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jueves, 9 de septiembre de 2021

LA ORACIÓN QUE NO SIRVE

 

LA ORACIÓN QUE NO SIRVE





Es frecuente que las personas estén buscando oraciones específicas para ciertas situaciones de sus vidas. Oraciones para enfermos de cáncer, oraciones para personas que no tienen trabajo, etcétera. A estas personas siempre les he respondido que la mejor oración es la que se hace con fe. Para nosotros los cristianos la oración no es un hechizo o un conjuro en el que importen las palabras usadas, tan es así, que de una misma oración existen, me parece, tantas versiones como grupos de oración hay, al grado que incluso el Padre Nuestro y el Ave María no los rezamos igual todos.

También insisto en la importancia de la oración que sale del corazón y no recurrir exclusivamente al rezo o recitación de oraciones previamente escritas. De hecho aunque para el diccionario, por el origen etimológico de las palabras rezar y orar,  no haya distinción, conviene distinguir la actividad de repetir las oraciones previamente escritas por otros, de la de hablar directamente con Dios.

Podríamos dedicar cientos de páginas hablando sobre este tema, lo cual no es mi intención, aquí me limitaré a explicar lo que dice el título.

Como ya dije, el tema es muy amplio, y para no pocos, resulta además complejo y es esto lo que motiva la presente reflexión, de manera que repetiré y ampliaré la frase del título:

"Hay una sola oración, una sola reflexión, una sola meditación, y una sola acción por el prójimo que no nos sirven: las que no se hacen."

Aquí podría saltar un ejército de eruditos en cada tema y decir que esto es falso, sobre todo porque hoy está de moda que los predicadores católicos se ataquen entre sí, y nos de la sensación de que su misión en la vida es visitar las plataformas de los otros para desacreditarlos, y dirán e incluso pretenderan demostrar mi error. Porque, es cierto, puede haber oraciones hechas a la carrera, oraciones en las cuales la petición sea egoísta, puede que la reflexión o meditación refleje una conciencia no formada, sin embargo Jesús dijo: "el que busca encuentra" (Mt 7,8) y San Juan de la Cruz: "Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros han contemplando"

Si el discípulo pone su voluntad en orar, sacará tiempo para hacerlo, y tarde o temprano hallará contemplando, tarde o temprano la oración dará su fruto: la cosa que se pedía en ella, pero también el crecimiento de quien ora,  en cambio, el que no ora, nunca experimentará que Dios es un amigo muy cercano. Si no lee la Sagrada Escritura ¿Cómo hallará meditando? Si no medita ¿de dónde brotará su oración?

Entonces es posible que hayan oraciones, reflexiones, meditaciones y obras mal hechas, pero solo una no sirve: la que no se hace.

La (oración, meditación, etcétera) que  se hace, es perfectible, la que no se hace, ya no se hizo, no sirve, no da fruto. Porque quien pone la confianza en Dios y ora, verá cómo se abre la puerta, su conducta será reforzada, pronto su confianza se hará cada vez mayor, en cambio el que no confía ¿Cómo hará para confiar?

En alguna ocasión dije y hoy lo sostengo: confía una vez y confiarás siempre; desconfía en cambio y seguirás siempre desconfiando.

No nos engañemos, no recibiremos la confianza como por arte de magia, la confianza se gana confiando.

MEJÓRAM
09/09/21