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viernes, 19 de enero de 2018


POR UNA IGLESIA UNIDA
(Reflexión publicada en Facebook en Agosto de 2015)


Hace unos días compartí una imagen con su respectivo comentario, en la que hacía una crítica del mal uso de los juegos y canciones en la catequesis, después de compartirla y ver el impacto que ha causado surgieron otras ideas. Primero, que sería injusto sólo hacer una crítica de la catequesis y dos, que probablemente alguien en unos días me pedirá también una solución.
Respecto a la primera idea, debo decir que en nuestra Iglesia, nos damos el lujo de desperdiciar dones y de esto hablaré en este post, al final también haré una muy breve objeción de la segunda idea aunque siendo honestos este post también responde a la misma.
Insisto en que nos damos el lujo de desperdiciar dones porque me ha tocado ver por poner ejemplos: coros con un equipo de sonido envidiable (lo digo jugando un poco con la palabra, pues la envidia no es virtud) pero que al escucharlos uno se pregunta, por qué nadie les ha dicho que tomen clases de canto, o alguien  que les enseñe o por lo menos como nadie ha tenido la caridad de explicarles que hay otras servicios por prestar y para lo que podrían estar más capacitados. ( No entraré en polémica de esto de que si el amor con que lo hacen y todo eso tan romántico). En otros casos hay coros que parecen más un ejército que un coro y hacen todos exactamente lo mismo, desaprovechando lo que tienen, podrían hacer voces por ejemplo. Pero como “¡diosito, todo lo escucha bonito!”.  Podría hacer toda una lista pero no quiero mencionarlos solo por criticar, únicamente quería poner dos ejemplos.
Mi objetivo en este comentario es mostrar dónde están las áreas de oportunidad en nuestras comunidades. Aclaro que muchas cosas que menciono las he visto de cerca, no las refiero como una forma de desahogo, para nada, sino como algo que me preocupa desde hace un tiempo y que quiero empezar a poner mi granito de arena por si otras personas se motivan también a comprometerse con un cambio.

APOSTOLADOS DIVIDIDOS.
Es una realidad muy frecuente que quienes son coordinadores de grupos apostólicos, en lugar de buscar que quienes participan tengan un conocimiento más profundo de Jesús, están más preocupados por el reconocimiento de su apostolado. Buscan “estatus” y no servir a Cristo.

NEGOCIOS FAMILIARES
Algunos apostolados, parecen más un negocio que un servicio de la Iglesia. Esto también causa división pues si la gente nueva se va al otro grupo, el mío pierde ganancias (y también estatus).

DESCONOCIMIENTO DE LOS OTROS APOSTOLADOS (PREJUICIOS)
Es lamentable que muchos católicos tengan prejuicios respecto de los legionarios de Cristo, del Opus Dei, de la Renovación Carismática, siendo todos estos grupos aprobados por la Iglesia. Detrás de estos está aunque sea de manera oculta, la sensación de que uno y su grupo son lo mejor que ha dado la Iglesia, pura VANIDAD.


FALSA CONCEPCIÓN DEL SERVICIO
Existen personas que están en apostolados, como ya lo mencioné antes, por la idea de que estar en ciertos grupos proporciona “estatus”. Y esto, lo digo con tristeza, no solo lo he observado en laicos. Agradezco profundamente cuando hace unos años antes de casarme, mi asesor espiritual me dijo: “Ser sacerdote NO  te hace importante, es un SERVICIO”. Lamentablemente hay pastores (y religiosas) que no terminan de enterarse.

FALTA DE FORMACIÓN (FALTA DE COMPROMISO)
Me he topado con frecuencia (demasiada) con gente que tiene la idea que también ya mencioné, de que “diosito, todo lo ve bien”. Para empezar decirle “diosito” a quien creó todas las cosas, ya es desconocimiento. De verdad, no es ternurita llamarle así, es TREMENDO DIOS, nos dio la vida y la sostiene,  A TODOS. Sostiene toda la creación y está pendiente de cada uno , no de todos en general , sino de cada uno en particular. Pero como es “diosito” y todo lo ve bien, no es necesario tomar clases de canto, ni de liturgia, ni de pastoral, ni de pedagogía catequística, es decir es un “diosito” tan “tiernito” y tan “amorocito” que yo puedo ser un MEDIOCRE.
Esto merece la pena analizarlo con detenimiento, no quisiera recurrir demasiado al recurso de mirar a los protestantes, pero es una realidad que la música hecha con la calidad que la hacen es un factor importantísimo para ganar adeptos. Invierten en esto. Para ellos “Dios” se merece LO MEJOR.

FALTA DE AMOR POR LA IGLEISA
Como pensamos que la Iglesia es  un edificio, me parece que ni siquiera pensamos en si la amamos.

Habría que enseñar a nuestros hermanos que la Iglesia somos todos. Que debemos amarla, amándonos todos. Y cuando digo amarnos, no digo bailar juntos, darnos abrazos en la Vigilia Pascual, ni darnos besitos, sino respetarnos, ayudarnos, orar por los otros. NO TENERNOS CELOS NI ENVIDIAS.

Quisiera recomendar una conferencia que prometo compartir si la encuentro, del Dr. Ricardo Castañon donde explica este punto con mucha claridad. Cómo es posible que los católicos queramos que todo lo religioso se nos regale.  Queremos que se nos regalen los libros religiosos como si imprimirlos fuera gratis, queremos que los coros toquen gratis o que nos cobren muy barato y esto está peor porque la gente gasta un dineral para las fiestas pero quiere que el coro le cobre  $300.

Imaginen que en lugar de ver mi apostolado como un negocio familiar, convivamos en una comunidad en la que todos nos preocupamos por todos.

Podría seguir, en cambio ofreceré una propuesta de solución.

PROPUESTA

La propuesta está inspirada en una batalla.  Pienso en cómo nos presentan las batallas las películas épicas. Tienen un batallón al frente que es como la fuerza de choque, cuentan con escudos y lanzas. Antes de que el enemigo llegue aquí, los arqueros ya han soltado las saetas que diezmarán al oponente antes de chocar. Cuando lleguen serán menos y muchos todavía se quedarán atrapados por las lanzas de largo alcance. Los lanceros, algunos aventarán su arma y otros recibirán a los que no han caído. Todavía así es posible que algunos elementos logren burlar estas barreras y entonces, solo entonces enfrentaran a las espadas y solo en caso de que ambos o alguno pierda el arma, llegarán al enfrentamiento mano a mano.

Imaginen que los sacerdotes en lugar de perseguir, prohibir o evitar la renovación carismática, se ocuparan en preparar bien a sus elementos.

La Renovación es un grupo aprobado por el Papa Pablo VI, por Juan Pablo II (no se si Juan Pablo I tuvo oportunidad de hacer algún comentario), por nuestro emérito Benedicto XVI y por el Papa Francisco.

Que tiene sus detallitos, bueno, sería injusto pensar que solo la renovación los tiene. Encontramos detallitos (y detallotes) en  catequistas, coros,  ministros extraordinarios y hasta en sacerdotes y no por eso los vamos a perseguir, criticar, expulsar.

Hace falta formación y no tenerle miedo a los carismas, no olvidemos que son regalo del Espíritu Santo, y con una buena evangelización hacen MUCHO bien a la comunidad.

Propongo recibir a la gente con el Kerigma y terminar el kerigma con oración fuerte pidiendo para los presentes un ENCUENTRO PERSONAL con Jesucristo y los carismas que nos quiera regalar para dar un mejor SERVICIO al pueblo de DIOS. Para los que ya participan también deberá haber un momento en que pasen por este proceso.

Los catequistas deberán tomar el Kerigma  y tener este Encuentro para ser testigos y no propagandistas.

Una buena Evangelización (Kerigma) seguido de una buena catequesis, seguida de una buena profundización en los temas relacionados con el apostolado al que se dedique, Liturgia, Pastoral, Teología Sacramental, Música Sacra (no solo los cursos para las credenciales), etcétera. Y cada persona debería tener un acompañamiento espiritual.

Apologética, me parece que es necesario sobre todo en comunidades rodeadas de templos protestantes.


Es decir:

Renovación Carismática : Arqueros
Kerigma: Flechas
Catequistas: Lanceros
Catequesis: Lanza
Profundización teológica: Espadas
Apologética: Mano a mano


Imagina que catequistas, ministros extraordinarios, equipo de liturgia, el grupo juvenil, llenos de gozo y con una formación sólida, predicando principalmente con el ejemplo. Imagina que dejemos de buscar llenar la iglesia con tu apostolado y en cambio te enfoques en dar a conocer a Jesús, con gozo, una persona a la vez.

Imagina que las energías que invertimos en pelearnos y estar divididos las usemos para planear actividades pedagógicas para aprovechar el poco tiempo que tenemos cada semana para dar a conocer a nuestro Salvador.

JOSÉ RAMIRO MEDINA HERNÁNDEZ

04/08/15


Nota aclaratoria: Con Apologética: Mano a Mano, es solo una figura, la apologética es para que cada uno esté firme en su fe, la lucha mano a mano será contra el espíritu de sospeha, de duda , de división, no contra protestantes, no para ir a buscarles y confrontarlos, pero si se diera el caso de ellos venir buscando, encuentren católicos capaces de dar razones de su fe (1 Pe 3,15)



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