ENTRE LA INDIFERENCIA Y LA MEDIOCRIDAD

 ENTRE LA INDIFERENCIA Y LA MEDIOCRIDAD

"Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!" Ap 3,15

  Recomiendo antes de leer, pedir al Espíritu Santo, nos ayude a no dejar pasar esta reflexión, que antes de leer comience a llenarnos de su calor que nos enfervorice sacándonos del entumecimiento, haciéndonos diligentes. 

   No cabe duda, que somos muy complicados los seres humanos, siempre excusándonos, victimizándonos y al mismo tiempo huyendo de la felicidad. 

   Nuestra terquedad no aparece en los récords Guiness porque no es práctico actualizarlos un millón de veces cada millonésima de segundo. 

 Hemos perseverado, gracias a Dios, leyendo la Sagrada Escritura, aunque cada vez menos personas, pero lo hemos hecho y no deja de maravillarnos lo que ahí hemos encontrado. Entre otras cosas, una actitud que resulta un verdadero enigma para mí, al mismo tiempo que me explica mucho sobre mí mismo y por breves instantes me hace que yo mismo me resulte autoincomprensible para que al instante siguiente recuerde que ahí está siempre la concupiscencia. La actitud de que hablo es aquella de dar cumplimiento al aspecto negativo de la profecía, no sé si así como lo dije es correcto o comprensible de modo que intentaré decirlo también de otro  modo con la esperanza de que ambas maneras me ayuden a expresarme. 

La profecía en la Biblia no es una sentencia irrevocable sino una invitación a corregirse. Véase el libro de Jonás, también 1 Re 21, especialmente prestemos atención a lo que ocurre a partir del versículo 27, o lo que ocurrió en 2a Sam 12 y prestar atención a partir del versículo 13...

En las citas anteriores vemos personas que ante la profecía enderezan el camino, sin embargo prácticamente la historia del pueblo judío y mi propia historia está más bien saturada del caso contrario. 

¿Alguna vez se han preguntado por qué Pedro terminó cumpliendo la profecía de que negaría a su Maestro antes de que el gallo cante? ¿No pudo estar pendiente y evitar que ocurra? 

Si dedicásemos tiempo a leer la Sagrada Escritura, cuántas advertencias conoceríamos y encontraríamos también a cuántas vivimos dando cumplimiento. 

No queda ahí la cosa, sino que también hay numerosos testimonios de cómo una vez que una comunidad se ha obstinado en rechazar a Dios, termina recibiendo lo que desea, es decir, por lo que "ha luchado" (o dejado de lado). Cfr  Gen 19,26; Ex 7,13.22; 8,11.15.28; 9,7.12; 10,20.27; 11,10; Deu 2,39; Jos 11,20; Lam 3,65; Is 63,17; Sal 81,12; Jn 12,40;  Ro 1, 26-32; 11,25; 2a Cro 36,13

 Debo hacer algo para que no me pase que viendo no vea y oyendo no entienda ni  siquiera porque se me habla en parábolas. Pero ¿cómo corregiré el camino si me muevo entre la indiferencia, la apatía y la mediocridad? Cómo me tortura la idea de no ser hallado digno y aún así no lograr ser ni siquiera el 0.5% de lo que debo y aspiro ser. 

Hay ocasiones, demasiadas en que me he sentido fatigado de ser una voz en el desierto, en la zona del silencio donde ni siquiera yo mismo soy capaz de escuchar mi propia voz. Me siento tentado a callar y no decir nada ya nunca más. Pero no lo hago porque aunque sea a mí me aqueja, me incomodo a mí mismo,  como cuchillo de palo. 

 En este tiempo que el Señor me ha permitido, creo yo, espero, servirle, también me ha dado a conocer que esto no me pasa solo a mí, somos muchos a quienes nos aterra la posibilidad de escuchar estas palabras directamente de los labios del Señor:

"Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca."  Ap 3,16

"Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!""  Mt 7,23

Sin embargo muchas veces esta preocupación se queda ahí sin llevarnos a verdaderamente ocuparnos, en parte porque olvidamos que las profecías son «invitaciones a corregir el camino»

Me temo que a nuestra complejidad e ignorancia de lo anteriormente dicho, habrá que agregar el daño causado por el buenísmo, que nos anestesia la conciencia con la certeza de que al morir seremos "un angelito más en el cielo", "otra luz en el firmamento", volaremos alto cual campeones, como los "mejores guerreros", y todo el mundo dirá: "ya descansó".  Pues, lo siento "Esperancitos" por única ocasión les mostraré un rostro que olvidamos y vale la pena grabarse muy firme en la mente:

 "Llegándose también el que había recibido un talento dijo: "Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste." Mt 25,24

Dios no es "duro" sino Justo, tan Justo como Misericordioso, *TAN* Justo como Misericordioso, *TAN* Justo como Misericordioso. Ni más, ni menos.

¿Y qué es lo que haremos en adelante, lo mismo que el hombre de la parábola? Es muy probable, más no es obligación.

 "..."Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo." 

Mas su señor le respondió: "Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses.

Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos.

Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.

Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes."" Mateo 25,25-30

 Pasaré un año, una semana, un día más siendo indiferentes o lamentando nuestra falta de compromiso y así pasará el resto de nuestras vidas ¿Por qué? Porque podemos y la santidad de Dios no nos fuerzan a salir de la zona de confort, total nuestras excusas las sabemos muy bien y hasta nos hemos convencido muchas veces de que no lo son porque primero es lo primero y primero es lo importante y Dios para la mayoría de bautizados, es importante en teoría más no en la práctica. 

Recuerden que me he estado hablando a mí mismo, no es necesario ofenderse ni defenderse, me lo he dicho a mí y si a alguien le sirve para salir de la mediocridad, Gloria a Dios y a Él sean dadas las gracias y si no, pues como ya es costumbre, pasando de esto y de lo que incomoda.

¿Y cómo salir de esto? ¿Cómo dejar de ser parte de la profecía autocumplida? Ah, oración, mucha oración: 

 "Entonces les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo.»...

Viene entonces donde los discípulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «¿Conque no habéis podido velar una hora conmigo?...

Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.» Mt 26, 38.40-31

Pedro, a pesar de la advertencia, no veló ni oró y al final, cumplió la profecía, lo bueno es que desde entonces aprendió muy bien la lección:

  "Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar.

Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos que están en el mundo soportan los mismos sufrimientos.

El Dios de toda gracia, el que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo, después de breves sufrimientos, os restablecerá, afianzará, robustecerá y os consolidará." I Pedro 5,8-10

MEJÓRAM

27/08/2022

¿Me invitas a un refresco o un café? Me sigo encomendando a la Divina Providencia manifestada a través del cariño generoso de ustedes, este mes generalmente es muy difícil por las vacaciones de mis alumnos. Gracias por todo.

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