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lunes, 1 de octubre de 2018

BENDECIDOS Y BENDICIONES

BENDECIDOS Y BENDICIONES

Hace unos días tuvo lugar un congreso de la renovación carismática, los temas estuvieron relacionados con La Familia, cómo traer bendición a la familia, como sanar a la familia, etc., todo estuvo muy bien, muy interesante, se proporcionaron muy buenas referencias bíblicas, pero sobretodo y sin temor a equivocarme, considero que una de las cosas que más impacta e impactará siempre a los asistentes son los “testimonios”.

¿Testimonios? Hablemos de esto.

El Padre Darío Betancourt al igual que otros sacerdotes que nos han visitado tienen una larga lista de historias que avivan la fe de las personas, nos hacen glorificar y alabar al Señor y las creemos porque en el mismo lugar también somos testigos de muchos casos más que alargarán la lista, sin embargo el congreso dura dos días, los sacerdotes se irán a otras partes del mundo, contarán las mismas citas, las mismas historias por dos días y seguirán su paso y aquí  y en cada lugar se quedará la gente rodeada de la  misma gente, y, no nos extrañemos, se nos olvidarán las citas, probablemente los relatos no, pero sí mucho de lo esencial de los temas. No recordaremos mucho de las charlas puesto que duran aproximadamente una hora, el congreso dos días y nuestro límite para prestar atención es mucho más corto que eso, pero sí que recordaremos las experiencias.

Por cierto, las experiencias. Creo que todos recordaremos lo bien que la pasamos todo el día hablando del Rey de reyes y Señor de señores, los aplausos, los bailes, los abrazos, todo. Y seguramente, hablando de testimonios, recordaremos los malos testimonios.


Voy a contar dos cosas aparentemente sin importancia, que ocurrieron ahí y una más que me sucedió en otros dos lugares:

1. Durante un receso en el congreso, fui a comprar una rebanada de postre, sólo quedaba uno, lo estaban cortando en rebanadas, ya habíamos suficientes personas esperando, quedaba exacto para los que ya estábamos cuando de pronto una señora pasó por detrás del stand, y le pidió directamente a quien cortaba su rebanada.
2. Para el receso siguiente, podríamos pasar a encargar el usb con las charlas, había que anotarse en una lista, llegué en tercer lugar, pero hubo un pequeño detalle por ahí, el caso que de pronto ya había una larga fila gorda, desordenada, y yo que quedé como a la mitad de la nueva fila.

En otro lugar, hace unos dos años, estaba en la misa de graduación del colegio, y comenzó a llegar gente y “ganarnos” nuestros lugares donde ya estábamos sentados. No podías pararte cuando lo amerita la celebración porque de inmediato se sentaba alguien y te quedabas parado, tan grave que una persona pateó el contrabajo del colegio por meterse a los lugares del coro. Recuerdo que lo puse en las redes, y causó revuelo pues el pateador de contrabajos se enteró y quiso discutir.

Recientemente, este viernes 28 de septiembre, estaba en misa, había mucha gente, me aproximé a la fila para la comunión, pero al llegar a un lugar una persona salió para formarse, le cedí el paso y el a su vez a la gente de su fila, pues en eso estaba cuando una señora nos pasó a todos, y esto no es primera vez que lo observo.

En esa misma misa, el sacerdote que estaba recibiendo la rectoría habló sobre ser bendición para los demás, y es que es curioso que quisiéramos saber cómo “atraer” las bendiciones del Señor, mientras al mismo tiempo las quisiéramos todas para nosotros. Queremos que el Señor nos mire, nos toque, nos sane, pero si se pudiera, probablemente pasaríamos por encima de todos y le pediríamos que nos ayude única y exclusivamente a nosotros.

Nos encantan los testimonios pero no nos detenemos mucho en darlo.

Vamos a misa, nos deseamos la paz, pero al salir, en el estacionamiento queremos ser los primeros en salir, sonamos al claxon si alguien se opone u obstaculiza esta pretensión.

Me hizo mucha gracia ver las caras de las personas cuando sugerí hacer una sola fila, ordenada, como cristianos, me voltearon a ver con sorpresa. ¿Qué cita dirá que hay que ser ordenado para atraer la bendición?

Esto, no me mal interpreten, no es una crítica al congreso de sanación y mucho menos a la Renovación Carismática, es una crítica a todos los que nos decimos cristianos que queremos que el testimonio lo den otros y nos cuenten cómo les fue si les fue bien, si no, mejor no. Es una crítica a la incongruencia.

¿Por qué conformarse con desear, pedir, implorar y hasta acaparar todas las bendiciones de Dios cuando podrías ser tú mismo(a) una bendición?

MEJORAM
01/10/18

2 comentarios:

  1. Me encantó esta reflexión, y es que a veces la gente no se da cuenta de esos pequeños detalles y siempre quieren ser primero en todo, creo que también influye mucho en estas conductas el individualismo al que estamos siendo inducidos por el mundo,pero hay que vigilar siempre hasta la mínima acción si de verdad buscamos el Reino de Dios, cuidar que todo sea para su Gloria. Gracias por compartir!

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  2. Exactamente me ha tocado ser revasado de la fila y quedo con esto la delicada linea entre la gracia de recibir y la desgracia de dar un antitestimonio. Saludos

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