EL SEÑOR DE LOS DONES
(Llegó la hora parte 2)
Antes de leer, te invito hermano (a) a imaginarme feliz, escribiéndote con un gran deseo de que tengas un Encuentro Personal con Jesús, y que hoy en su fiesta seas colmado (a) de la presencia del Espíritu Santo. No escribo sino por el puro deseo de que la Iglesia sea bendecida con millones de millones de conversiones. Es decir no escribo para criticar ni ofender y hago la aclaración por si acaso, por gracia de Dios este escrito llegara a manos de algún sacerdote o varios, escribo por puro amor a mi prójimo, con mis mejores deseos y la mejor de las intenciones, dicho lo anterior espero disfruten la lectura.
Hoy, día de Pentecostés día de Fiesta, vale la pena hacer algunos señalamientos muy necesarios como preparación para el mundo que nos toca vivir. Será un texto largo, para valientes.
A) Del grave daño que arrastramos del Modernismo.
"Respondió: «Os digo que si éstos callan gritarán las piedras.»" Lucas 19,40
Pero nosotros siempre le buscamos la vuelta, quizá Jesús nunca sospechó que nosotros tendríamos el Modernismo y que en nombre de la ciencia nosotros no creemos en milagros, es más, nos dan un poquito de alergia, no contaba con nuestra ciencia y nuestra (diosa) "duda".
La realidad es que han habido y seguirán surgiendo casos de imágenes de Nuestro Señor o Nuestra Madre Santísima que sangran o lloran, las piedras están gritando. Hay científicos como el Dr. Ricardo Castañón que se han convertido mientras investigaban como ateos esos casos, pero el daño está hecho, tenemos alergia a lo sobrenatural, no se preocupen que daré más ejemplos.
B) Somos la generación "Bien pensante" (y políticamente absurda).
No creemos en milagros, al mismo tiempo, los "creyentes" posmodernos y de la posverdad, políticamente correctos, bien pensantes animalistas, veganos, a favor del medio ambiente, pedimos al universo sus vibras y esperamos la alineación del cosmos para que se cumplan nuestros decretos y en todo esto no cabe tomar tan enserio algo que huela a vida sobrenatural, a menos que esté muy bien explicado en alguna parte, que lo que leemos ya no es así o tan así por más que sigamos profesando que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre (Cfr. Heb 13,8), es decir que cuando leemos cosas sobrenaturales de la Iglesia, del Evangelio, o incluso veamos su cumplimiento en la vida de los santos habría que interpretalo como que Jesús no dijo lo que quiso decir.
"Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas..." Marcos 16,17
C) Miedo a lo desconocido.
Tenemos necesidad de reconocer que el miedo a los abusos nos ha llevado al abuso del polo opuesto. Existe un riesgo en creer, proclamar y vivir tomándose en serio las Palabras de Jesús, pero también lo hay en pretender que no dijo o no quiso decir lo que dijo y de esto hablaré en el inciso E.
Por evitar un fanatismo y una obsesión por los dones del Señor, hemos puesto un filtro al mismo Dios de lo que puede o no hacer, peor aún hemos corrido el riesgo de presentar un Jesús tan teórico que termine pareciendo que está ahí en el Cielo, lejano y ajeno a nuestra vida cotidiana y una religiosidad que consiste en memorizar oraciones, mandamientos y cumplir con ciertos requisitos de los cuales no podemos obviamente esperar que algo sobrenatural suceda o que sea tan pero tan sobrenatural que no veremos su fruto sino quizá únicamente, algún día en el más allá...
Lo raro es que todavía nos preguntamos ¿Qué pasa que se están vaciando los seminarios y las congregaciones religiosas?
D) Un problema para cada solución.
D.1 Hay gente que sí cree, hay gente que vive su fe de tal manera que tienen a Jesús al mismo tiempo como Dios y como amigo cercano. Pero para este problema tenemos también solución: Explicarles que es una fe infantil, que no está bien esperar que Jesús resuelva todo. Explicarles que es una fe que implica un pensamiento mágico.
D.2 ¿Testimonios? Es el siglo XXI tenemos explicación psicológica para todo, desde sugestión hasta profecía autocumplida.
E) Abusos.
Lo he dicho tantas veces, es real que hay abusos. En el mismo texto de hechos de los apóstoles encontraremos a aquel que quería comprar los dones del Espíritu Santo (Cfr. Hch 8,9-24) y la solución.
Insisto, lo he dicho demasiadas veces, también el racionalismo es un abuso. Y hay que ser conscientes de su conexión con el Modernismo.
¿Podríamos probar la formación en vez de la prohibición?
F) EL SEÑOR DE LOS DONES
Desde hace algunos años se ha insistido en hablar de los dones del Espíritu Santo en las vigilias de Pentecostés, considero que es importante además que nuestros hermanos sepan que el Espíritu Santo da mucho más que solo los dones:
Virtudes, Dones, Carismas y Frutos.
Quisiera pasar persona por persona y animarles, insistirles, motivarles a que pidamos las virtudes, los dones, los carismas y los frutos.
Necesitamos al otro Paráclito (Cfr. Jn 14,16), necesitamos al Espíritu Santo que nos recuerde las Escrituras, y que antes nos de la determinación para leerlas con Inteligencia, Sabiduría y Consejo. Necesitamos que el Espíritu Santo avive el fuego del amor en nuestros corazones para que estemos dispuestos incluso a dar la vida por Jesús, por el evangelio, por la verdad y la vida misma.
Necesitamos su acción que nos despierte cada día, que nos abra los ojos para captar la realidad en la que estamos inmersos. Necesitamos que quite el miedo y las excusas. Necesitamos su fuego en el corazón y en las palabras. Necesitamos sus frutos para que sea creíble nuestro testimonio, pero sus carismas también para servir a su pueblo, a nuestros hermanos.
No es posible que invoquemos al Espíritu Santo mientras le amarramos las manos diciéndole te queremos a ti sin tus carismas, tan mal como querer los carismas sin el Señor que los da y sin asumir los compromisos que tenerlos implica. Promover la invocación del Espíritu Santo para recibir los dones sin comprender la conexión de las virtudes con los dones, los frutos y los carismas es desconocer no solo el dinamismo de la acción del Espíritu Santo sino al Espíritu santo mismo.
Esta vida es una preparación para el cielo, por lo tanto pienso en las virtudes, las deseo, las necesito, las imploro. Pero para adquirirlas necesito de los dones del Espíritu Santo.
Tener las virtudes y los dones implica que haya un fruto en mi forma de ser, de vivir, de tratar a los demás, por eso es inconcebible desear los frutos sin haber deseado antes las virtudes y los dones.
¿Y con qué cara le hablo de las virtudes, dones y frutos a mi hermano que está enfermo, que está encadenado a un vicio, o que su alma ha sido herida por el escepticismo si no le muestro un Dios que está vivo y actuando cotidianamente en nuestras vidas sí únicamente quiero al Espíritu Santo con sus dones pero le tengo miedo a sus carismas?
No me cansaré de insistir en que es verdad que hay abusos, no dejaré de insistir a quienes me rodean en que no buscamos al Señor por sus carismas y por sus milagros, buscamos al Señor por el Señor mismo, pero eso no quita y el mismo San Pablo lo dice, que el carisma también impacta al que no cree y facilita su conversión.(Cfr. 1a Cor 14,24).
Llegó la hora, y es ahora, de comprometernos por el bien de todos, con Jesucristo y la Iglesia, para defender la verdad y la vida. Necesitamos al Espíritu Santo, porque llegó la hora de no solo contemplar las noticias y lamentarnos, sino de alzar la voz y manifestarnos públicamente en contra de la cultura de la muerte y sus profetas.
Nuevamente les deseo un pronto Pentecostés personal, que transforme sus vidas y llene sus días de testimonios de la cercanía de Dios. Me encomiendo sus oraciones porque sé que soy probado por cada cosa que les digo.
Ramiro Medina
(MEJÓRAM)
28/May/2023
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