A MI NO ME VA A PASAR
Hace uno días, le tocó a mi esposa e hijas, presenciar la
volcadura de un vehículo, gracias a Dios el conductor salió ileso, hubo daño
material (tres vehículos) pero ninguna pérdida humana. Cuando el conductor del
vehículo volcado salió asumió inmediatamente la responsabilidad de los hechos, ¿la
causa? Probablemente ya la imaginas, venía mirando el celular (teléfono móvil).
¿Cuántos videos amable lector, has visto previniéndonos de
esto?
Yo he visto muchos, sin embargo lamentablemente, mientras
espero mi camión cada día me toca ver muchísima gente, casi 9 de cada 10 conductores
que padecen del síndrome “A mí no me va a pasar”, o del síndrome “eso le pasa a
los tontos”, de los cuáles 9 de cada 10 comprobará que sí le tenía que pasar
tarde o temprano, o que también eran un poco tontos.
“A mí no me va a pasar” y “Eso sólo le pasa a los tontos”
me parece que son de las principales causas de accidentes, de la propagación de
enfermedades como el SIDA, etc.
Mientras tanto, muchas vidas humanas se pierden por este
exceso de confianza en “la suerte”, como si por suerte estuviéramos exentos de
morder el polvo, como si la suerte nos tuviera inmunizados contra toda
experiencia desagradable.
Muchas vidas humanas que muchas veces no tenían que ver
directamente con esta actitud irresponsable de quien contagia la enfermedad o
de quien comete homicidio involuntario.
Dice un refrán que nadie escarmienta en pellejo ajeno y
no se para ti, pero para mí es una invitación a hacer precisamente lo
contrario, aprender de la experiencia de los demás. Pero para otros es sólo un refrán muy cierto
que puede ser comprobado a cada instante.
“A mí no me va a pasar”, hasta que te pasa.
“Sólo le pasa a los tontos” hasta que compruebas que
todos lo somos un poco.
No sé, pero espero que no sea el caso, de que mucha gente
evite hablar del infierno porque esté segura que no irá ahí. En una clase un profesor me dijo que Dios es
un Papá y que si yo como papá tuviera que elegir mandar al infierno a alguno de
mis hijos a quien escogería. Este es un
razonamiento sofista, uno no puede vivir la vida de los hijos, nos toca
formarlos, darles buen ejemplo, y mediante el testimonio personal transmitir
valores, sin embargo cuantas veces por su personalidad se dejan arrastrar más
por la tentación de agradar a los amigos y adoptan actitudes que no has
fomentado en casa. Cuántos padres tienen que ver al hijo hundirse y no pueden
hacer nada porque todo intento de ayuda es visto como una afrenta. Su vida se torna en un infierno mientras los
seres queridos lo único que podrán hacer es orar, esperar (ser muy pacientes) y mientras tanto presenciar. Nadie le desea
mal a nadie, pero todos tenemos la capacidad de elegir el bien o el mal. (Dt
30,15)
Y hablando de
infiernos
La consecuencia de la irresponsabilidad de mirar el
teléfono mientras se conduce poniendo en peligro muchas vidas, es un infierno
para las familias a las que se les arrebata en cuestión de segundos al ser
querido y no pocas veces a varios seres queridos. No hay justificación posible
para esto, no hay explicación que tranquilice y de sosiego a la familia. Un
infierno le tocará vivir por la culpa al ingenuo que creyó “A mí no me va a
pasar”
Y aunque parezca que no viene al caso, y a pesar de que
he tratado de evitar en este blog y en general las veces que he sido invitado a
predicar, hoy me parece necesario traer la atención a este pensamiento mágico y
relacionarlo con la situación política de nuestro país.
Mencionaré algunos datos que al creyente intelectual le
parecerá poco serio, pero como ya dejé claro que he tratado y continúo haciéndolo,
de inmunizarme del “A mí no me va a pasar” considero que lo que señalaré es
digno de prestarle consideración, comenzaré con lo más serio (formal) hacia lo menos serio (según lo dicho), es
decir lo menos formal pero no por eso despreciable.
Primero. En otras ocasiones, he hablado sobre el tema de
las aproximaciones a la verdad que son: la duda, el error, la opinión, la
certeza legítima (basada en evidencias) y la certeza ilegítima (no basada en
evidencias). También he señalado que las evidencias pueden ser mediatas o
inmediatas.
Hoy es necesario insistir y repetir esto porque asistimos
a un momento de nuestra historia en la que entre tantos ídolos se encuentra “la
opinión”. Nos encontramos ante el endiosamiento de la opinión. Nuestros hermanos
han perdido la capacidad de entender qué es y la importancia de las certezas
basadas en evidencias. Las redes sociales están plagadas de <<opinadores “profesionales”>>
Segundo. Nos enfrentamos ante una debilidad, por llamarle
de algún modo, consistente en no distinguir la calidad de la información. Nuestros
hermanos no son capaces de distinguir qué de lo que leen o ven es efectivamente
una evidencia, un sofisma o una falacia. Me he dado a la tarea de poner en
circulación definiciones de sofisma y de
los tipos de falacia, con poco resultado, pues la idea es publicarlos para ser
compartidos, lo cual no sucede.
Tercero. Desesperanza aprendida, es un término que hace
referencia a la actitud tomada por unos animalitos en un estudio, en el cuál
los animales que tienen la oportunidad de escapar de una jaula que les
proporciona choques eléctricos, al cambiarlos de jaula intentan escapar, pero
los que antes estuvieron en una jaula de la que no podían escapar y sólo
pudieron acostumbrarse, al cambiar a la jaula de la que sí podrían escapar, ni
siquiera lo intentaron. Esto también está pasando con las personas, muchas han dado todo por perdido, por eso no
se molestan en debatir, en exponer sus ideas, temen ser acallados, tachados de
intolerantes, de ser acusados por los policías del lenguaje. Estas personas ya
no creen que sus acciones puedan favorecer un cambio y se escudan en un falso
pacifismo.
Cuarto. La historia y muchas ciencias cuyo estudio
requiere ciertas habilidades lingüísticas, en un país con un nivel tan pobre de
lectura, resultan poco atractivas de modo que muchas personas no se están
enterando de temas de política exterior, y no saben cómo se está desenvolviendo
la influencia de la Izquierda, del marxismo cultural, del socialismo y sus
diferentes manifestaciones.
Quinto. Intelectualoides. Son un grupo de personas que
creen que todo lo saben y se mofan de las personas que aún creen en Dios,
porque tienen la idea, equivocada por supuesto, de que un científico no puede
creer en Dios, de esto también he hablado y lo mencionan muchísimos libros de
antropología filosófica y personalismo.
Señalo lo anterior sin ningún afán de ofender a nadie,
sino como una observación de lo que sucede en las redes sociales que es donde
cotidianamente trato de dejar algún tipo de mensaje católico.
Hace algunos años el señor John Rick Miller, que promovía
la consagración de los países al Inmaculado Corazón de María y al Sagrado
Corazón de Jesús, fue entrevistado en un programa de televisión, ahí hablaba de
que Venezuela sería una gran luz para el mundo. Cuando la entrevistadora
preguntó por México, él respondió: México, si se consagra, será “la Gran Luz”
para el mundo. Saltémonos la discusión acerca de que es Cristo quien es la luz
del mundo baste para eso Mateo 5,14, y continuemos con el mensaje de John, él
también señaló que estos tres países (el tercero no estoy seguro si era
Colombia) serían Luz para el mundo después de una purificación.
Miremos a Venezuela y preguntémonos si esto que está
viviendo no sería una gran purificación.
Luego miremos hacia Fátima, la Virgen María insistió
mucho con el asunto de la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, no
entraré en discusión sobre si se hizo o no, sino en la consecuencia que tendría
no hacer dicha consagración: Rusia esparciría sus errores por el mundo.
Invito a investigar y recabara evidencias de cómo está
influyendo la izquierda y/o el marxismo cultural en países como Argentina,
Ecuador, Bolivia, Nicaragua, a través del tema del aborto, del feminismo radical
y hembrismo (Argentina y España), el tema de la Eutanasia (en Inglaterra), el
lobby LGTB.
Hoy en México está latente la amenaza de un gobierno que
a todas luces pone en riesgo de que en el futuro nada lejano México tenga su
propia gran purificación al estilo de Venezuela de ganar el candidato que
repite los mismo argumentos que hicieran Chavez, Maduro y Castro, u otro tipo
de purificación mediante la imposición de la agenda del lobby LGTB, miremos los
discursos de los candidatos y prestemos mucha atención a qué tipo de agenda nos
proponen.
Utilicemos la razón, las estadísticas e invirtamos un
poco de tiempo en conocer algo de política internacional. Miremos las noticias
del extranjero, leamos los pros y contras y decidamos con base a argumentos y
evidencias y no con el hígado con base en emociones.
“A mí no me va a pasar” no nos librará por arte de magia
de ninguna de estas agendas cuya consecuencia sería un gran sufrimiento para
todos.
MEJORAM
26/04/18
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