David, Goliat, la piedra y la Fe en Dios.
¿YA VIERON A ESE GRANDOTE?¿
POR QUÉ NADIE HACE NADA?
Un martes, hace algunas semanas, estábamos en la oración cuando pensaba en buscar una cita bíblica para reflexionar con el grupo, pensando un poco acerca del compromiso y un poco en la confianza, no tuve qué buscar nada, porque nada más abrir la Biblia justo estaba en el pasaje de David y Goliat, no lo transcribiré para no alargar el escrito, pero a cambio les dejo la cita, 1a Sam 17, les espero mientras van a leer.
Llama la atención en primer lugar que Goliat era un auténtico monstruo, una mole de dimensiones exorbitantes y el peso de sus armas y armadura ni qué decir (cfr. 1 Sam 17,5) por lo que el miedo que infundía era en cierto sentido "comprensible" (y en realidad, como veremos un poco más adelante, no tanto).
Nos dice el texto que, el gigante, cada día salía y blasfemaba contra Dios y el pueblo de Israel, que ante la amenaza diariamente temblaba de miedo.
Cuando David, enviado por su padre para averiguar sobre sus hermanos, llega al campamento, se sorprende al ver a ese grandote que blasfemaba y que nadie hacía nada.
¿Cómo es que están los mejores guerreros ahí y nadie repara en aquel monstruo que blasfemaba contra Dios y su pueblo?
Conocemos lo que ocurrió, David siendo un pastor, no adiestrado para la guerra, físicamente el menos indicado para enfrentar al gigante. El rey pretende prestarle su espada y armadura pero David no está cómodo con tanto peso y decide ir por el gigante armado con una honda, una piedra redonda y sobretodo, la razón de este escrito: Fe puesta en Dios.
Hoy hay un gigante, mucho más enorme y con mucho más poder que aquel filisteo. Las armas del gigante también pesan demasiado: controlan todo el dinero del mundo, los medios de "comunicación", las redes sociales, la opinión pública, la salud, la alimentación, etcétera y aún no rinden cuentas ante nadie.
- ¿Y el pueblo de Dios?
Bueno, hay demasiadas fracciones, la mayoría duerme plácidamente, ignoran los peligros que le circundan, cómodamente "disfrutan" haber perdido o cedido su libertad a una pantalla, la que sea o incluso varias al mismo tiempo.
Otra fracción, ha sido seducida por la apariencia y por ella ha sacrificado su capacidad de reflexión, de pensar por sí misma y ha dejado la tarea a los medios de manipulación mediática, pero eso sí, con la grata sensación de ser «libre pensadores» y al mismo tiempo «bienpensantes».
Hay un pequeño grupo que se ha dado cuenta ya, por fin, de que algo o mucho, no está bien y para no hacerse mala sangre y no estresarse prefiere voltear la mirada, evitar cualquier publicación que denuncie la realidad.
Hay también un grupo que se ha dado cuenta, ha despertado pero tiene miedo, el gigante es demasiado grande comparado con su fe. Nada extraño cuando su "fe" es únicamente un supuesto que se "deduce" quizá inconscientemente porque "cumple" con un mínimo de prácticas religiosas de las que ni comprende ni saca ningún provecho.
Hay un grupo, rancio, acedo, apestoso que aparentan piedad y compromiso con Cristo y la iglesia pero que en realidad han pactado ya consciente o inconscientemente con el gigante. Inconscientemente siendo funcionales a los planes del gigante por una evangelización escasa, defectuosa o de plano nula. Conscientemente haciéndola de quintas columnas, infiltrados entre el pueblo y en puestos clave.
¿Y por qué lo llamo rancio, acedo y apestoso? Porque estoy hablando del progresismo, que con base en eufemismos trata de imponer un buenismo que si lo pensamos bien y lo analizamos por sus consecuencias, resulta diabólico de modo que rancio, acedo y apestoso hasta parecen halagos.
El gigante de nuestra época, pretende imponerse en la escuela, en la televisión, en el arte (hamparte), en todo. Blasfema contra Dios y su pueblo, como Goliat. Pretende pervertir a nuestros hijos y atenta contra nuestras tradiciones como quiso hacer Antíoco en tiempo de los macabeos.
Mientras escribo, sigo encontrando comentarios y publicaciones super progres de supuestos "católicos" y he de confesar que descubro que soy cada vez más intolerante con el progresismo, pero, aclaro, que puedo ser paciente con aquellos progres que no se dicen católicos, pero con aquellos que dicen serlo pero no sólo no alumbran sino que oscurecen, me cuesta un montón.
Pues no puedo evitar preguntarme para quién trabajan. Y mucho menos puedo evitar pensar que trabajan para el enemigo.
Que probablemente sea gente de buena voluntad, quizá, que yo también fui progre alguna vez, es cierto, que probablemente aún tenga ideas progres, es posible, espero que no, pero no me extrañaría. La diferencia es que me he dejado cuestionar y he hecho mi parte: investigar y sobretodo sustentar lo que creo con la Sagrada Escritura, Tradición y Magisterio.
Como van las cosas, no es de extrañar no sólo que no haya fe suficiente para enfrentar al gigante, sino que, peor aún, cada vez haya más "católicos" que empiecen a ver como malo a David y como bueno a Goliat pues a tal grado ha infectado a los creyentes el buenísmo que no sería nada raro que primero empiecen a buscar, no sé con qué fin, un punto medio entre David y Goliat, luego que con falsa caridad alguien comience a pedir misericordia para Goliat y a acusar de fariseo a David.
El mal, NO SE TOLERA, es necesario y ahora hasta urgente, oponersele, prestarle resistencia y acabarlo. Y se necesita la participación de todos.
Hay todavía una fracción menor, de gente no sólo preparada, sino también consciente de lo que ocurre, pero que se deja intimidar, son los guerreros que están realmente preparados para la batalla con la triste excepción de que le falta fe o quizá humildad para reconocer que es Dios quien puede vencer al gigante y no uno mismo con cientos de cursos de algo.
Basta de cobardía, indiferencia y apatía. El gigante está acabando con NUESTRA DESCENDENCIA (aborto, anticoncepción, promoción del su1c1d10 asistido, ideología de degenere que redundará en depresión que los llevará a más su1c1d10) y cuando no la acabe por lo menos la pervertirá ¿ Qué clase de cobardía se necesita para que en lugar de oponernos pactemos con el enemigo?
Dios nos conceda, oremos por eso, que cada día se multiplique el número de verdaderos creyentes, esos que todo le creen y todo lo esperan de Dios, dispuestos a poner su piedrita acompañada de fe. El gigante está vencido, sólo falta que vayamos por la victoria. Él lo sabe y solo intenta causar el mayor daño posible en lo que se manifiesta su derrota definitiva. No tardemos más en reaccionar.
MEJÓRAM
16/jul/- 19/Sep/2023
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