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sábado, 21 de abril de 2018

¿Dónde están los cristianos?


¿Dónde están los cristianos?


Hace casi 20 años, cuando todavía no conocía muchas cosas sobre nuestra religión, por lo menos no estaba preparado para defender “mi Fe” sucedió que fui a visitar a un amigo, músico, mayor que yo, y quien abrió la puerta fue su esposa que iba de salida. Le dije: “Que Dios le bendiga”. Su respuesta me desconcertó mucho: “Si Dios existiera, no habría guerras, hambre, etc. No respondí, ya que me lo dijo mientras se alejaba en su coche.

Luego tuve la oportunidad de leer “Dios y tú” del padre Ricardo Zimbrón Levy y creo que la mayoría conocemos el video del peluquero (barbero) ateo, de modo que ya sabemos qué responder a tal situación.

En otras ocasiones, especialmente recuerdo una homilía del padre Fernando Castro (q.e.p.d.) en la que mencionaba una tragedia y en medio de ella alguien preguntó: ¿Dónde está Dios?
 
Es una pregunta frecuente cada vez que hay catástrofes, cuando perdemos un ser querido, cuando nos sucede algo indeseable.

Es una pregunta frecuente y aunque comprendo el dolor de quienes la hacen, me parece una pregunta injusta.

Dios es amor (1 Jn 4,8) y es el único que es de verdad bueno (M 19,17) pero por alguna razón es del primero de quien sospechamos ante lo difícil, lo malo, lo catastrófico en vez de sospechar de quien  es homicida  y mentiroso y padre de la mentira desde el principio (Juan 8, 44)

Esto que voy a decir, lo he repetido mucho, consciente de estarme atrayendo los tomatazos y las pedradas pero espero que a fuerza de repetirlo seamos más los que tengamos el valor de cuestionarnos, detenernos un momento, hacer un riguroso examen de consciencia  y comenzar a ser parte del cambio, de modo que lo diré una vez más:

“¿Cómo es posible que seamos un país en su mayoría cristiano, y de entre los cristianos ser principalmente católicos y al mismo tiempo ocupar uno de los primeros deshonrosos lugares en corrupción? ¿Cómo es posible que haya secuestros? ¿Cómo es posible que haya inseguridad?”

Es un hecho que la mayoría somos católicos de nombre, por tradición, bautizados mas no evangelizados. Es un hecho que los católicos comprometidos, conscientes de sus responsabilidades como bautizados son minoría. Así como son minoría los católicos que están conscientes del deber de esforzarse por alcanzar la perfección en la práctica de la virtud, por ser santos.

Es cierto, un gran número de católicos no saben que ser santo es requisito indispensable para entrar al cielo, aunque prácticamente todos (comprometidos o no) lo desean, esto lo he dicho muchas veces porque lo he verificado otras tantas.

¿Cómo vamos a enterarnos de la necesidad de ser santos si no vamos lo suficiente a la iglesia en búsqueda de formación?

¿Cómo vamos a ir a buscar formación cuando pasamos demasiado tiempo llenando nuestra mente de prejuicios contra la iglesia?

De hecho resulta más cómodo creer, repetir y adoptar como verdad los prejuicios contra la iglesia que aceptar que nuestra vida es desordenada y que debemos cambiar.

Más aún, cómo vamos a crecer en el conocimiento de nuestra fe si aunque tengamos cada vez más recursos la realidad es que no nos gusta leer. En el post anterior recomendaba como primer buen hábito para quien ha decidido que quiere ser santo el hábito de leer, leer buenos libros.

La Iglesia como Madre y Maestra, por mucho tiempo nos ha venido advirtiendo de muchos peligros a través de documentos oficiales, encíclicas, exhortaciones, el catecismo, el compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, pero también nos ha llamado a participar como cristianos en la transformación de nuestro entorno.

Voy a compartir algunas cosas muy básicas que están en los documentos del Magisterio y que pareciera que la mayoría ignoramos:

CATIC - se refiere al Catecismo de la Iglesia Católica.
CIC - se refiere al Código de Derecho Canónico
LG – se refiere a la LUMEN GENTIUM, documento del Concilio Vaticano II


"Son fieles cristianos quienes, incorporados a Cristo por el bautismo, se integran en el Pueblo de Dios y, hechos partícipes a su modo por esta razón de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, cada uno según su propia condición, son llamados a desempeñar la misión que Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo" (CIC, can. 204, 1; cf. LG 31). CATIC 871

Amenazas para la libertad. El ejercicio de la libertad no implica el derecho a decir y hacer cualquier cosa. Es falso concebir al hombre “sujeto de esa libertad como un individuo autosuficiente que busca la satisfacción de su interés propio en el goce de los bienes terrenales” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Libertatis conscientia, 13). Por otra parte, las condiciones de orden económico y social, político y cultural requeridas para un justo ejercicio de la libertad son, con demasiada frecuencia, desconocidas y violadas. Estas situaciones de ceguera y de injusticia gravan la vida moral y colocan tanto a los fuertes como a los débiles en la tentación de pecar contra la caridad. Al apartarse de la ley moral, el hombre atenta contra su propia libertad, se encadena a sí mismo, rompe la fraternidad con sus semejantes y se rebela contra la verdad divina” CATIC 1740

“Algunas sociedades, como la familia y la ciudad, corresponden más inmediatamente a la naturaleza del hombre. Le son necesarias. Con el fin de favorecer la participación del mayor número de personas en la vida social, es preciso impulsar, alentar la creación de asociaciones e instituciones de libre iniciativa “para fines económicos, sociales, culturales, recreativos, deportivos, profesionales y políticos, tanto dentro de cada una de las naciones como en el plano mundial” (MM 60). Esta “socialización” expresa igualmente la tendencia natural que impulsa a los seres humanos a asociarse con el fin de alcanzar objetivos que exceden las capacidades individuales. Desarrolla las cualidades de la persona, en particular, su sentido de iniciativa y de responsabilidad. Ayuda a garantizar sus derechos (cf GS 25, 2; CA 16).” CATIC 1882

“Si bien la autoridad responde a un orden fijado por Dios, “la determinación del régimen y la designación de los gobernantes han de dejarse a la libre voluntad de los ciudadanos” (GS 74, 3).
La diversidad de los regímenes políticos es moralmente admisible con tal que promuevan el bien legítimo de la comunidad que los adopta. Los regímenes cuya naturaleza es contraria a la ley natural, al orden público y a los derechos fundamentales de las personas, no pueden realizar el bien común de las naciones en las que se han impuesto.” CATIC 1901

“Si toda comunidad humana posee un bien común que la configura en cuanto tal, la realización más completa de este bien común se verifica en la comunidad política. Corresponde al Estado defender y promover el bien común de la sociedad civil, de los ciudadanos y de las instituciones intermedias.” CATIC 1910
“Es notorio que [...] la comunidad política y la autoridad pública se fundan en la naturaleza humana y por ello pertenecen al orden querido por Dios” (GS 74, 3).” CATIC 1920
La diversidad de regímenes políticos es legítima, con tal que promuevan el bien de la comunidad.
 La autoridad política debe actuar dentro de los límites del orden moral y debe garantizar las condiciones del ejercicio de la libertad.” CATIC  1922-23

La comunidad política tiene el deber de honrar a la familia, asistirla y asegurarle especialmente:
— la libertad de fundar un hogar, de tener hijos y de educarlos de acuerdo con sus propias convicciones morales y religiosas;
— la protección de la estabilidad del vínculo conyugal y de la institución familiar;
— la libertad de profesar su fe, transmitirla, educar a sus hijos en ella, con los medios y las instituciones necesarios;
— el derecho a la propiedad privada, a la libertad de iniciativa, a tener un trabajo, una vivienda, el derecho a emigrar;
— conforme a las instituciones del país, el derecho a la atención médica, a la asistencia de las personas de edad, a los subsidios familiares;
— la protección de la seguridad y la higiene, especialmente por lo que se refiere a peligros como la droga, la pornografía, el alcoholismo, etc.;
— la libertad para formar asociaciones con otras familias y de estar así representadas ante las autoridades civiles (cf FC 46).”  CATIC 2211

“El poder político está obligado a respetar los derechos fundamentales de la persona humana. Y a administrar humanamente justicia en el respeto al derecho de cada uno, especialmente el de las familias y de los desheredados.
Los derechos políticos inherentes a la ciudadanía pueden y deben ser concedidos según las exigencias del bien común. No pueden ser suspendidos por la autoridad sin motivo legítimo y proporcionado. El ejercicio de los derechos políticos está destinado al bien común de la nación y de toda la comunidad humana.” CATIC 2237

“Deber de los ciudadanos es cooperar con la autoridad civil al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad. El amor y el servicio de la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad. La sumisión a las autoridades legítimas y el servicio del bien común exigen de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad política.” CATIC 2239

“El ciudadano tiene obligación en conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio. El rechazo de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política. “Dad [...] al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22, 21). “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5, 29):
«Cuando la autoridad pública, excediéndose en sus competencias, oprime a los ciudadanos, éstos no deben rechazar las exigencias objetivas del bien común; pero les es lícito defender sus derechos y los de sus conciudadanos contra el abuso de esta autoridad, guardando los límites que señala la ley natural y evangélica» (GS 74, 5).” CATIC 2242

La comunidad política y la Iglesia siempre en el CATIC del 2244-2246
En la encíclica Dios es Amor (Deus caritas est) # 29, el Papa Benedicto señala: “el establecimiento de estructuras justas no es un cometido inmediato de la Iglesia, sino que el deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en la sociedad es más bien propio de los fieles laicos.”, lo transcribo todo para quien guste profundizar:

“De este modo podemos ahora determinar con mayor precisión la relación que existe en la vida de la Iglesia entre el empeño por el orden justo del Estado y la sociedad, por un lado y, por otro, la actividad caritativa organizada. Ya se ha dicho que el establecimiento de estructuras justas no es un cometido inmediato de la Iglesia, sino que pertenece a la esfera de la política, es decir, de la razón auto-responsable. En esto, la tarea de la Iglesia es mediata, ya que le corresponde contribuir a la purificación de la razón y reavivar las fuerzas morales, sin lo cual no se instauran estructuras justas, ni éstas pueden ser operativas a largo plazo.
El deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en la sociedad es más bien propio de los fieles laicos. Como ciudadanos del Estado, están llamados a participar en primera persona en la vida pública. Por tanto, no pueden eximirse de la « multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común ».[21] La misión de los fieles es, por tanto, configurar rectamente la vida social, respetando su legítima autonomía y cooperando con los otros ciudadanos según las respectivas competencias y bajo su propia responsabilidad.[22] Aunque las manifestaciones de la caridad eclesial nunca pueden confundirse con la actividad del Estado, sigue siendo verdad que la caridad debe animar toda la existencia de los fieles laicos y, por tanto, su actividad política, vivida como « caridad social ».[23]
Las organizaciones caritativas de la Iglesia, sin embargo, son un opus proprium suyo, un cometido que le es congenial, en el que ella no coopera colateralmente, sino que actúa como sujeto directamente responsable, haciendo algo que corresponde a su naturaleza. La Iglesia nunca puede sentirse dispensada del ejercicio de la caridad como actividad organizada de los creyentes y, por otro lado, nunca habrá situaciones en las que no haga falta la caridad de cada cristiano individualmente, porque el hombre, más allá de la justicia, tiene y tendrá siempre necesidad de amor.” Deus caritas est #29
Dejo también un link para leer lo que dice al respecto el Papa Francisco:

https://www.aciprensa.com/noticias/un-buen-catolico-debe-entrometerse-en-politica-dice-el-papa-11128

También no podemos dejar de señalar que en muchas cosas que van aconteciendo a nivel mundial  en cuestiones de política, salud, las guerras, los ataques contra la Iglesia provienen de una sociedad “secreta” que por siglos ha decidido el rumbo de la historia, la Iglesia nos ha advertido también de esto pero para muchos católicos lamentablemente no han escuchado la respuesta de Pedro y Juan: “Juzgad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros más que a Dios” (Hech 4, 19) y tampoco escucharon al Maestro decir: “Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero” (Mt 6,24. Lc 16,13)
Los “católicos” masones quizá no se enteraron que la Iglesia nos viene previniendo de la masonería desde 1738, aquí te dejo una lista de los documentos que puedes consultar para ponerte al tanto.

Siglo XVIII
Clemente XII - Primer decreto papal en contra de la Masonería: bula In Eminenti Apostolatus Specula o In Eminenti.- 1738
Benedicto XIV - Providas romanorum - 1751

Siglo XIX
Pío VII - Ecclesiam a Jesu Christo - 1821 - Este documento entre otras cosas dice que los francmasones han de ser excomulgados, por sus conspiraciones contra la Iglesia y el estado.
León XII - Quo Graviora - 1826
Pío VIII - Traditi Humilitati - 1829
Gregorio XVI - Mirari Vos - 1832.2

Pío IX
Qui Pluribus - 1846 ​
Quibus quantisque malis - 1849
Quanta cura - 1864
Multiplices inter - 1865
Etsi multa - 1873

León XIII
Etsi Nos - 18824
Humanum Genus - 1884 - Encíclica
Officio Sanctissimo - 1887 - Encíclica
Ab Apostolici - 1890
Custodi di quella fede - 1892 - Encíclica
Inimica vis - 1892 - Encíclica
Praeclara Gratulationis Publicae - 1894
Annum ingressi - 1902 -
No son para nada pocas intervenciones al respecto, lo que sí son pocas, las personas que se han tomado el tiempo de leer , investigar y comprometerse a dar solución. Son pocas las personas que leerán este documento completo y menos las que se sentirán llamadas a salir del sopor en el que nos encontramos la mayoría de, según el Papa Benedico XVI, quienes deberíamos estar transformando nuestro entorno.


Hago un llamado a todos mis lectores para unirse en oración pidiendo a quien es la Luz del mundo (Juan 1, 4-5) que nos ilumine para actuar antes que sea demasiado tarde si no es que ya lo es. Pidamos que nos ayude a despertar y hacer visible la llegada de su Reino.

 Ante la falta de interés por la vida política, por la razón que sea, ante la falta de veraderos cristianos comprometidos, en lugar de preguntar ¿dónde está Dios? yo preguntaría :

¿Dónde están los cristianos?


 P.D. Todos los lunes intercedemos por ti, a las 8:00 PM en la rectoría de San Judas Tadeo, en Mérida, Yucatán, México. Cuando gustes, eres bienvenido (a)


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2 comentarios:

  1. Gracias por tu reflexión, desde mi experiencia creo que ante situaciones muy difíciles hemos tenido esa tentación de cuestionarnos dónde está Dios, sin embargo cuando lo vamos conociendo a través de las sagrada Escritura y los documentos de la iglesia, entendemos que Él, siendo el mejor Papá, siempre quiere nuestro bien y entonces cuando llegan las dificultades tenemos la certeza de que está siempre a nuestro lado sufriendo con nosotros nuestros propio errores. Oremos para que más Mexicanos tengan un encuentro con Cristo y cada vez seamos más los que vivamos nuestra fe y demos testimonio de ella. Dios te bendiga!

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    1. De acuerdo, necesitamos orar mucho, sobretodo delante del Santísimo. Gracias por comentar y por tus oraciones.

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