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lunes, 11 de marzo de 2019

PONGÁMONOS LAS PILAS


Se recrudece la batalla, los medios masivos de desinformación bombardean con slogans de falacias, sofismas y datos falsos respecto a los temas de la agenda con una insistencia impresionante.

¿Los católicos insistimos con la misma fuerza presentando argumentos para defender el bien, la verdad y la libertad o permanecemos indiferentes?

El sábado estuve en un retiro, reflexionamos la lectura de Ezequiel 37 y Lucas 8,40. Los huesos secos que son revestidos de nervios, carne y finalmente llenados del Espíritu Santo. El caso de la hemorroísa y la hija de Jairo. Jairo y la hemorroísa, han tenido que arriesgar demasiado. Ella si hubiera sido descubierta se exponía a una muerte violenta, él, se exponía a ser descubierto como amigo de aquel, Jesús, que se estaba perfilando como enemigo público entre las autoridades civiles y religiosas siendo Jairo jefe de la sinagoga. Ambos tomaron el riesgo porque la fama de Jesús le precedía.

Para que los huesos secos cobraran vida el profeta tenía que proclamar la Palabra. Para buscar a Jesús , Jairo y la mujer con flujo tuvieron que haber escuchado de Él.

La sociedad actual está seca, y cada vez más. Está siendo además, programada para no escuchar y defenderse de la Palabra de Dios. El panorama pareciera no poder empeorar pero lo hará. El desaliento será una tentación constante para los nuevos profetas de nuestro tiempo, sin embargo no estamos solos.
El Espíritu Santo, que habló por los profetas, Señor y dador de Vida, el Paráclito, nuestro abogado, está de nuestro lado. Lo creas o no, es él quien hoy te está llamando a profetizar a los huesos secos.

Levanta la voz hermano, dobla las rodillas, suplica, ora insistentemente que vuelva la luz, su Luz a las conciencias.


No será fácil, encontraremos muchos obstáculos, dentro de la misma familia, dentro de la iglesia, será un constante remar en contracorriente, pero valdrá la pena.


Al final con lágrimas de gozo obtendremos la victoria, habremos salvado muchas almas y a la sociedad, la iglesia entera.

Limpiaremos los rostros avergonzados de tantos que se nos opusieron. Al final el tiempo, la realidad y Dios nos darán la razón.

Ora, pide discernimiento, lee, busca estadísticas, recopila evidencias, conoce nuestro Magisterio y la Palabra de Dios y no te canses de anunciar y denunciar.

Permanece en Gracia, confiesa y comulga lo más seguido, mantente en la presencia del Señor lo más que puedas cada día.

Ve al Santísimo, pídele la inteligencia de los grandes Apologetas, la elocuencia de San Bernardo, el testimonio arrasador de San Francisco y Juan Pablo II, la valentía de Sta Catalina de Siena.

Pide toda la ayuda posible a Dios y ora por los que estamos en el mismo camino.


Estoy seguro que este malestar pasará muy pronto, pero para eso hay que insistir con la misma tenacidad que lo hacen los medios. No sólo se trata de que acabe el mal sino de disminuir el daño, que sean menos las víctimas.

"Hijo, si te llegas a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba."
Eclesiástico 2,1

"De David. Bendito sea Yahveh, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la batalla;" Salmos 144,1


"Saldrá entonces Yahveh y combatirá contra esas naciones como el día en que él combate, el día de la batalla."
Zacarías 14,3


MEJORAM
11/03/30





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Con el objetivo de facilitar el contacto, les dejo un link en el que puedes acceder a mi Currículum, donde además aparecen mis datos y requerimientos, para visitar tu comunidad o parroquia.






3 comentarios:

  1. Necesitamos aprender a pedir, Dios dijo que si pedimos nos lo dará. Me gustaría hacer muchas cosas para ayudar a salvar almas pero no me siento capaz. Con esta reflexión ya sé que pedirle a Dios, gracias que Dios te bendiga y te siga regalando ese don de ver lo que muchos no vemos.

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  2. Excelente comentario como siempre, útil y necesario. Quién como Dios, nadie como Dios! Dios con nosotros, quien contra nosotros!

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  3. Muchas gracias Rubí y Mónica qué amables. Sus comentarios me animan a seguir.

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