso es tonto…¿o no?

Si cada quien puede creer lo que quiera, yo puedo creer que no hay nadie frente a mi tratando de convencerme que cada quien puede creer lo que quiera, es decir, yo que creo que esa persona no existe y  a partir de ahí, no volver a responder nada.

Si todo es relativo, también es relativo que todo es relativo, entonces no siempre todo es relativo, entonces no todo sino algunas cosas lo son.

O el clásico: Si la verdad no existe, entonces esto no puede ser verdad, entonces es mentira, entonces la verdad existe.

Si cada quien tiene su verdad, mi verdad entonces es que eso es mentira.

Los relativistas de hueso colorado, tienen un “As” bajo la manga. Cuando sienten que todo está perdido, te cuentan la historia de cuatro ciegos, cada uno tiene a la mano una parte de un elefante y uno lo describe como una serpiente, otro como un poste, etcétera, cada uno según la parte que le tocó al elefante, la trompa, la pata, la oreja, etcétera. Lo que nadie cuenta es que había por ahí otro que además de invidente era medio despistado y ese tenía un balón de basket en la mano y no entendía nada de lo que decían los demás.

Es cierto, nadie puede tener la verdad completa, y hasta eso es relativo (broma), cada uno conoce algunos aspectos de la verdad, pero el elefante está ahí. Las personas que podían ver tenían la verdad más completa que los cuatro que solo conocían algún aspecto, en cambio el relativista es aquel despistado con el balón.

El relativismo es solo una estrategia para imponernos ideologías, y es muy preocupante que haya logrado instalarse en tanta gente junto con la falsa tolerancia y lo políticamente correcto que ya en otra ocasión tendremos oportunidad (primero Dios) de conversar.

MEJORAM
05/04/17



lunes, 5 de junio de 2017

FE Y RAZÓN


En la entrega anterior escribí acerca de la fe, y apenas comenté dos cuestiones que la dificultan: una, la edad, y otra el orgullo, resultado de un mayor dominio de la tecnología.

Con toda intención no ahondé más en lo segundo pues probablemente no sea una causa sino una consecuencia de lo que hablaré hoy.
 
Desde que el ser humano puso su confianza ciega en la ciencia, y digo ciega por dos razones: la primera porque solo se cree ciegamente lo que se demuestre “científicamente” aunque luego desmenuzaremos un poco más este asunto y segundo, porque quitada la fe y puesta la confianza solo en la ciencia se está un poco a ciegas.

He puesto entre comillas científicamente, porque un error que se ha cometido por el hombre de ciencia es creer que es ciencia todo lo que se puede demostrar según cierto método, de modo que más que científicos nos hemos vuelto devotos de una <> (expresión tomada del filósofo Carlos Díaz)

Es decir somos matematólatras, y eso sí que sería totalmente imposible de justificar, puesto que no se podría demostrar matemáticamente que todos tiene que ser demostrado con precisión matemática.
 
En determinado momento de la historia de la ciencia, se adoptó como método el dudar de todo, y nadie puso en duda, que la duda fuese un método.

Total que hoy en día, queremos que se nos demuestre todo científicamente, con rigor matemático pero yo pondría primero una condición: Demuéstrame científicamente que todo se tiene que demostrar científicamente, pero antes descríbeme qué entiendes por científicamente, una vez demostrado, si es que lo logras, demuéstrame que este método siempre resulta en algo cierto con rigor matemático.

A veces pienso me siento tentado a pensar que quienes pretenden que la razón se opone a la fe son mal intencionados. Normalmente creo que las personas buscamos siempre el bien, aunque no siempre lo hacemos bien. Buscamos el bien aunque en ocasiones no tenemos una idea clara de lo que el bien es.  Es decir nos equivocamos, no es que hagamos el mal intencionalmente, aunque  tampoco descarto que haya quien sí lo haga con premeditación, alevosía y ventaja, no creo que sea la norma.
 
Existen personas que creen que lo que la ciencia descubre es prueba de que los creyentes estamos equivocados y permanecemos en cierto estado de ignorancia.

Lo curioso con la soberbia es que no puede ver todo el panorama completo, y eso pretendo explicar en esta ocasión aunque el preámbulo probablemente resulte más largo que la explicación.

Primero que nada, es importante estar muy conscientes que La Biblia no es un libro de ciencia. Es un libro de carácter espiritual y como tal estamos seguros los cristianos que no contiene error.

La Biblia no es el lugar indicado para averiguar datos científicos acerca de las causas de las cosas sino un libro con un mensaje de salvación para el hombre.

No es un libro de historia para investigar datos acerca de los pueblos.

Es un libro espiritual que nos narra muchas cosas de un pueblo: Israel, que es el pueblo escogido por Dios para revelarse.

De manera que pretender dedicar la vida a hacer ciencia para contradecir a la Biblia, es bastante ingenuo y revela bastante ignorancia respecto a lo que es realmente La Biblia.

La interpretación de La Biblia únicamente le corresponde al magisterio de la Iglesia. Los creyentes creemos que nuestros pastores, sobre todo el Papa y los obispos son elegidos por Dios y asistidos por el Espíritu Santo para guiar a toda la Iglesia. Es sorprendente en este punto cómo en dos mil años a pesar de que han existido hombres indignos de ocupar los puestos de pastores y guías para la iglesia, el magisterio permanece intacto. Ningún Papa ha contradicho a otro.

La interpretación bíblica no corresponde a científicos puesto que como ya está dicho arriba, no es un libro de ciencia.
"La Ciencia sin religión es coja,
la religión sin la ciencia es ciega."
A. Einstein

¿Pero la Iglesia rechaza la ciencia?

Por supuesto que no y para ahondar en el tema recomiendo ampliamente leer la encíclica de San Juan Pablo II, Fides et ratio, Fe y razón en la que describe a ambas como dos alas.

La iglesia, y esto se lo escuché a un sacerdote, toma la verdad de donde venga, si es verdad y se ha demostrado que es así, la iglesia toma esa verdad sin importar que haya sido dicha por un ateo, un agnóstico o el mismísimo diablo.

Es decir el error es asumir la postura de que los cristianos somos tan ignorantes o ingenuos que nos tomamos la Biblia literal.

Es decir, cuando Dios dijo hágase la luz, bien pudo haberlo dicho y suceder la gran explosión conocida como Big Bang, y eso no disminuiría la fe de un cristiano serio. Y aquí cabe recordar que el autor de la teoría del Big Bang era un sacerdote católico.

Por otra parte, quienes pretender oponer ciencia y religión pecan nuevamente de ignorancia, al desconocer que las Universidades surgen precisamente de la Iglesia Católica.


SI yo dijera: Hoy cociné potaje. Nadie pensaría que lo aparecí. Tampoco resultaría muy práctico decir: Hoy fui al supermercado a comprar carne, la he pedido en cuadros. Después fui a comprar verduras, pero la Papa, la había comprado un día antes, y la papa es un tubérculo. La compré porque el campesino ya la había sembrado unos meses atrás, y eso que primero tuvo que conseguir la semilla. Pasando a los otros vegetales, sucedió lo mismo, bueno no exactamente, sino que la zanahoria aunque la compré el mismo día que las calabazas, estas últimas tardan un poco más en brotar la plantita y ya ni que decir de dar fruto. Pero la zanahoria le ha tomado mucho menos llegar al supermercado y de ahí a mi carrito de compra y luego a la caja para pagarla. Como decía, una vez que llegué a la casa las corté en cuartos y las puse a hervir, antes he puesto agua en la candela. La olla me la regalaron para nuestra boda, no es que haya aparecido de la nada. Y el agua bueno la tenemos almacenada en el tinaco, pero antes recorrió que se yo cuantos kilómetros, y varias veces el ciclo completo del agua. Una parte del agua se evaporó en el proceso para volver a repetir dicho ciclo.  Cuando el agua estaba hirviendo primero puse la carne, luego las verduras. Esto lo mencionó para que conste que no puse primero las verduras aunque haya dado esa impresión. Pues también preparé un poco de fritura con tomate y cebolla, luego te descibiré como es que las obtuve, para no retrasar el relato, pero bueno, agregué la fritura a la olla grande donde ya se estaba cociendo el puerco, que ya sabes no es recomendable comerlo tan seguido, y tampoco he descrito como es que llegó al mercado, pero te decía, eché la fritura y un poco de recado rojo, y un poco de jugo o zumo, como le llames, de naranja...(después de media hora)
-Ah! Preparaste potaje!
-No, tío, he hecho todo lo que te dije.

No sé tú pero yo me agité solo de pensarlo y escribirlo. ¿No crees que sería frustrante tener que expresarte siempre así? Imagina reescribir la Biblia así.

Además de cansado me parece un poco necio, los creyentes no somos ingenuos, ignorantes lo somos todos, pero la ciencia nunca probará que la fe es ingenua. Y como escuché decir una vez a un defensor de la fe que discutía contra un ateo: “Cuando ustedes lleguen a la cima del conocimiento, descubrirán que los cristianos siempre estuvimos ahí esperándoles”.



MEJORAM
05/04/17