A mis tías, en el día de la Madre
La vez pasada hablé de los excelentes modelos que tuve en mi familia de parte de mis abuelos mis tíos y mi papá, hoy quiero hablar de dos de mis tías.
Recuerdo muy bien cuando niño llegaba mi tía Yoli silbando a casa de mis abuelitos y preguntaba cómo nos habíamos portado porque solo los que se portaron bien podían ser sus pajes de boda. Recuerdo a mi tía Gaby llegar con su bolsa de balones ( si mal no recuerdo, de básquet y de voleibol), recuerdo a mi tía Ana siempre jugando con nosotros, haciéndonos cosquillas... Recuerdo también una ocasión en la que nos llevó a casa de su novio (ahora esposo) a ver caricaturas y que mi tío preparó unas salchichas que sabían a limón, uuuufffffff deliciosas, bueno con mi tía Ana tengo un montón de bonitos recuerdos, de cuando vivía atrás de nosotros e íbamos a jugar nintendo (horas) a su casa, las idas a la playa (donde mi tío Nicolás nos enseñó a comer brócoli y coliflor 👍🏻👌🏻).
Pero sin ninguna intención de hacer menos a todas mis tías quiero especialmente reconocer la influencia de mi tía Rubí, que aunque según la carne, no es mamá, no dudaría en hablar por mis hermanos y primos, en que ha sido una segunda mamá pero de primera.
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Desde hace muchos años he sido muy consciente de la dignidad de los niños, me explico: En otras publicaciones he hablado de la enseñanza que me dejaron los centros de desarrollo infantil donde trabajé, una de estas es: "los niños entienden perfectamente, están aprendiendo a hablar nuestro idioma, pero lo comprenden muy bien", sobretodo, creo, por las intenciones que le ponemos a lo que les decimos y también en gran parte al efecto pigmalión del que también he hablado. ¿Y qué tiene que ver con mi tía Rubí?
Mi tía Rubí me enseñó que soy una persona, desde muy chico siempre me trató como una persona. Qué pena jeje, pero les revelaré algo, era sobre todo en las fiestas en las que tenía la impresión de que algunas personas se aprovechaban de su autoridad y como niño tenía que obedecer aunque no me gustara porque los adultos me habían dado una orden y también reconozco que muchas veces hacía las cosas de buena gana pero llegaba un punto en el que sentía que se aprovechaban y siempre fue mi tía Rubí la que me defendió y me dio mi lugar: "deja en paz al niño". Gracias mil. Y gracias a esto cuando tuve la oportunidad de estar en los centros de desarrollo, empalme ese aprendizaje con lo que me enseñó mi tía. ¿Y qué beneficios tiene?
Bueno, pues, en algunas oportunidades en mis trabajos, sobre todo en Navidad cuando todos se ponen sentimentales y toca hablar de las cosas que admiras de otra persona, mis compañeros del trabajo me han reconocido la capacidad de conectar con las personas especialmente con los jóvenes y los niños y esto definitivamente se lo atribuyo a que los trato como personas, como personas inteligentes, valiosas en sí y por sí mismas. A mis alumnos y a mis hijas siempre les he inculcado que no estudian para ser alguien. Ya son alguien. Estudian para desarrollarse y alcanzar su plenitud como seres humanos y alcanzar la santidad sirviendo con calidad y profesionalismo Cristiano.
Gracias tías, gracias tía Rubí por ese Curso que no lo dan en ninguna parte.
De parte de mi papá solo tuve una tía (de sangre) pero que igual vale por todas las tías del mundo, mi tía Nellita, modelo de filósofa, de desgastarse en el servicio al prójimo, la mejor traducción de la Biblia que haya leído, lamentablemente no le he copiado su paciencia y humildad (🙈🙈🙈🙈, no me engaño, lo reconozco) dice un dicho que Dios siempre saca cosas buenas de las malas y escribe derecho en renglones torcidos, esa es mi tía Nelita es el modelo perfecto de encontrar todo bueno, y a todo buscarle el lado amable y gozar de las cosas sencillas, de ser feliz en lo próspero y lo adverso.
A todas mis tías que son mamás les deseo abundantes bendiciones, a las que ya son abuelas el doble y les pido que me disculpen si pido el triple para mis tías Rubí y Nellita.
MEJÓRAM
10/05/2023
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