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lunes, 18 de junio de 2018

Esto de ser profeta

«Esto de ser profeta»



"Desde hoy mismo te doy autoridad sobre las gentes y sobre los reinos para extirpar y destruir, para peder y derrocar, para reconstruir y plantar."
Jeremías 1,10


Sabemos, o deberíamos saber que en el momento de recibir el sacramento del Bautismo y más aún después del de la Confirmación tenemos  cuasi «ex oficio» el deber de anunciar el Reino. Es decir que en calidad de Bautizados todos somos Sacerdotes, Profetas y Reyes.


Un profeta no es quien vaticina sucesos futuros, no es un adivino sino un mensajero. Profeta significa "el que habla de parte de" , en este caso de parte de Dios.

El profeta debe anunciar el Reino de Justicia y de Paz , pero también le corresponde el denunciar el mal. No le corresponde aliarse con el mundo, ni huir de él. Le corresponde transformar las realidades temporales y, así lo asegura nuestro Magisterio, con mayor razón a nosotros los fieles laicos.

Tenemos una gran responsabilidad y un gran reto enfrente. Se ha metido el ladrón a la casa. (Mt 24, 33. Lc 12, 39. Jn 10,10 a. Jn 12,6) Se metió y nos tomó desprevenidos.

Nos desarmó primero poniendo en duda que la iglesia fuera poseedora de la verdad y luego ha negado la existencia de una sola verdad para dar paso al relativismo.
El relativismo se ha vuelto una dictadura que atenta contra la verdadera libertad.

Urge tomarnos en serio primero como Hijos de Dios y segundo como profetas. Ante esta crisis de la razón y búsqueda de la verdad no basta con lamentarse, no basta con saber que es ridículo el feminismo radical de tercera ola, no basta con asustarse de la atrocidad del aborto. Es necesario ser profeta.
Es necesario anunciar y denunciar, de re-construir y plantar y también derribar las estructuras basadas en mentiras que sólo traen dolor y muerte.

Este profetismo tendrá que ser muy inteligente, pacífico, discreto, pero consistente. Tenaz, disciplinado. Capaz de razonar ordenadamente y explicar las razones de lo razonable con infinita paciencia, pero también sin miedo y sin componendas (sin corrección política) Pensar trae consecuencias lo mismo que saber, ambas conllevan responsabilidad y un buen de ratos incómodos porque las tinieblas no aceptan a la luz (Jn 1,5)

El profeta tendrá que vencer el miedo,  en el Evangelio, el Señor en muchos momentos nos exhorta a no tener miedo, lo he dicho en otros escritos, lo dijo el Papa Juan Pablo II y lo ha repetido Papa Francisco.

Quizá nos falte confiar más en la Palabra de Dios que nos dice:



"...no desmayará ni se quebrará hasta implantar en la tierra el derecho, y su instrucción atenderán las islas."
Isaías 42,4



"Que él te libra de la red del cazador, de la peste funesta;
No temerás el terror de la noche, ni la saeta que de día vuela, ...
Aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu diestra, a ti no ha de alcanzarte.
No ha de alcanzarte el mal, ni la plaga se acercará a tu tienda;
pisarás sobre el león y la víbora, hollarás al leoncillo y al dragón.
Pues él se abraza a mí, yo he de librarle; le exaltaré, pues conoce mi nombre.
Me llamará y le responderé; estaré a su lado en la desgracia, le libraré y le glorificaré.
Sal  91, 3. 5. 7. 10. 13-15

El ladrón aprovecha la obscuridad y si no se le echa a tiempo se fortalecerá y luego sólo quedarán lamentos. Es tarde pero aún podemos encender la luz. (Mt 5, 14-16)

MEJORAM
18/06/18

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3 comentarios:

  1. No será fácil pero empecemos siendo profetas en el lugar que el Señor ha decidido que estemos y estemos dispuestos a llegar hasta donde Él quiera, el mundo necesita mucha luz llevemosle la luz de Cristo. Gracias por tus escritos me motivan a ser cada día mejor cristiana, a aprender y saber defender a mis hermanos y a mi Dios. Bendiciones!

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  2. Gracias a tí, ors por mí, yo oro por ti.

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