¿A DÓNDE VAMOS A PARAR?
Diariamente me llegan mensajes por vía whastapp acerca de
que nuestro presidente electo aprobará el aborto y cada vez insisto en que
promoverá toda la agenda del marxismo cultural, ideología de género y
homosexualismo ideológico (aborto, eutanasia y pedofilia incluida), a esto se
suma que recientemente compartí un video sobre el adoctrinamiento en un colegio
preescolar de parte de un(a) drag Queen y los comentarios no se han hecho
esperar. Uno de ellos era: ¿A dónde vamos a parar? a lo que un amigo respondió:
Creo hasta donde lo sigamos permitiendo, respuesta que justo la noche anterior
venía meditando a raíz de un suceso en una tienda conocida por ser a la primera
a la que vas.
Fuí por un poco de jamón, queso y pastel pimiento o mosaico, el que hubiera, se
me antojó después de mucho tiempo hacerme un sándwich doradito con esas tres
delicias (no lo intenten en casa sin supervisión de un adulto, los nutriólogos
no lo recomendamos), y la respuesta de la chica fue: “no hay”. Pero cómo señorita
si lo estoy viendo. No, es que es sólo de muestra. Muestra ¿para qué?. No sé.
En otras palabras: no se lo puedo vender porque me da H…
pereza.
Por supuesto que a ella no le dije nada, me fui
directamente con el encargado y le aseguré que no existe tal cosa y que si voy
a la PROFECO le harían venderme el
pastel y les añadirían alguna multa. Por supuesto señor, lo entiendo, pasaré el reporte.
Claro que ahora se me volverá a antojar más seguido el
dichoso sándwich nomás para ver si el pastel sigue sólo de exhibición y de ser necesario
hacer lo que corresponda para que o dejen de exhibirlo sin venderlo o
bien que empiece a estar a la venta.
Cuento otro, hace tan sólo unos días estuve enfermo y
pedí a mi esposa que me comprara paracetamol en la farmacia que se supone vende
lo mismo, pero ya sabes, más barato. En ésta le vendieron el paracetamol más
caro, en parte porque generalmente soy
yo el que lo compra y en gran parte porque le vendieron el que viene en caja de
lujo, que muy probablemente esté catalogado en la sección de “naturistas”. No me he dado a la tarea de acudir a ponerlos parejos
pero claro que iré y es que a esta farmacia ya le he pescado varias que también
se las voy a contar.
Los vendedores de esa farmacia con el doctorcito botarga
en la puerta, son eso vendedores, repito ven-de-do-res, pero como andan con
bata y como les dan generosas, qué digo generosas, generosísimas comisiones por
las ventas de los naturistas no dudarían en venderte lo que sea aún cuando no
debieras consumirlo. Muchas veces, para mala suerte del vendedor y para buena
suerte del consumidor, me ha tocado llegar y ver cómo se las ingenian para
vender glucosamina a diabéticos, la cual puede ocasionar elevación de la
glucosa. Por supuesto que voy de metiche
y pregunto ¿disculpe señora, su médico le recetó glucosamina? No, pero me lo
está recomendano la señorita. Perfecto, usted como diabética (obviamente que me
metí porque escuché que lo era) debe preguntar a su médico si puede o no tomar
dicho producto, la señorita aquí presente no es médico. Gracias. Por nada.
Les he visto recetar jalea real a diabéticos. Me han
tratado de vender sus productos naturistas cuando pido complejo B, me ofrecen
complejo B con inositol que está dentro de esa clasificación, o algún otro
producto que tenga complejo B, para su mala suerte les digo: No te pedí nada
naturista, te pedí complejo B. Ese el que tengo. No es verdad tienes uno de
cajita rosada. ¿Ah ese?
¿No les ha pasado que van a las tiendas con doble “O” y doble “X” y siempre les piden redondeo?
¿Y a veces lo donas o no, pero tú decides, pero en otras ocasiones
no lo donas y de todos modos no te dan el cambio completo?
¿No les ha pasado que en la mayoría de los súperes ya ni
les preguntan y el redondeo es automático y para ninguna causa, sólo porque ya
NADIE usa los centavitos?
Bueno pues eso me pasó también en la pollería y tremendo
lío que se armó porque insistí en que no podía redondear sin preguntarme y
luego cuando preferí cambiar en la tienda de a lado los centavitos no los quiso
aceptar porque no usa centavitos.
O ¿no les ha pasado que van al súper por jamón y queso y
les dan cinco o seis rebanadas y es cuarto kilo? O lo pides delgado y ya lo
tienen rebanado en mega rebanadas y “anyway”
te las llevas así. O bien pides cuarto y te dan lo que buenamente haya
calculado la despachadora, generalmente se pasa y te da 270 grs y como no
tienes ganas de discutir, lo llevas.
Pues sospecho que la mayoría de nosotros, somos
pacifistas y por no pelear permitimos todo esto, y los que nos atrevemos a protestar
somos los ridículos. Pero fíjese cómo
poco a poco le han “redondeado” el precio de la gasolina, todos se espantan y
nadie deja el auto en casa y agarra la bici, es demasiado. Poco a poco nos
hemos adaptado a “ya qué” ni modo que te pelees con todo mundo y entonces ir al
súper no alcanza, ir a la pollería tampoco, ir al donde vas primero o a donde
venden más bara o donde te venden lo mismo pero que no necesitas y nadie dice
nada.
Y si ahora los jardines de niños llevan drag Queens, no te
vas a pelear con los jardines de niños y si en primaria le enseñan cómo tener
relaciones con anticonceptivos a tus hijos (lo cual ya está bastante mal con o
sin anticonceptivos pues no están de ningún modo preparados para esa
experiencia) sin tomar en cuenta que lo más seguro es que no tienen dinero para
comprarlos ni la desfachatez de pedírtelo, y luego terminan embarazados con
ganas de abortar, o bien no abortar pero pasar dificultad para seguir
estudiando, no te vas a pelear con las escuelas primarias. Y si en la
secundaria tu hija sale con un gañan con cara de pandillero, no puedes juzgar
la apariencia y ella puede tener sexo con él porque es su cuerpo y su decisión
y tú, calladito, no te vas a pelear con las secundarias, ni con el vándalo, ni
con tu hija.
Y si ahora todos pueden ser mariguanos legales, y no
quieren hacer nada más que vagar y recibir patrocinio del gobierno, si tus
mejores amigos o incluso tus hijos o hermanos se vuelven porros y tú un
intolerante que no puedes convivir con porros y mariguanos, no te vas a pelear
con ellos.
Pero eso sí, si surge un tipo como yo, que no le interesa
nada más que prevenir porque no ha renunciado a la realidad, un tipo que te
expone a sobredosis de la misma, con ese sí que te peleas, porque el tipo es
exigente de lo que es justo pero no es un asesino, drogadicto, pelafustán que
ponga en riesgo tu vida. Eso discúlpenme el atrevimiento, discúlpenme que lo
diga tan así de sopetón: es una mariconada.
Por qué no te pones los pantalones y exiges lo justo todo
el tiempo, nadie se va a morir de justicia. Siempre se muere la gente más
de injusticia, porque al exigirla
arruinas el negocio a unos, y algunos de esos sí que son violentos, drogadictos,
sicópatas, pero no se muere de justicia sino por la injusticia de aquel que es
tan “bruto” que en vez de enmendarse prefiere quitarte del camino.
Imagínate la fila en el “Xoox” (nombre cambiado para no
entrar en problemas legales) y todos exigiendo sus centavos, se cae el negocio
o bien cierran sus precios y nos evitamos la hipocresía de las pseudo ofertas,
o bien empiezan a tener el cambio. Imagina lo mismo en las tiendas, en la fila
de carnes frías: “no señorita, deme la cantidad que le pedí y en rebanadas
delgadas”, pero no se puede. ¿No se puede, quiere que le pregunte al gerente?
Imagina si todos aprendemos que en la farmacia del doctor
botarga, las cajitas con acabados metálicos son “naturistas” y te las quieren
vender aunque te mueras. Imagina si llegamos a la gasolinera con envases
medidores y le pedimos: “Me llena el tanque” y me llena este recipiente para la
reserva y les mides que den litro por litro, si lo hacemos siempre todos,
tendrán que despachar completo. O bien imagina una semana de que todos
caminemos, una de dos o le agarramos gusto a caminar y nos ponemos más
saludables o finalmente ceden y
abandonan la insensatez y voracidad y le bajan 15 rayas al precio.
Parecen sueños guajiros, tan adormecidos estamos, pero si
eres de los que se preguntan : ¿A dónde vamos a parar? Únete a la fila de
quejumbrosos que arman panchos por centavos, quizá con el tiempo seamos
mayoría. Quizá nos quedemos sin lugares donde comprar, o por qué no, quizá veamos un área de
oportunidad: “La tienda que no le engaña con pseudo ofertas de centavitos”, “Aquí
le damos sus carnes frías, frías y a su gusto”, “La gasolina que no es
gastolina” o “Aquí aunque te queremos, no te echamos de menos”.
No es necesario, de hecho sería contraproducente y
peligrosísimo una “revolución” armada, podemos esperar que aumente la
provocación, lo he dicho antes, nos arrasarían con la mano en la cintura. No, no y no promuevo y sí que rechazo totalmente el uso de las armas. Hay que
ser ingeniosos, decididos y valientes para exigir lo justo siempre, donde sea,
en las escuela, la farmacia, el súper, etcétera pero ya no más de hacernos de
la vista gorda, ya no más ser anticorrupción selectivos (sólo cuando me
conviene), ya no más de “Estás pasado
amiguito”, no, pasados, pasados, aquellos que nos despachan de menos, aquellos
que nos tratan como si nos hicieran un favor cuando el favor se los haces tú
permitiendo que sigan teniendo empleo. Deja de comprar, convence a otros de
dejar de comprar, quiebra el negocio y esa persona se queda sin trabajo. Tiene
trabajo porque tú y otros elijen seguir comprando.
Imagina que llegues al hospital y nada más por como te
ves te diga la enfermera: “NO PAPIII, AQUÍ NO ES, TIENE QUE IR A LA OTRA
VENTANILLA” sólo porque no ha terminado de desayunar, para que en la otra
ventanilla, después de tres horas, 10 cafés, 4 kg de galletas globitos,
cuatrocientas sentadillas y 2 chikunguyas, te digan que siempre sí era la
primera: “NO DOONN , AQUÍ NO ES, ES EN AQUELLA”, y si te molestas: “AUNQUE
CHILLE, NO LE VAMOS A ATENDER” y no te quedas con las ganas y la reportas en la dirección del hospital y/o en el sindicato.
¿Hasta cuándo, hasta dónde? Hasta donde nosotros vayamos
permitiendo, porque eso sí, no se resolverá mágicamente.
¿Hasta cuándo? Dígame usted amable lector.
MEJORAM
21/07/18
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Siempre es bueno brindarle una retroalimentación honesta al distribuidor del producto de consumo para que mejore su producto y es verdad. En México somos muy conformistas con lo que nos dan.
ResponderEliminarY entra también aquello de "¿Qué prefieres: la leche que te gusta o la leche que te da el gobierno?" Evidentemente al actuar queriendo un Estado paternalista nos vamos a ver tomando la leche del gobierno que no es la mejor.
No debemos conformarnos y siempre buscar lo mejor.
Muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarEs el colmo somos pocos los que hablamos, de estas situaciones no gratas y bastate injustas hojala fueramos mas para levantar la voz.
ResponderEliminarSomos más los que aún tenemos resquicios de sensatez, pero o estamos dormidos o tenemos miedo.
EliminarDesde lo más sencillo hasta lo fundamental, la justicia debe prevalecer, "El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho."
ResponderEliminarLucas 16, 10
Bien dicho. Gracias por comentar.
EliminarMuy fuerte tu comentario pero totalmente real, hay que disponerse a denunciar y actuar contra las injusticia desde nuestro contexto inmediato y así motivar a los demás ha hacer lo mismo. Bendiciones!!!
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