CERTEZA ANTE LA DUDA
Hace aproximadamente un año, recibí la invitación a dar una plática en un colegio católico, e inicié preguntando a los ahí presentes si le creían todo a la iglesia.
La respuesta fue, por diferentes razones: no, no todo.
En ese momento, era la respuesta que no quería escuchar pero que estaba seguro escucharía, de modo que no me tomó por sorpresa, sin embargo a ellos les sorprendió que dijera que si no le creemos todo es porque tenemos problemas con nuestra formación.
Es muy sencillo, la Iglesia es Madre y Maestra, y con un poco de empeño podemos encontrar las razones, basadas en abundante bibliografía y referencias, de todo cuanto enseña.
He comentado muchas veces, y así lo hice ahí, que cuando la Iglesia emite una postura respecto a un tema, lo hace con conocimiento. Se apoya Sí en la Sagrada Escritura, pero también en la ciencia. Convoca a expertos en diferentes campos y escuchándolos toma una decisión.
Nunca es por molestar a alguien o por causar incomodidad, sino que sabiéndose responsable de dar a conocer la Verdad, estudia muy bien las circunstancias, las variables y la experiencia de los expertos.
San Pablo en varios pasajes nos invita a tener un mismo sentir ( Hch 1,14 ; 2,1) y Jesús nos dice que un reino no puede estar dividido (Mt 12,25; Mc 3,24 etc), es más, ora para que seamos uno (Jn 17,11.21), de modo que es muy importante tener unidad de criterios, decir todos lo mismo de modo que no haya católicos "a mi manera" escogiendo qué corriente le apetece más.
Si en algo no estamos de acuerdo con la postura de la iglesia, preguntemos, investiguemos, y tengamos la humildad de reconocer algo muy importante: ¿Cuáles son las probabilidades de que yo sepa más que la iglesia?
Alejemos de nosotros las sospechas hacia nuestra Madre y Maestra, la sospecha no nos dará como fruto un aumento de la Gracia, en cambio la obediencia y la humildad sí.
Hoy, se alzan muchas voces de "expertos" pretendiendo juzgar cada paso del Papa Francisco y acusarlo de herejía, no haré un juicio de esto, únicamente diré que aún cuando he dedicado mucho tiempo, años a leer, investigar o profundizar en nuestra fe, no me siento a la altura de juzgar a quienes estudiaron años de filosofía y teología y que por si fuera poco tienen alguna especialidad, y por si esto no fuera suficiente son asistidos, guiados, iluminados por el Espíritu Santo. Pretender estar a su altura y juzgarlos me parece soberbia.
A algunos de estos jueces basta con preguntarles: ¿te sabes los 10 mandamientos en orden? ¿Sabes la clasificación de los Sacramentos? ¿Podrías explicarme cómo actúan las virtudes teologales, y su relación con los dones, frutos y carismas? ¿Conoces las dimensiones de la vida espiritual? ¿Sabes la diferencia entre Salvación y Santificación?
¿Qué es y cómo aumentar la Gracia santificante?
¿Ves? Hay muchos temas que son vitales para el alma y son realmente pocos quienes saben estas cosas.
Por el bien de tu alma ora por el Papa, los cardenales y obispos, que se dejen guiar, que no se olviden quién y para que les llamó. Y vuélvete un evangelizador de tiempo completo, en todo momento y lugar.
Instrúyete y ora mucho, por la jerarquía, por ti, por mí, por todos.
MEJORAM
02/10/19
P.D
Otra cosa que se me ha pasado comentar y que me parece preocupante es ver publicaciones de católicos recomendando los anticonceptivos para no pedir Aborto.
¿Será que no conocen la enseñanza de la Iglesia respecto a los anticonceptivos o quizá tienen desconfianza de esta enseñanza?
¿Ustedes la conocen?
¿Conocen los motivos?
¿Por qué le tenemos miedo a promover la virtud?
-paciencia
-castidad
-templanza
Al inicio del pontificado de SS Benedicto XVI, hizo un comentario que escandalizó al mundo, los anticonceptivos no van a detener el sida, sino la castidad (no cito textualmente), repito, en su momento causó revuelo, hoy la ciencia y el tiempo, le han dado la razón.
A mi me han insultado por decir lo que vengo diciendo desde 2001, hoy, justamente este año el tiempo me ha dado la razón.
Hoy el mundo se escandaliza de la virtud, del ayuno, de la flagelación, del cilicio, pero no se escandaliza de la educación sexual explícita, que despierta la curiosidad desde temprana edad, no se escandaliza de las series, caricaturas, películas, o el reggaetón.
Hoy recomendar leer a San Juan de la Cruz, a Scupoli, o Tomás de Kempis parece anacrónico, pero leer 50 sombras, literatura pornográfica está muy bien.
Se duda, se desdeña la enseñanza de la Iglesia que es Madre y Maestra y se pondera cualquier cosa que el mundo ponga de moda.
Hoy, es cierto, son otros tiempos, sabemos más cosas, hoy no se desprecia al cuerpo como quizá se hacía en la época de los maestros de vida espiritual, hoy sabemos Antropología y teología del cuerpo, pero, creo que corremos el peligro de llegar al punto opuesto: despreciar el espíritu.
Somos cuerpo y espíritu, estoy de acuerdo, pero miremos los frutos de aquella época de grandes ascetas y místicos.
¿Donde está el Francisco de nuestra época, o el padre Pío, o donde la sta Teresa (cualquiera de ellas)?
Es cierto, somos cuerpo y espíritu, el cuerpo tiene necesidades inmediatas, nos jala hacia el inmanentismo, el espíritu, entrenado, nos empuja a la trascendencia.
Hoy, estoy convencido, con mayor razón necesitamos aprender de esos maestros porque la tentación y las oportunidades de caer son más fuertes.
MEJORAM
Predicador católico
03/10/19
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