«Ni de aquí ni de allá»
Este escrito no va a gustar a muchos, pero tranquilos, no
es la intención. Claro que se trata de que llegue a muchos, pero no para gustar sino para despertar. Si pudiéramos
usar algunas figuras, este escrito no sería una almohada o un colchón sino como
un cubetazo de agua fría.
Entre las lecturas que estoy haciendo recientemente, está
un libro del padre Meinvielle “El comunismo en la guerra anticristiana” y
resalta una orden de Nuestro Señor Jesucristo que se encuentra en el pasaje de
Mateo 6, 24 - 34 que “curiosamente” también ha pedido la Santísima Virgen en
Fátima y Medugorie que leamos todos los días en oración. La orden dice así: “Busquen
primero el Reino de Dios” y nosotros, dice el padre Meinvielle le seguimos
diciendo: ¡No!
No queremos buscar su Reino sino el nuestro, a nuestro
modo y vean dónde nos ha llevado esto. No se terminan de solucionar los grandes
problemas, vemos la historia y siempre hay rastros de muerte. El dinero y el
poder que compra han sido los dioses desde hace mucho (igual, prácticamente desde
siempre). ¿Quién podrá acabar “por fin” con la pobreza, el hambre, la
injusticia, etcétera? No lo hará ningún partido político ni tampoco ninguna
ideología.
El cristianismo no es una ideología ni una filosofía, el
cristianismo no se basa en una idea o concepción del universo, sino en una
persona, una que dijo y demostró que era, es y será siempre Dios. Y la vida consiste en conocer a su Padre y escuchar al
Hijo.
Esto dice el Señor:
"Nadie puede
servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se
entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al
Dinero." Mateo 6,24
O si lo prefieren, una de las leyes del ente dice que: el ente no puede ser y no ser al
mismo tiempo.
O qué tal el Apocalipsis:
"Conozco tu
conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!
Ahora bien, puesto
que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.
Tú dices: «Soy
rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te das cuenta de que eres un
desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo." Apocalipsis
3,15-17
Ignoramos la orden del Señor y
mientras tanto en el mundo, la Iglesia se pregunta por qué no aumentan las
vocaciones, y por alguna razón la solución parece ser aprender nuevos cantitos para que la gente «no se aburra». El mundo se pregunta por qué hay
tanta injusticia, mientras se estaciona, sin necesidad, en lugar de
discapacitados, o se pregunta por qué hay guerras mientras le recuerda a toda
la familia al despistado que se le atravesó en el camino, se pregunta por qué
hay obesidad y drogas mientras siempre
encuentra un pretexto para no ayunar. Hoy resulta excesivo y hasta chocante
hablar de sufrimiento y de sacrificio, somos demasiado hedonistas, comodinos en
exceso y la penitencia parece caer en desuso, hoy somos humanistas mal (ego-idolátricamente),
egoístas, glotones, perezosos e irresponsables. ¿Cómo llegamos a tal punto de
estar dispuestos a defender nuestra comodidad al punto de considerar eliminar a
la propia descendencia? Así, gradualmente, sacamos a Dios de la jugada y hoy
vemos que las posibilidades de crear nuevas aberraciones, parece no tener fin.
Pues bien, se necesita, como siempre,
testigos valientes que se tomen en serio el Evangelio. Gente con la Fuerza que
viene de lo alto, dispuesta a luchar por su propio perfeccionamiento para dar
al mundo un testimonio irrefutable, que no se acobarden ante la amenaza sino
que tengan fe y permitan a Dios ser Dios en sus vidas y a través de ellos en la
de los demás. El mundo no va a cambiar si sigues esperando que otro sea el
valiente, que otro se comprometa y que otro sea el santo.
La Buena Noticia, es que la
presión de los “poderosos” de este mundo hará que tarde o temprano, de una u otra manera surjan
estas personas. Y por otra parte, aquellos que han elegido el lado equivocado
de la historia llevan en su ideología, la semilla de su propia destrucción,
ambas cosas son buenas noticias, llenas de esperanza, no bajes la guardia y no
te dejes intimidar.
Piénsenlo, quizá gradualmente o quizá por alguna
intervención divina, los problemas se irán resolviendo <<por añadidura>> si buscamos primero El Reino de Dios y su Justicia.
MEJORAM
10/08/18
P.D. Les dejo un bello pasaje
lleno de esperanza:
Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la
luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza;
está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de
dar a luz.
Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete
cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.
Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las
precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a
dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.
La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las
naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su
trono.
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios
para ser allí alimentada 1.260 días.
Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles
combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Angeles combatieron, pero no
prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos.
Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo
y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Angeles
fueron arrojados con él.
Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado
la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo,
porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
día y noche delante de nuestro Dios.
Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de
testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte.
Por eso, regocijaos, cielos y los que en ellos habitáis. ¡Ay de la
tierra y del mar! porque el Diablo ha bajado donde vosotros con gran furor,
sabiendo que le queda poco tiempo.»
Cuando el Dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a
la Mujer que había dado a luz al Hijo varón.
Pero se le dieron a la Mujer las dos alas del águila grande para volar
al desierto, a su lugar, lejos del Dragón, donde tiene que ser alimentada un tiempo
y tiempos y medio tiempo.
Entonces el Dragón vomitó de sus fauces como un río de agua, detrás de
la Mujer, para arrastrarla con su corriente.
Pero la tierra vino en auxilio de la Mujer: abrió la tierra su boca y
tragó el río vomitado de las fauces del Dragón.
Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto
de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el
testimonio de Jesús.
Yo estaba en pie sobre la arena del mar.
Apocalipsis 12,1-18
Gracias, Dios te guarde...
ResponderEliminarMuchas gracias, igualmente.
EliminarGracias por compartir, me quedo con que tenemos la necesidad de dar un testimonio radical e irrefutable. Dios no nos quiere a medias, Él no ama completamente, y tu reflexion me motiva a entregarme por completo a Dios, cada dia, en todas mis acciones y pensamientos. Ora por mi, oro por ti y por la conversación de las almas. Dios te bendiga!
ResponderEliminarGracias por comentar. Sí, oremos por las almas.
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