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jueves, 9 de agosto de 2018

«Ni de aquí ni de allá»


«Ni de aquí ni de allá»

Este escrito no va a gustar a muchos, pero tranquilos, no es la intención. Claro que se trata de que llegue a muchos, pero no  para gustar sino para despertar. Si pudiéramos usar algunas figuras, este escrito no sería una almohada o un colchón sino como un cubetazo de agua fría.




Y es que, al menos para quien esto escribe, es cada vez más evidente que nuestro tiempo nos está exigiendo un testimonio radical. No fanatismo, testimonio radical. Se necesitan (de esto ya tiene rato, como desde siempre) personas que se tomen en serio: a Dios, a sí mismos (en cuanto hijos de Dios) y su Salvación y santificación.

Entre las lecturas que estoy haciendo recientemente, está un libro del padre Meinvielle “El comunismo en la guerra anticristiana” y resalta una orden de Nuestro Señor Jesucristo que se encuentra en el pasaje de Mateo 6, 24 - 34 que “curiosamente” también ha pedido la Santísima Virgen en Fátima y Medugorie que leamos todos los días en oración. La orden dice así: “Busquen primero el Reino de Dios” y nosotros, dice el padre Meinvielle le seguimos diciendo: ¡No!
No queremos buscar su Reino sino el nuestro, a nuestro modo y vean dónde nos ha llevado esto. No se terminan de solucionar los grandes problemas, vemos la historia y siempre hay rastros de muerte. El dinero y el poder que compra han sido los dioses desde hace mucho (igual, prácticamente desde siempre). ¿Quién podrá acabar “por fin” con la pobreza, el hambre, la injusticia, etcétera? No lo hará ningún partido político ni tampoco ninguna ideología.

El cristianismo no es una ideología ni una filosofía, el cristianismo no se basa en una idea o concepción del universo, sino en una persona, una que dijo y demostró que era, es y será siempre Dios. Y la vida consiste en conocer a su Padre y escuchar al Hijo.


Esto dice el Señor:
"Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero." Mateo 6,24


O si lo prefieren, una de las leyes del  ente dice que: el ente no puede ser y no ser al mismo tiempo.

O qué tal el Apocalipsis:
"Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!
Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.
Tú dices: «Soy rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo." Apocalipsis 3,15-17

Jesús en Mateo insiste en no preocuparnos, porque esas cosas preocupan a  los que no conocen a Dios (a los paganos) sin embargo en la práctica primero nos preocupamos de estas cosas y con el tiempo que nos quede veremos en qué podemos ayudar a Dios (perdón por el exceso de optimismo), le damos las sobras de nuestro tiempo.

Ignoramos la orden del Señor y mientras tanto en el mundo, la Iglesia se pregunta por qué no aumentan las vocaciones, y por alguna razón la solución parece ser aprender nuevos cantitos para que la gente «no se aburra». El mundo se pregunta por qué hay tanta injusticia, mientras se estaciona, sin necesidad, en lugar de discapacitados, o se pregunta por qué hay guerras mientras le recuerda a toda la familia al despistado que se le atravesó en el camino, se pregunta por qué hay obesidad  y drogas mientras siempre encuentra un pretexto para no ayunar. Hoy resulta excesivo y hasta chocante hablar de sufrimiento y de sacrificio, somos demasiado hedonistas, comodinos en exceso y la penitencia parece caer en desuso, hoy somos humanistas mal (ego-idolátricamente), egoístas, glotones, perezosos e irresponsables. ¿Cómo llegamos a tal punto de estar dispuestos a defender nuestra comodidad al punto de considerar eliminar a la propia descendencia? Así, gradualmente, sacamos a Dios de la jugada y hoy vemos que las posibilidades de crear nuevas aberraciones, parece no tener fin.

Pues bien, se necesita, como siempre, testigos valientes que se tomen en serio el Evangelio. Gente con la Fuerza que viene de lo alto, dispuesta a luchar por su propio perfeccionamiento para dar al mundo un testimonio irrefutable, que no se acobarden ante la amenaza sino que tengan fe y permitan a Dios ser Dios en sus vidas y a través de ellos en la de los demás. El mundo no va a cambiar si sigues esperando que otro sea el valiente, que otro se comprometa y que otro sea el santo.

Quien no es radical en el seguimiento de Cristo, es radical (aunque no lo note porque esto no causa siempre incomodidad) en el rechazo, no hay término medio. La ilusión buenista, además de ser zurda (marxista) es una enfermedad nefasta que contamina a no pocos hermanos. La vida de ningún santo puede usarse para sustentar este relativismo relajante en la conquista de la perfección cristiana. El futuro de la humanidad está en manos de aquellos hombres  y mujeres que quieran hacerse cargo y decidan tomarse el Evangelio de Jesús sin componendas ni compromisos, sin excusas.



 Seguir igual, desafortunadamente no será posible, mientras no tomemos la decisión de ponernos en manos de Dios y dejarnos guiar, seguiremos descomponiendo el mundo.

La Buena Noticia, es que la presión de los “poderosos” de este mundo hará que  tarde o temprano, de una u otra manera surjan estas personas. Y por otra parte, aquellos que han elegido el lado equivocado de la historia llevan en su ideología, la semilla de su propia destrucción, ambas cosas son buenas noticias, llenas de esperanza, no bajes la guardia y no te dejes intimidar.


Piénsenlo, quizá gradualmente o quizá por alguna intervención divina, los problemas se irán resolviendo <<por añadidura>>  si buscamos primero El Reino de Dios y su Justicia.


MEJORAM
10/08/18


P.D. Les dejo un bello pasaje lleno de esperanza:



Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza;
está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz.
Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.
Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.
La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada 1.260 días.
Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Angeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos.
Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Angeles fueron arrojados con él.
Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.
Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte.
Por eso, regocijaos, cielos y los que en ellos habitáis. ¡Ay de la tierra y del mar! porque el Diablo ha bajado donde vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo.»
Cuando el Dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la Mujer que había dado a luz al Hijo varón.
Pero se le dieron a la Mujer las dos alas del águila grande para volar al desierto, a su lugar, lejos del Dragón, donde tiene que ser alimentada un tiempo y tiempos y medio tiempo.
Entonces el Dragón vomitó de sus fauces como un río de agua, detrás de la Mujer, para arrastrarla con su corriente.
Pero la tierra vino en auxilio de la Mujer: abrió la tierra su boca y tragó el río vomitado de las fauces del Dragón.
 Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.
Yo estaba en pie sobre la arena del mar.

Apocalipsis 12,1-18




4 comentarios:

  1. Gracias por compartir, me quedo con que tenemos la necesidad de dar un testimonio radical e irrefutable. Dios no nos quiere a medias, Él no ama completamente, y tu reflexion me motiva a entregarme por completo a Dios, cada dia, en todas mis acciones y pensamientos. Ora por mi, oro por ti y por la conversación de las almas. Dios te bendiga!

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