NO SOY PROFETA NI HIJO DE PROFETA
“Y Amasías dijo a Amós: «Vete, vidente;
huye a la tierra de Judá;
come allí tu pan y profetiza allí.
Pero en Betel no has de seguir profetizando,
porque es el santuario del rey y la Casa del
reino.»
Respondió Amós y dijo a Amasías:
«Yo no soy profeta ni hijo de profeta, yo
soy vaquero
y picador de sicómoros.
Pero Yahveh me tomó de detrás del rebaño, y
Yahveh
me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo
Israel."
Amós 7, 12-15
Ayer mientras escuchaba la primera lectura y
posteriormente la homilía, no pude evitar pensar en algunos comentarios que me
han hecho por insistir en el tema de la izquierda, del marxismo cultural, la
ideología de género, aborto, etc. en los que se nota cierta desesperación por
que me calle. Algunos en su comentario proyectan esta desesperación en mí, como
si yo estuviese estresado, asustado o alterado por la situación.
No, no estoy nada de eso, pero me siento con la
responsabilidad de compartir la información que voy encontrando, las situaciones
jocosas cuando alguien responde, porque la situación sí es preocupante, pero no
me preocupo, me ocupo.
¿Qué es lo más preocupante?
Parece ser que el exceso de tiempo de ocio está llevando
a la sociedad a aceptar este discurso sin sentido, de la victimización por
sectores de la sociedad considerados
minorías, me refiero a que si estuviésemos en guerra por ejemplo, no tendríamos
tiempo de ver si los negros o las mujeres o las mujeres negras asiáticas (suponiendo que hayan) son oprimidos
o discriminados. No es que quiera una guerra, sino que precisamente estamos en
una muy sutil de consecuencias quizá peores, si tomamos en cuenta que las consecuencias podrían ser la perdición de las almas, la condenación eterna.
Es preocupante que si la manipulación mediática, la
ingeniería social o el adoctrinamiento sigue avanzando con la misma o mayor
eficacia, llegará un punto en que convivir será prácticamente imposible.
Siempre habrá un ofendido (esto ya ocurre en las redes sociales) y siempre en
tratando de aclarar la situación se ofenderán los demás.
Es decir, a la larga, esta agenda dividirá las familias
en pedacitos. No faltara el pariente progre, posmo, feminista radical de
tercera ola, el abortista, etcétera, que seguramente ya los hay, pero que en
nuestra sociedad yucateca, bastante conservadora, serán los menos y los pocos
que haya a veces aún pueden estar
dispuestos a escuchar.
Justamente ayer en la noche mi esposa me preguntó: ¿Y
cómo es que te has metido tanto en esto?
La razón es que los comentarios en contra demuestran que
es mucha la gente que no tiene la capacidad de ver más allá de sus narices.
Todo el mundo (planeta) está siendo invadido por el marxismo, prácticamente no
queda lugar seguro. Y no se enteran que la agenda incluye entre otras cosas:
aborto, eutanasia, eugenesia y pedofilia. No saben la gravedad de que todas
estas cosas se impongan por ley. Y sí ya están adoctrinadas para usar las palabras
policías, la victimización, la argumentación basada en falacias y falsos
dilemas.
Todo bautizado tiene el deber de anunciar el Reino (CATIC
1-12) y cada uno desde el momento del bautismo y sobretodo después de la
Confirmación, somos profetas. Como profetas nos corresponde anunciar el bien y
denunciar el mal. No podemos conformarnos con una visión positivista, creer que
decretando tres veces al universo la paz mundial sucederá, menos si a la hora
de denunciar el mal nos acobardamos. Es decir todo católico tiene el deber de
decir que lo que está mal, lo está. Sí
con respeto, sí con educación, sí, pero hay que decirlo y lamentablemente en la
práctica nos conformamos con “no hacer mal a nadie” como si permitir el avance
del mal no fuera equivalente a hacer el mal.
No he tenido, que yo sepa, antecedentes de predicadores
en mi familia, como Amós, no he venido de un linaje de profetas ni sacerdotes,
pero el Señor me sacó de mi zona de confort para mirar más allá, observar cómo
se extiende el mal en el mundo y cómo complacidos nos vamos amoldando al mundo.
No voy a callarme, seguiré diciendo lo que digo y
compartiendo los casos, las evidencias del avance de la izquierda y al mismo
tiempo anunciando que hay esperanza, el final de todo esto es conocido. El bien
triunfará sobre el mal, los que ahora parecemos fuera de lugar seremos los
únicos con lugar en la otra vida. Los
que hoy hacemos el ridículo yendo contra corriente , mañana seremos coronados
con la vida eterna. No tengo interés de agradar al mundo, sólo hay una persona
a quien me interesa agradar y es quien me ha hecho abrir los ojos, al único a
quien rendiré cuentas y no es ninguno de los que se burla o rebate, no es
ninguno de los que quisieran que calle,
es a Dios únicamente a quien pretendo agradar.
Te animo a que te prepares para dar razones de tu fe (1
Pe 3, 15), a conocer lo que dice la Iglesia que es Columna y Fundamento de la
verdad (1 Tim 3, 15) en temas de política, de la responsabilidad de los laicos
en la vida pública, en materia de derechos humanos, dignidad humana, el don de
la vida, la fe, la razón, la verdad, etcétera, en casi todos los temas la
Iglesia ha manifestado su postura, es mejor conocerla y conocer las razones de
éstas porque es un tesoro de certezas llenas de razonabilidad que elegir
oponerse a ella y terminar siendo propagador de mentiras.
MEJORAM
16/07/18
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Me resulta motivador lo que escribes pues muchas veces nos limitamos ha no hacer daño a nadie y pensamos que estamos haciendo lo que corresponde, lo cual no es así. Me quedo con dos frases: estamos en una guerra sutil (pero al final de todo es una guerra y hay que luchar, por tanto conocer al adversario) y anunciar el el bien y denunciar el mal (estar muy despiertos para reconocerlos y poder actuar). Gracias!!! y que el Señor nos dé la armadura para salir victoriosos de esta guerra.
ResponderEliminarAsí sea!!!
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