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jueves, 15 de diciembre de 2016

CONFIANZA EN DIOS




«Bendito el hombre que confía en el Señor,
y pone su confianza en él.
Será como un árbol plantado junto al agua,
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor,
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto.»

Jeremías 17,7-8

Muchas citas nos invitan a la confianza en Dios. Entre Salmos, proverbios, el mismo Jesús en el Evangelio, los apóstoles en sus cartas.

Pon en manos del Señor todas tus obras,
y tus proyectos se cumplirán.
Proverbios 16,3


En otras ocasiones he comentado, que estoy convencido que la mejor alabanza que podemos hacerle a Dios es una confianza plena. Sabemos que Dios es amor (1 Jn 4, 8) y por lo tanto sabemos que es bueno. Entonces ¿por qué nos cuesta tanto confiar?

Confía en el Señor de todo corazón,
y no en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas.

Proverbios 3,5-6

Hacemos precisamente lo contrario a lo que nos dice Proverbios 3, 5-6, repetimos con frecuencia palabras que no están en las Sagradas Escrituras y les damos más validez. Por ejemplo: “A Dios rogando y con el mazo dando”. No es que este mal, pero es un refrán, no es que no sea verdad, también la Biblia nos habla de esto pero considero que esta frase se usa muchas veces para disfrazar nuestra falta de Fe y de Confianza.

Quien ora, con frecuencia, quien ha hecho de la oración parte importante de su vida, va descubriendo poco a poco, una sensación difícil de explicar y también difícil de creer para quien no ora, la sensación de que Dios tuviera sus oídos pegados a los labios del orante. Pues esto no es invento, también está escrito:

El Señor está cerca de quienes lo invocan,
de quienes lo invocan en verdad.
Salmos 145,18

Quien no ora, pone mil excusas, sin fundamento, solo no ora y por lo tanto no sabe, desconoce el verdadero poder de la oración. Algunos con aire de intelectualidad,  creen poder ponerle límites a lo que Dios puede o no hacer. Otros en cambio, cuando oramos tenemos presente que en el Credo decimos creer en un solo Dios, Padre, TODOPODEROSO.


Cuando cruces las aguas,
yo estaré contigo;
cuando cruces los ríos,
no te cubrirán sus aguas;
cuando camines por el fuego,
no te quemarás ni te abrasarán las llamas.
Isaías 43,2


Muchas cosas podrían parecernos imposibles, sin embargo la Sagrada Escritura está llena de testimonios de cosas sorprendentes.

Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios:
que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.
1 Juan 5,14


Ponemos mucho más empeño en las cosas del mundo que es pasajero, que en las cosas trascendentes como por ejemplo el estado de nuestras almas frente a Dios. Tal es nuestra soberbia que creemos que porque algo no sabemos, no existe. Por poner un ejemplo, el hecho de no saber que la filosofía es una ciencia, que no todas las ciencias tienen que contar con los mismos procedimientos, y que razonando con ayuda de la filosofía es posible y es razonable creer en la existencia e inmortalidad del alma, pero como esto es algo que no sabemos la mayoría, muchos dan por sentado que no existe tal cosa o que es un mito que se debe superar.

Temer a los hombres resulta una trampa,
pero el que confía en el Señor sale bien librado.
Proverbios 29,25


Te has puesto a pensar, ¿qué tienen en la cabeza las personas que con sus acciones afectan a miles de personas o a cientos de familias?
Yo he pensado que estas personas no temen a Dios, unos porque no creen, otros porque no saben, otros prefieren contentar al hombre. Pero un día todos estaremos frente a Él, rindiendo cuentas. Hoy muchos no tienen tiempo para Dios, pero para morir todos tendremos tiempo y para estar frente a Jesús también y ¿qué le diremos? ¿No sabía? ¿Yo esperaba a Acuario? ¿no que eres misericordioso?

Pero, ¿por qué hablo de esto cuando estoy hablando de confianza?

Porque quiero recomendarte orar, y que cuando ores pidas crecer en la confianza, y que cuando confíes pidas que otros confíen, que su Sagrado Corazón se llene del gozo de nuestra confianza, que nuestra confianza sea tal que podamos reparar por los que no confían. Y confiemos también que podemos pedir nos de los medios para presentarnos ante Él limpios, listos para las bodas.

No dejes que el estrés te robe la vida, no dejes que las carreras deterioren tu salud, que las prisas y el ajetreo de cada día distraigan tu mente de lo verdaderamente importante, de “la mejor parte”(Lc 10,42)
Manténganse libres del amor al dinero,
 y conténtense con lo que tienen,
 porque Dios ha dicho:
«Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.»
Hebreos 13,5

Hoy diríamos que esta cita es un pretexto para ser mediocres, ¿se equivoca Dios? ¿Hay error en el mensaje espiritual de la Biblia? No, una cosa es ser perezoso y otra es aceptar lo que Dios nos da y permitirle que nos regale, las cosas que no vemos que nos regala. He leído  diferentes libros espirituales, en los que se relatan muchos casos de personas que no conocemos pero que en todo el mundo están optando por la pobreza, muchas personas la consideran una bendición, pero sobre todo muchas personas que antes llevaban una vida opulenta y que al final dejaron todo para vaciarse del mundo y llenarse de Dios. ¿Por qué será que a quienes nos la regala el Señor la rechazamos? Es verdad que se necesitan cosas y que esas cosas cuestan, pero porque dejar la vida en algo que no nos va a salvar? Tampoco digo que tener abundancia esté mal, San Pablo conoció la pobreza y la abundancia, pero solo se gloriaba en Cristo. Esforcémonos, luchemos, pero no nos deprimamos, no nos angustiemos por nada. Aceptemos su Voluntad y no permitamos que el mundo nos diga lo que es o no ser exitoso.

Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten,
conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.
Filipenses 4,19

Cuantas veces lo hemos y lo han comprobado quienes nos abandonamos a su providencia.
La multiplicación de los panes no ocurrió una vez,  de hecho en el evangelio se relatan dos ocasiones, pero en las vidas de los santos podemos encontrar muchas más. ¿Qué es lo que Dios no puede hacer?

Cuando siento miedo,
pongo en ti mi confianza.
Salmos 56,3

¿Es normal sentir miedo? No se si sea normal, se dice que cuando un niño nace tiene miedo ante la pérdida del apoyo físico, ante cambios bruscos en el entorno (movimientos, luz…), ante ruidos fuertes o inesperados, pero una vez que conocemos a Dios, y decimos creer resulta un poco incomprensible. No es que yo no tenga miedo, pero cuando lo tengo ciertamente he dejado de pensar en manos de quien estoy ya que Dios, no se encuentra lejos de cada uno de nosotros; pues en él vivimos, nos movemos y existimos…” (Hch 17,27-28) Entonces, quizá podamos decir que es normal, lo que no es normal es que sabiendo quien es Dios, cómo nos ama, cómo nos escucha, permanezcamos temerosos ante las preocupaciones de la vida diaria.

Me he excedido en longitud esta vez, pero creo que ha valido la pena y por si fuera poco les dejaré más citas para aumentar su confianza.



En vano te levantas tan temprano y te acuestas tan tarde,
y con tanto sudor comes tu pan:
él lo da a sus amigos mientras duermen.
Sal 127,2

Así que podemos decir con toda confianza:
«El Señor es quien me ayuda; no temeré.
¿Qué me puede hacer un simple mortal?»
Hebreos 13,6

Confío en Dios y alabo su palabra;
confío en Dios y no siento miedo.
¿Qué puede hacerme un simple mortal?
Salmos 56,4

Cuán grande es tu bondad,
que atesoras para los que te temen,
y que a la vista de la gente derramas
sobre los que en ti se refugian.
Salmos 31,19

El que atiende a la palabra, prospera.
¡Dichoso el que confía en el Señor!
Proverbios 16,20

Confía en el Señor y haz el bien;
establécete en la tierra y mantente fiel.
Salmos 37,3



MEJORAM
15/12/16


4 comentarios:

  1. Me gustó mucho Ramiro, gracias!
    Ayer estaba mi hijo de 21 años en mi cuarto viendo una serie de la TV mexicana. Increíble la cantidad de palabras groseras con las que hablaban los actores.
    Parece que es como para darle "fuerza" a lo que dicen, porque las palabras están devaluadas.
    Leyendo esto me parece que lo que necesitamos es confianza.
    En Dios y en los hombres.
    Así cuando digamos si, sea si. Y cuando digamos no, eso sea.

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  2. Señor, hazme como el árbol en la orilla del río, que siempre reverdece, se Tú ese río que nunca me dejará sucumbir!

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  3. Gracias Marisol y Rubí. Iremos mucho por quienes son tan pobres que solo tienen dinero.

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