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lunes, 28 de marzo de 2022

Un paso a la vez

 "UN PASO A LA VEZ"




Escribo esto a sabiendas de que nadie es profeta en su tierra (Lc 4,24), lo escribo por puro amor a mis hermanos los hombres y con la esperanza de que aquellos que son "mi tierra" se vean sumamente beneficiados. 


¿Qué les quiero decir? ¿Qué quiero que sepan?

Quiero transmitirles lo sencillo que puede resultar iniciar el camino hacia Dios. He dicho iniciar, puesto que lo cierto es que faltaría a la verdad si dijera que el Camino es fácil, miel sobre hojuelas, como caminar en espuma y no, no lo es. El Camino es estrecho y la puerta angosta (Mt 7,13-14).


Sin embargo, no debemos, quizá, abrumar a nuestra mente presentándole de golpe lo que le espera así como el enamorado no conquista a la novia diciéndole que un día tendrán tantos hijos y tantos quehaceres, ni ella lo atrapa diciéndole cuanto tendrá que trabajar para cumplir sus caprichos. (Disculpen la comparación)


Quiero que todos sepan y conozcan que es posible empezar con algo sencillo y que podría (y estoy seguro lo hará) resultar en algo tremendo.


Hermanos, así como prácticamente toda acción, empresa, proyecto  o apostolado, empieza con oración, así toda conversión, todo encuentro con Cristo, y muchísimos bienes espirituales incluyendo la perseverancia en la oración comienzan deseando. ¡Sí! Leyeron bien, deseando. 


De modo que si hoy mismo te sientes alejado(a), o incluso escéptico(a) respecto a Dios, no le pidas a quien sí cree que te demuestre su existencia, sabes bien que no aceptarás ningún argumento, y los creyentes, los que han tenido un encuentro personal con Jesús, no los necesitan. Sabes o tal vez no, que el pecado está tan arraigado, qué no estás dispuesto(a) a creer, a dejar esa vida, ni siquiera a reconocer el pecado, todo eso es o parece demasiado. No te preocupes, empieza por el deseo. 


Si has dejado de creer, desea con todas tus fuerzas encontrar la verdad y desea que al encontrarla tengas también deseos de abrazarla, de aceptarla.


Es probable que no desees que nadie te diga lo que ya sabes, desea que Dios mismo te lleve a aceptar que no todo está bien, que hay mucho por mejorar. Desea que un día puedas pedir desear todo lo bueno y santo. Sí, eso dije, desea desear. 


Por ahora, consciente o inconscientemente deseas que Dios no exista o que no sea como los «religiosos te lo quieren vender», pero ¿Cabe la posibilidad de estar equivocado? ¿Tengo suficiente evidencia real de que Dios no existe o de que no es como lo pintan, o de que todas las religiones son iguales o incluso de que Dios no es religión? ¿Quién puede probar mi error, a quién estoy dispuesto(a) a conceder razón?

Probablemente a nadie, sino únicamente, si es que existe, a Dios. Pues bien, partamos de ahí, desea que te encuentre y Él mismo te señale el camino. 


(Para mis hermanos que ya perseveran, por supuesto que no estoy hablando de la posibilidad de saltarse los sacramentos, y mucho menos estoy diciendo que se pueda alguien confesar directamente con Dios, sino, favor de releer lentamente, con calma, de desear un Encuentro Personal, que marque nuestra vida para siempre. Ese encuentro después del cuál, no hay argumentos anticristianos, ni blasfemos o herejes, que nos amedrenten, hagan titubear o aparten del camino. Dije al inicio: lo sencillo que es INICIAR).

¿Pero esto del deseo me lo he inventado? 

Por supuesto que no. Te cuento un pequeño testimonio: Llevaba unas dos semanas orando insistentemente por algo que deseo mucho, algo bueno, algo que no es necesariamente para mí o el beneficio es para muchos. Y de pronto, la semana pasada estábamos en la oración, leyendo el Evangelio según San Lucas y en las notas a pie de página de la traducción de Mons. Straubinger decía lo siguiente, transcribo el versículo y posteriormente la nota:


"Acordaos de la mujer de Lot" *. Lc 17,32


* 32. Estas palabras nos muestran que si la mujer de Lot (Gn. 19, 26) se convirtió en estatua (el hebreo dice columna) de sal, no fue por causa de curiosidad, sino de su apego a la ciudad maldita. En vez de mirar contenta hacia el nuevo destino que la bondad de Dios le deparaba y agradecer gozosa el privilegio de huir de Sodoma castigada por sus iniquidades, volvió a ella los ojos con añoranza, mostrando la verdad de la palabra de Jesús. “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón” (Mt. 6, 21). La mujer deseaba a Sodoma, y Dios le dio lo que deseaba, convirtiéndola en un pedazo de la misma ciudad que se había vuelto un mar de sal: el Mar Muerto. Con el mismo criterio dice Jesús de los que buscan el aplauso: “Ya tuvieron su paga” (Mt. 6, 2, 5 y 16). Y al rico epulón: “Ya tuviste tus bienes” (16, 25). Es decir, tuvieron lo que deseaban y no desearon otra cosa; luego no tienen otra cosa que esperar, pues Dios da a los que desean, a los hambrientos, según dice María, en tanto que a los hartos deja vacíos (1, 53; cf. Sal. 80, 11 y nota).


Puedes pensar que mi ingenuidad y no la fe, me hizo ver una respuesta a mis plegarias, sin embargo, la experiencia me dice que estoy por reforzar mi convicción de quién es Aquel en quien he puesto mi Fe, Esperanza y Caridad, pero, como ya sé que no soy profeta en mi tierra, traigo también algunas frases de Sta. Teresita del Niño Jesús:


Todo es don de su gracia. «¡Qué misericordioso ha sido el camino por donde Dios me ha llevado siempre. Nunca me ha hecho desear cosa que luego no me haya concedido» (VII,71r).



Lo repite muchas veces en sus escritos. Dios «no ha querido que tuviese un solo deseo sin verlo inmediatamente satisfecho» (VIII,81r). «El Señor es tan bueno conmigo que me es imposible tenerle miedo. Siempre me ha dado lo que he querido, o mejor, siempre me ha hecho desear lo que pensaba darme» (XI,31r).



«¡Ah, cuántos motivos tengo para dar gracias a Jesús por haber tenido a bien colmar todos mis deseos! Al presente no tengo ya ningún deseo, si no es el de amar a Jesús con locura… Mis deseos infantiles han desaparecido… Ya no deseo ni el sufrimiento ni la muerte, aunque sigo amándolos: el amor es lo único que me atrae… Al presente, sólo el abandono me guía, no tengo otra brújula» (VIII,82v). (1)



"Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá." Mt 7,8


DESEO que esto te anime, a desear empezar. A empezar deseando. Repite en tu mente o en tu cuarto a solas a viva voz: Deseo encontrarte y que me encuentres Señor. Deseo creer, deseo conocer la verdad y creerla, deseo que encontrandola desee vivir conforme a ella y desear asumir todas las consecuencias de conocerla, y deseo seguir deseando cosas santas, deseo hallarte a Ti y creerte y deseo que me des a desear lo que es mejor para mí y para todos.



Dios te bendiga, deseo de todo corazón que lo haga. 🙏🏻🙏🏻🙏🏻



MEJÓRAM

28/03/2022 





1) recuperado de:

http://apologeticacatolica.org/salvacion/Gracia-y-libertad-%E2%80%93VIII-Santa-Teresa-del-Nino-Jesus-2/ visitado el 28/03/2022

lunes, 3 de julio de 2017

SIETE BUENAS RAZONES PARA SER FELZ

Probablemente te ha sucedido, porque nos ha sucedido a todos, que te sientas decaído, desanimado, triste, solo, <>, <>, y te cuestionas por qué tenemos que sufrir. Probablemente te has encontrado en una situación en la que al final te sientes José Alfredo y sientes que <>. Hoy te traigo siete (muy) buenas razones para vivir la vida con entusiasmo y mucha esperanza.



Te animo a imprimirlas y pegarlas en tu refri, guardar una copia en tu cartera, ponerlas en una manta grande en el techo arriba de tu cama, para que siempre las tengas presentes.

Y es que estas razones no me las inventé, sino que el mismo Dios te las manda a decir, imagina cuanta ternura despiertas en Él que ha dedicado toda la historia de la humanidad para prepararte estos hermosos mensajes, invoca a su Espíritu para pedirle que grabe muy bien esta carta de amor en tu mente y sobretodo en tu corazón.

Sin más preámbulos, comencemos.

1ª Muy buena razón. «Antes de formarte en el vientre, te elegí»  Jer 1,5

Desde toda la eternidad Él te ha conocido muy bien, planeaba, esperaba y anhelaba tu llegada, pero además, te eligió.

¡Te eligió!, ¡Te eligió!, ¡Te eligió!

Sonrie: Dios te eligió.



2ª Muy buena razón: «Sé muy bien cuando te sientas, cuando sales o cuando entras»  Is 37,28

Es en serio. Dios te eligió y no cesa de mirarte. Todos tus movimientos y pensamientos le son conocidos. Todo lo que haces lo sabe, pero no te asustes, a pesar de que conoce también todos y cada uno de tus tropiezos, sigue eligiéndote y sigue amándote.

¿Por qué otra razón, si no es porque le eres muy preciado(a) estaría tan pendiente de ti?

¡Vamos, anímate! Tienes toda la atención de Dios.



3ª Muy buena razón: «Con amor eterno te amé»   Jer 31,3

¿Ah, no me creías verdad? Pues esta es una muy buena razón y demuestra las demás. Dios te ha amado desde siempre, tal como lo mencioné en la primera razón, Él siempre ha sabido de ti y te ama desde que te pensó.

¡Suertudo(a)!



4ª Muy buena razón: «No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío.» Is 43,1

Como dije, no importa cuánto hayas fallado, Dios lo sabe, pero aquí te dice que no temas, que te ha redimido.

Hasta casi podrías presumirlo, Dios sabe tu nombre, entre tantos miles de millones de seres humanos, se sabe tu nombre ¿Qué tal?

Y si esto no te anima, como dice la canción, te dice: “Tú eres mío”.



5ª Muy buena razón: «El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo»   Sof 3,17

Creo que no requiere mayor explicación ninguna de las citas que te he compartido, pero esta mucho menos. ¿Qué podemos agregarle?

 En verdad te recomiendo poner esto en tu mente y meditarlo día y noche. Te invito a cambiar esos pensamientos negativos, deprimentes  y que muy probablemente son falsos, por esto que es 100% verdad, dicho por el mismo Dios que te creó.




6ª Muy buena razón: «Aunque los montes cambiasen y vacilaran las colinas, no cambiaría mi amor, ni vacilaría mi alianza de paz —dice el Señor que te quiere—.»  Is 54,10

Nada, absolutamente nada, hará cambiar tanto amor, tanta dedicación y atención que Dios tiene hacia ti.
Ningún pecado, ninguna mala racha, ninguna enfermedad. Su amor, es inmutable (no cambia).

¡Alégrate!, ¡Anímate!, ¡Levántate!

Oye, y fíjate cómo termina: “—dice el Señor que te quiere—“ , no sé tu, pero yo creo que es grandioso.




7ª Muy buena razón: «el Señor, tu Dios, cambió la maldición en bendición, porque te ama el Señor, tu Dios.»   Deut 23,5

Y este es como una profecía, lee muy bien las seis razones precedentes y recibe esta promesa. Si aprendemos a confiar en Dios, nuestra vida probablemente siga llena, como ya está, de problemas y complicaciones, pero tendrán sentido, será una vida llena de significado.

Lo que pasa es que muchas veces en el fondo no estamos tan convencidos de que Dios sea tan bueno y de que siempre esté al pendiente. De modo que cuando nos toca sufrir, recibimos esa “bendición” con sospecha.  Sospechamos de Dios.



Como dirían por ahí: Dios es bueno, todo el tiempo y todo el tiempo, Dios es bueno (cfr. Rom 8, 28)

Pues aquí están las siete muy, pero muy buenas razones para ser feliz, compártelas con alguien que sepas que está pasándola muy mal y alégrale el día y la vida.




Ya sabes que soy tu amigo MEJORAM y te espero aquí la próxima semana con una nueva reflexión: “Pero ¿Por qué sufro?”

Hoy quiero comentarte que estoy disponible para visitar tu comunidad llevando un mensaje de esperanza.

Los teléfonos de contacto aparecen en mi Fanpage de Facebook:
http://m.facebook.com/mejoram1 o solo escribe Mejoram1 en el buscador.
MEJORAM
24/06/17