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miércoles, 17 de enero de 2018

SER COMO NIÑOS ¿O NO?

(En 2015 hice una imagen criticando que le llamáramos a Dios, diosito.)

Sé que no a todos agradó la imagen  con el asunto de llamar “diosito” a Dios por lo que ahondaré un poco más en el asunto.
Dice 1 Cor 13,11:“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño”.

Es verdad que Nuestro Señor dijo: “En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser como niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos”. Mt 18,3


Hace algún tiempo una hermana en un grupo de oración nos contaba que en una ocasión iba con su hijo de meses por la calle cuando de pronto comenzó una balacera, su hijo tranquilamente dormido en sus brazos. En eso debemos ser como niños, en la confianza. No importa que a nuestro alrededor todo parezca que se viene abajo, debemos confiar plenamente en nuestro buen Padre.
Pero, ser como niños de ninguna manera significa que usemos pañal y biberón el resto de nuestra vida. Al niño se le daba leche materna y luego en la ablactación se introducen alientos más sólidos, hoy nosotros no comemos papilla.
Debemos ser niños en cuanto a nuestra confianza en el Padre,  pero adultos en nuestra fe, una fe madura, formada.

Me encantó que se mencionara la palabra “ñoño”, es decir, sí sabemos que hay gente que lo usa así y no podemos ciertamente generalizar, diciendo que todos lo hacen, pero  tampoco podríamos generalizar diciendo que nadie lo hace. Totalmente de acuerdo que cada quien su relación personalísima con Dios, pero como ya dije no se puede generalizar ni pa´lla  ni pa´ca.

Sobre todo como difusores de la fe, tenemos que saber que, no sé si todos los  protestantes pero por lo menos los adventistas, se fijan en cómo hablamos, si escuchan que alguien dice “diosito”, “jesusito”, “chucho”,”chuchito” o “la virgencita”, ellos en su clasificación detectan “un católico no preparado”, MUCHO OJO, para ellos un criterio de retirada es escuchar a un católico que dice: “Nuestro Señor Jesucristo” o “La siempre bendita o la Santísima Virgen María”.


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1 comentario:

  1. Gracias, excelente reflexión que nos invita a confiar plenamente en nuestro Padre y a esforzarnos por crecer en la fe. Me recuerda a Jesús en el templo a los 12 años, ojalá todos quisiéramos y lucháramos por ser como Él. Bendiciones!!!

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