«Te seguiré a donde vayas»

 «Te seguiré a donde vayas»

"y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?» Ellos le asignaron treinta monedas de plata."Mt 26,15

Qué fácil es escandalizarnos por la traición de Judas, o incluso por las tres veces que Pedro negó a Jesús a pesar de que había sido advertido, lo difícil es vernos en ambos es por eso que hoy me atrevo a dirigirte unas palabras, no sin antes recalcar que me las digo o me las he dicho primero a mí, " no sea que, habiendo proclamado a los demás, resulte yo mismo descalificado" (cfr. I Corintios 9,27)

En más de veinte años de servir a Dios en el coro de la iglesia, en el grupo de oración y también con el ministerio Luz de Jesús, es decir, de haber iniciado formalmente este camino, el de haberme comprometido con Nuestro Señor, he observado en mí mismo y en quienes en algún momento nos han acompañado en el camino  lo difícil que nos resulta perseverar, lo difícil que nos resulta tener un verdadero compromiso. 

Cuando estábamos en el coro observé cómo los otros coros buscaban tocar las "misas importantes" para luego desaparecer, por ejemplo buscaban cantar la misa de 24 de diciembre en la noche, pero no saben que hay una liturgia de 24 en la mañana, distinta a la misa de la noche que a su vez es distinta a la del 25 en la mañana y esta es distinta de la del 25 de la noche y como están trasnochados nunca los ves al día siguiente. 

Gran parte del problema tiene que ver con una deficiente, por no decir muchas veces inexistente evangelización, otra es la consecuente falta de crecimiento en la fe (catequesis y teología), que aunque en pocos casos ocurre, aún tiene la deficiencia de no ser una formación integral, porque el kerigma no es todo, es el cimiento, el catecismo no es todo, la apologética o la formación litúrgica tampoco son todo. Si de por sí son los menos quienes sacan tiempo para formarse en esas áreas, aún estos pocos adolecen de una buena formación auténticamente espiritual. 

Estoy convencido de cualquier manera que la formación (estudio) por sí misma, tampoco lograría un compromiso más serio. ¿Qué hace falta entonces?

La respuesta nos la da el Señor:

"Llegado al lugar les dijo: «Pedid que no caigáis en tentación.»"Lc 22,40

No basta una buena formación y mucho menos las buenas intenciones:

"Jesús le dijo: «Yo te aseguro: esta misma noche, antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces.»

Dícele Pedro: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Y lo mismo dijeron también todos los discípulos.

Viene entonces donde los discípulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «¿Conque no habéis podido velar una hora conmigo?" Mt 26.34-35,40

Oración y formación, oración y reflexión, oración, formación, reflexión y las buenas intenciones, todo junto.

En el Kerigma, se habla del Señorío de Jesucristo en nuestra vida. No basta con "saber" sobre Él, es preciso que sea el centro de nuestra vida, tiene que ser el Sol y nuestra vida girar en torno a Él. Esto, leído así nomás, puede parecer fanatismo, exageración, pero basta contemplar, reflexionar el "fanatismo" con que Jesús se entregó en reparación de nuestros pecados, para poner en contexto lo que parece fanatismo y exageración. Nuestro Señor no escatimó nada, no le quedó parte sana en su Santísimo Cuerpo, ¿Cuanto compromiso es demasiado de nuestra parte?, no quedó una gota de Su Preciosa Sangre sin derramar,  ¿Cuánta entrega de nuestra parte es fanatismo?

Ciertamente la misericordia de Dios llega a excesos impensables para el hombre, pero tambien es Justo y nada hay de ilógico en su actuar. Dios da a cada uno lo que desea, quien no desea pasar tiempo con Él, tampoco deseará pasar tiempo en el cielo en su presencia, aquel que no hace todo lo que esté a su alcance para perseverar, no será obligado contra su voluntad a salvarse. Ir al cielo no es obligatorio, es algo que se conquista en esta vida. El deseo del cielo debe traducirse en acciones concretas, en compromiso serio, en determinación a perseverar cueste lo que cueste. 

Judas estaba con los apóstoles y escuchó también esto pero no perseveró:

"Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará.» Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?» El respondió: «El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará." Mt 26.21-23

Así nosotros hemos escuchado la parábola de las semillas, la parábola de los talentos y ¿qué haremos, lo mismo que Pedro o que Judas?

¿Por cuántas monedas vendes a Jesús continuamente? ¿Por comodidad, cansancio, una fiesta, una salida con los amigos, una tarde de fútbol?

Ojo, no son cosas malas en sí mismas, pero cuando se presentan ¿elegimos ser responsables con los compromisos en la iglesia o nos desentendemos y vamos a pasarla bien porque total "diosito entiende", porque "dios quiere lo que yo quiero", porque "diosito quiere que seas feliz"?

Igual y este es un esfuerzo en vano, podría decir todo esto diariamente pero, ni Jesús logró convencer los apóstoles:

"Entonces les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo.» Viene entonces donde los discípulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «¿Conque no habéis podido velar una hora conmigo?

Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.» Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados. Los dejó y se fue a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras. Viene entonces donde los discípulos y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Mirad, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores." Mt 26.38,40-41,43-45

Velemos, oremos, reflexionemos, estudiemos y pidamos tener deseos de perseverar que Dios da a cada quien lo que desea. 

Mejóram

Predicador Católico