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lunes, 19 de junio de 2017

EL AMOR EN TIEMPOS DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

Actualmente existe un debate acerca de la ideología de género, los derechos, el amor, las opiniones, la libertad, etcétera.
Estoy casi seguro que existen grandes dosis de bondad en todas las partes que participan en el debate, lo que no podemos asegurar es que todos tengan razón aunque puedan parecer muy convincentes las opiniones.
Aquí me toca hacer un paréntesis pues sale a la luz el primer término a definir o aclarar, aunque no lo haremos ahora sino cuando comencemos a comentar todos los términos, solo quisiera señalarlo, es decir, punto número 1: opiniones y en segundo lugar tendremos que aclarar que se entiende por derechos.
Mencioné anteriormente el amor, puesto que es uno de los “argumentos” (supuestos argumentos) más “fuertes” que utilizan las personas que están de acuerdo en que un beso es un beso y que el amor triunfará (#lovewins).
Hace ya por lo menos 6 años, escuché una charla con el verdadero  Patch Adams, en la que él dice haber revisado muchos libros y en todos los libros de psiquiatría no había encontrado una sola página que hablara sobre el amor. Por alguna razón me hice a la idea de que entonces alguien tenía que investigar sobre el tema, de manera inconsciente asumí que no habría bibliografía. Resulta que me equivoque. La hay, y comencé entonces a leerla.
Para empezar, creía que sabía algo acerca del tema, había escuchado en varias ocasiones en pláticas de la iglesia sobre el amor filias, eros y ágape, pero no sabía que eso no era ni una milésima parte de lo que encontraría, así fue como me embarqué en leer sobre, antropología (filosófica y teológica), sobre  Personalismo, también me encontré con E. Fromm, etc.
No quiero hacer una lista de todo lo que he leído, solo dejar bien claro que el tema es muy amplio, que implica cuestiones filosóficas, metafísicas, antropológicas, psicológicas, sociológicas y que pretender ser un experto y querer tener razón cuando el único argumento es la poca información bastante tendenciosa y distorsionada que se nos presenta en las telenovelas y películas es un error muy grande.
Comencemos con las opiniones. Hoy existe la tendencia a creer que todas las opiniones están bien solo porque alguien las expresó, no discuto que cualquier persona tiene derecho a no estar de acuerdo con todo lo que se diga, pero no estar de acuerdo de ninguna manera significa tener razón.  También se cree (aunque quizá no conscientemente) que todos están obligados a escuchar todas las opiniones, no creo que sea así.
Para entender lo que digo es importante comprender qué es la opinión. La opinión tan solo es una de las formas de nuestra mente para aproximarse a la verdad. Las otras son la duda, el error, las certezas, legítimas o ilegítimas. De todas, la opinión, es la menor, debido a que no presenta evidencias que den certeza de lo que se dice.

El ser humano es un buscador de la verdad, no le da igual cualquier cosa sino que desea, busca, prefiere la verdad, lo que da certeza. De manera que si tuviera que invertir una cantidad de tiempo escuchando a alguien, sin duda elegiría escuchar argumentos bien fundamentados, de preferencia acompañados de su correspondiente evidencia.

Sucede en el tema del amor que además de que generalmente el nivel de la discusión casi nunca pasa del nivel de la opinión, porque los “contendientes” no están capacitados para discutir del tema, por si fuera poco, constantemente el discurso por parte de quienes están en contra de las tradiciones y buenas costumbres (por llamarlo de alguna forma), está plagado de sofismas.
Qué es un sofisma, es en pocas palabras una mentira dicha de tal forma que parece verdad.
Se usan sofismas con una habilidad impresionante, eso no se discute, pero volvemos a algo que ya habíamos dicho: “el hombre es un incansable buscador de la verdad”. 
Ah pero, estas personas como no son “quien” para discutir el tema, tampoco saben muy bien qué onda con el tema de la verdad.
Creen y se repiten constantemente que la verdad no existe, que es relativa o que cada quien tiene “su verdad”.  Pero lo siento, tampoco saben que ellos “no son la medida de las cosas” y que por lo tanto no es suficiente con que digas que la verdad no existe para que ¡Zas! Ya no exista.

No, para eso hace falta mucho, primero hace falta poner a chambear esa maravillosa máquina que se nos regaló y que llamamos cerebro. Antes de discutir el tema de la verdad, tendríamos que poder discutir el tema de las aproximaciones a la misma, una vez aclarado el asunto, podríamos pasar a discutir sobre el tema de la verdad, de ahí pasar a hablar sobre derechos.

El hombre, insisto, es un inquieto buscador de la verdad, le preocupa qué es lo bueno, lo mejor, le preocupa elegir lo mejor para sí mismo. Desafortunadamente, la mayoría de nosotros carecemos de una formación integral en la que se nos forme en cuestiones como la disciplina, la reflexión acerca de nuestros actos, etcétera. Y ¿qué tiene que ver eso? Sencillamente que debido a nuestra falta de disciplina, es fácil dejarnos llevar por sentimentalismos, por nuestras emociones, caprichos etcétera y dedicamos muy poco o nada de tiempo a reflexionar sobre lo que hemos hecho y sobre nuestro futuro.
¿Y qué? Pues al no pensar en el futuro, es poco probable que mientras te dejas llevar por tus impulsos estés al mismo tiempo afectando sin planear tu futuro, el resultado a la larga es que muchas de esas cosas realizadas sin pensar, por puro capricho, por dejarse llevar, tendrán consecuencias que lamentaremos seriamente.
¿Sigues sin entender?
Cuando las personas que estamos a favor de la verdad, del bien, de las buenas costumbres, o como gustes llamarle, estamos pensando en un bien que no es ni aparente ni momentáneo sino un bien que va más allá, le llamamos trascendente.
Hay quienes creen que la gente tiene derecho a cualquier cosa, y la verdad es que ese es otro tema que no es para debatir mientras te tomas una soda o un café, son temas que tienen sus argumentos, sus evidencias bien fundamentadas no en caprichos sino en razones que proporcionan certezas. Visto de este modo, lo que quiero decir es que existen razones para insistir en que solo se tiene derecho a aquello que te haga más y mejor persona.
No se tiene derecho a suicidarse, solo por ponerte un ejemplo, nadie tiene derecho a causarse daño, ¿por qué? Porque causarse daño no te hace ni más ni mejor persona.
Hay quienes falsamente insisten en que se tiene derecho a lo que diga la ley. Este es otro error, este en lo particular me hace pensar que los legisladores necesitan unas muy buenas clases de ética.
La ley, debe proteger algo que llevamos todos en nosotros mismo, y que hábilmente se cuestiona y hasta causa risa a algunos por anacrónico. No es anacrónico para nada y es absolutamente cierto que le ley debe proteger todo aquello que llamamos ley natural, ya que esta ley garantiza o debería garantizar el orden, la ley debería cuidar que esta ley natural se cumpla.






Pongamos un ejemplo:
Supongamos que tenemos ante nosotros una persona que se siente dinosaurio.
Desde el punto de vista de la verdad, estaría en un error.
Desde el punto de vista médico, esta persona presenta un trastorno de la realidad.
¿Qué es lo mejor?
a)      Seguirle la corriente porque no es políticamente correcto contrariarle diciéndole que está en un error.
b)      Brindarle o buscarle ayuda.
Desafortunadamente, estamos en un momento de la historia en que está de moda ser “políticamente correctos” y no nos es permitido expresar nada que no vaya en la misma línea de las ideologías de moda. Solo quien se comporta como parte del rebaño puede externar sus pensamientos. Me encantaría leer o escuchar algunos buenos argumentos que justifiquen la corrección política, aunque la verdad dudo que existan.
La corrección política nos impedirá entonces tener sentido común y elegir el inciso b).

Analicémoslo en términos económicos, es decir, buscaremos el bien económico de la persona ya que no podemos aspirar al bien psicológico para no ofender:
¿Qué resulta más económico? (recuerda que hay que pagar gasolina cada vez más cara)
a) Pagar un tratamiento a la persona para que se le hagan implantes de piel de dinosaurio, cirugías para acortar sus miembros superiores (en caso que decida ser un velociraptor o un T-Rex, o alargarlos en caso que decida ser otra especie), Cirugía estética para darle un rostro adecuado?
b) Pagar las citas con el psiquiatra o el psicólogo según sea el caso.
Analicémoslo según la practicidad:
¿Con quién preferirías salir?
a)  Con un dinosaurio que no sabes qué ni cuanto come.
b) Salir con un amigo y que el pague sus cosas.
Imagina que se altere de la nada y ataque a los peatones.

Para no alargar la reflexión, nada más quiero insistir y retomar lo dicho, para hablar del amor con autoridad, hay que empaparse de una muy larga lista de bibliografía, de manera que puedan los debatientes entender que el amor, por sus características no da lugar a falsas interpretaciones y por definición limita muchas cosas que podrías o deberías hacer.

San Agustín dijo algo muy interesante: “Ama y haz lo que quieras”. Realmente si amas, si amas de verdad, la gama de posibilidades de cosas por hacer automáticamente se reduce por lo menos a la mitad.
Entonces, decir que amor es amor, un beso es un beso, indica una bibliografía muy corta, y corta también la reflexión y la capacidad de análisis.
No es odio, creer, pretender que quien basado en razones, es decir en argumentos bien razonados y adecuadamente demostrados y respaldados, odia a quienes trata de prevenir un desastre emocional, no comprende nada del tema. (A veces, pocas, pero sucede, que me da por pensar que quienes gritan que odiamos a “las minorías”, a los lgtbxhyjk… son malintencionadas, pero luego se me pasa)
No es mala intención, sino ignorancia. La ignorancia es muy atrevida (a veces también basante soberbia) y dice cosas que no sabe, habla de cosas que no entiende y acusa a los demás de sus propias fallas.

Nos vemos en el siguiente post.


MEJORAM 21/03/2017

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