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lunes, 31 de julio de 2023

EL FARO

 EL FARO

¿Qué es un faro y para qué sirve?

  Faro

nombre masculino

1. Torre alta situada en las costas y puertos que emite una luz potente a intervalos para orientar de noche a los navegantes.

2. Luz potente que sirve a los aviadores para reconocer su ruta nocturna y para guiar su aterrizaje. (1)

 El faro, es y debe ser una luz potente, para orientar y guiar. Podrá ser tan potente que deslumbre, aunque lo dudo, a quien la mire de frente. Pero sin duda, esa luz y su potencia no ofende sino que orienta y guía. 

 ¿A quién podría ofender un faro o su potente luz? No ofende pero perjudica ¿A quien perjudica? Al ladrón, al asaltante, al bandido, al pirata y a todo aquel que se aprovecha de la oscuridad para cometer un delito, un abuso o un pecado, pero previene, protege y ayuda a las posibles víctimas de todos esos malhechores por lo que el faro y su luz, no ofenden sino que ayudan, orientan y guían. 

Y ninguna necesidad tiene ¿Qué necesidad tendría el faro de ocultar su luz, de mimetizarse con las sombras?  Por definición, si el faro ocultara o apagara su luz dejaría de ser, perdería su esencia, no sería ya un faro. 

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Pero ¿Por qué el faro apagaría su luz renunciando a ser lo que se supone que sea? ¿A beneficio de quién? ¿Quién estaría detrás de tal perversión? 

El faro y su luz deben orientar y guiar ¿De qué manera el faro y su luz podrían ser ofensivos o dañinos? Si el faro cayera sobre alguien, si su luz que hasta finales del siglo XVIII se iluminaba con hogueras (1) cayera sobre un barco y lo incendiara, ambas cosas quizá no hayan sucedido nunca y si ocurrió alguna, considero poco probable que haya ocurrido intencionadamente, de modo que en qué otro modo el faro o su luz podrían ser perjudiciales, pregunto de nuevo aún corriendo el riesgo de ser repetitivo. El faro y su luz cuando más daño hacen es cuando dejan de iluminar porque en automático dejan de orientar y guiar lo cuál es su razón de ser y existir.  El faro haría mucho daño si en lugar de iluminar, orientar y guiar prestara oído a los ladrones, asaltantes, bandidos y fornicarios que endulzándole el oído lo llevarían a renunciar a lo que es y debe ser porque en vez de iluminar, orientar y guiar contribuiría a confundir, errar el camino y perderse. Afortunadamente el faro no tiene oídos y sin embargo sí que ha evolucionado y se ha perfeccionado, ya no se sirve de hogueras sino de potentes focos y lentes. Su luz no se atenuó sino por el contrario se hizo más intensa, lo cuál le permite llegar más lejos. 

 El faro puede iluminar por su luz, pero puede orientar porque está firme en el mismo lugar. No necesita moverse, agitarse, danzar o dar saltos para llamar la atención, es su luz la que lo hace visible y su fijeza apoyada en tierra firme lo que lo hace capaz de orientar. 

 El faro, pues, no sigue modas ni opiniones, sus actualizaciones lo han perfeccionado y es preciso entender que ese perfeccionamiento tiene que ver con ser más faro, es decir con perfeccionar su capacidad de iluminar. 

Quisiera tener la confianza de dejar hasta aquí y que cada quien entienda de lo que hablo, sin embargo dejaré esa confianza para otra ocasión y trataré de explicar la metáfora. 

 La Iglesia, en siglos pasados, en momentos de crisis siempre fue un faro y también un asidero para la humanidad. Considero que uno de estos momentos, relativamente reciente o cercano a nuestra época y no el único pero quizá de los más llamativos en que la Iglesia fue un faro ha sido la intervención de San Juan Pablo II con la caída del muro de Berlín.

 ¿Acaso estoy insinuando que la Iglesia ya no es un faro? Quizá lo que diría es que la Iglesia no es lo que parece. No tiene el número de seguidores que parece. No es ni de cerca tan grande porque los verdaderos católicos (y no es que pretenda decidir quién sí o quién no lo es) son o somos (si es que yo lo soy) una minoría. 

  La mayoría, ha elegido seguir las opiniones, desinformadas la mayoría de las veces, manipuladas y por lo tanto ideologizadas otro tanto, y ha pretendido (¿ingenuamente?) agradar por encima de iluminar y orientar. 

 Pero entonces ¿La iglesia no debe escuchar? Puede, porque no está hecha de piedra sino de personas, pero ha de tener siempre en cuenta en primer lugar, que es faro, que tiene la Luz y no cualquiera sino la verdadera, la única, la de Jesús que además de ser Luz es al mismo tiempo el Camino. Y en segundo lugar debe tener presente que si va a escuchar y actualizarse es para que la Luz resplandezca mejor y llegue más lejos que es lo que la haría "más faro" y , esto es importantísimo, deberá así mismo, recordar que ni Dios, ni el Cielo, ni las familias y por supuesto, tampoco el faro, son demócratas. Es más, el faro tendría que iluminar sobre el valor real de la democracia como antagonista de la luz, del orden y la orientación. 

 Cambiaron los tiempos y cambiaron las personas, y la Luz del faro tendría que mostrarnos de dónde viene y las intenciones del cambio y mantenerse firme para que una vez más, por confusa y dolorosa que  sea la tempestad podamos mirar al faro y retomar la ruta. Pero si en lugar de eso, para evitarnos la náusea y los mareos de altamar intensificados por la turbulencia o la tempestad,  el faro comenzara a bambolearse junto con las aguas no sólo no podríamos mantener el rumbo sino que finalmente terminaríamos por volver el estómago. 

 Esta sensación es la que me produce ver "expertos" dando clases,  conferencias o aún peor, homilías (o reflexiones en el misal), utilizando el lenguaje desdoblado, usando expresiones de victimismo hacia la mujer, o cuando la jerarquía calla ante la masacre del aborto en el mundo o cuando alguien piensa que Dios solo mira cómo la masacre toma nuevas formas (guerra, eutanasia, suicidio asistido, etcétera) y el avance de las ideologías y están convencidos de que no intervendrá. 

 El faro no es tan grande cuando un alto porcentaje de los que lo formamos somos únicamente posers (faroles y no faros) "católicos",  hinchaditos de vanidad porque sabemos mucho de psicología (y no pocas veces ni eso o sólo eso es lo único que sabemos) y eso nos basta y sobra mientras que Cristo no nos es ni siquiera suficiente.  Que si oran, su misma oración es "científicamente cuidada" para que no sea una fe infantil. Imaginen la sorpresa si algún día se topan con Mc 10,15. 

 ¿Cómo ser faro si no se percibe la oscuridad que nos rodea? Para quitar el miedo al niño que le teme a la oscuridad, de nada serviría decirle que no hay tal oscuridad y aunque sabemos que no se le aparecerá ningún espanto aún podría tropezar y golpearse, por lo que lo mejor que podemos hacer es encender una luz. 

 Debo aclarar una y mil veces que no tengo nada contra la psicología, es una ciencia y una herramienta y reconozco una y mil veces que es una ciencia que me gusta, sin embargo, imaginen que el faro alumbre guiado por sentimientos y opiniones. En vez de faro sería como esas luces intermitentes en la carretera por la noche, su función quedaría reducida a que nadie se estrelle contra sí mismo. Eso y las calcomanías de "este hogar es católico" sirven lo mismo. 

 Un faro, sin su potente luz, si esta fuera cambiada por foquitos de navidad (a buen entendedor...) ¿Qué sería? 

No es mi intención criticar destructivamente a mi Madre la Iglesia como institución, pero tú hermano (a) en tanto iglesia ¿Eres faro,  arbolito de navidad, vara (apagada) que aún humea (cfr. Is 42,3) o ya ni eso?

"«Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz."  Lc 8,16 

"«Nadie enciende una lámpara y la pone en sitio oculto, ni bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que los que entren vean el resplandor." Lc 11,33

"Mira, pues, que la luz que hay en ti no sea oscuridad." Lc 11,35

"«Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."   Mt 5,14-16

 Ramiro Medina (Mejóram)

31/Jul/2023

Referencias:

(1) https://languages.oup.com/google-dictionary-es/



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2 comentarios:

  1. Sin duda alguna, y es clara la importancia de hablar de esto puesto que definitivamente estamos en esos tiempos, en que la Iglesia tiene que ser faro, y me atrevería a decir, en el más excelente de todos los tiempos habidos y por haber, para que la Iglesia Sea ese Faro que siempre Ha sido, y Lo sea entonces de la manera más Perfecta que Ha Sido.

    Otro de los momentos en la historia de la humanidad que pienso que es consolador recordar, es en la peste negra, en la que mientras todos perdían la cabeza y vivían con un miedo irracional (irracional claro, para un católico, aunque quizás perfectamente entendible para un ateo) y terrible, mientras que la Iglesia Seguía Firme y Orante, y sobre todo Fiel, puesto que a pesar de todo, nunca cerró sus Puertas y Seguía Administrando los Sacramentos de Salvación, pues Tenía bien en claro cual era la Vida que Tenía que Salvar; y ese tiempo solo sirvió, como toda prueba en un Santo, para renovar y fortalecer la Fe, la Esperanza y el Amor de la Iglesia con Su Esposo.

    Muy acertado, sigue escribiendo, ¡Deo Gratias! 🙏🏻

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por comentar y por los ánimos, me viene muy bien.
      Gloria a Dios.

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