DISCERNIR, DISCERNIR, DISCERNIR
Este escrito aunque está inspirado en una conversación sobre política me gustaría que pudiéramos sacar provecho para otras áreas de nuestras vidas y no nos quedemos con una interpretación literal.
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Ante la interesante insistencia de una hermana en Cristo para que yo discierna, y que pareciera que por discernir si estuviera refiriendo a que debo llegar a la conclusión de que tengo que apoyar a XG en vez de EV, he creído necesario hablar sobre el Discernimiento.
Debo aclarar para quien no trata frecuentemente conmigo, que, y esto lo podrían verificar con cualquiera de mis hermanos (as) de oración, un tema que ocupa mi preocupación constante es precisamente el que hemos mencionado.
Soy consciente y me gustaría que todos lo seamos, que estamos en una continua batalla espiritual. Es una guerra que se está librando precisamente en el intelecto, que en demasiadas ocasiones termina saltando al plano físico en forma de violencia y muerte pero cuyos efectos son espirituales porque finalmente la consecuencia será la salvación o en su defecto, condenación eterna.
Intelectualmente hablando, el enemigo, el lado vencido, utiliza como armas la mentira, el engaño, las ideologías, las falacias y sofismas. Las cuales se instalan fácilmente en un pueblo emocionalmente afectado por el resentimiento, la envidia y entre otras cosas por la desesperanza aprendida.
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Por esto, llevo muchos años insistiendo con el grupo de oración en que pidamos al Señor tener Discernimiento, uno muy afinado, capaz de desenmascarar al engañador donde sea y en la forma que se encuentre. El mismo tiempo llevo pidiendo al Señor nos lo conceda a todos los del grupo. No soy nadie para creer que no me escuche y por si fuera poco noto por los comentarios y participaciones en nuestras pláticas cómo en algunas personas ya se ha agudizado esta capacidad.
También es importante decir que cuando digo discernimiento en el diálogo con mis hermanos de oración como cuando lo pido en oración, no me refiero solo a un tipo de discernimiento. Sino la capacidad de utilizar distintos tipos del mismo.
Además de orar he investigado, incluso me he asesorado con mi director espiritual, de modo que mi discernimiento no esté sesgado, o incluso reducido a una mera opinión sino la medida de lo posible se trate o fundamente en certezas.
Considero que también para evitar cualquier clase de confusión es importante mencionar que llevo mucho tiempo sin leer revelaciones privadas, porque pronto entendí que el mensaje se puede resumir en la urgencia de conversión, ayuno y oración. Las revelaciones privadas es necesario discernirlas, lo cual es competencia de la Iglesia y aquí ocurre un primer lamentable error, algunas personas reducen el discernimiento a preguntarse ¿Qué nos quiso decir (El Señor o la Santísima Virgen, etcétera)? Olvidando que primero había que discernir si era realmente el Señor o la Santísima Virgen, basta leer vidas de Santos para comprobar que esto no es para nada descabellado.
No es necesario recurrir a revelaciones privadas para darnos cuenta que todo el ambiente es anticristiano y por lo tanto se necesita conversión, ayuno y oración, porque en esta batalla que ya hemos mencionado, el enemigo tiene en su poder los medios de comunicación, los bancos del mundo, la maquinaria política, la educación, las "artes" (hampartes) y que los que deberíamos estarnos oponiendo, no tenemos ni la formación y tristemente tampoco la fe necesaria. No creo exagerar cuando digo que la mayoría ha apostatado de la fe con su indiferencia y sin necesidad de que su vida se vea amenazada como ocurre en medio oriente o china por ejemplo y en esto la ignorancia que muchas veces es culpable por la indiferencia antes mencionada y doblemente culpable, porque siendo vencible ya que la información está a un click de distancia, no la vencemos por apatía.
Necesitamos efectivamente, conversión, ayuno y oración. Y es necesario comprender dentro de la conversión, las tres dimensiones de nuestra vida espiritual: purificación, iluminación y unión. Y comprender que la iluminación en su forma activa implica nuestro esfuerzo por conocer nuestra fe y sobre todo al Señor.
Es comprensible que no tenga fe aquel que no conoce la historia de Moisés liberando al pueblo de Israel de las manos del faraón, o la historia de Esther, o tantas historias contenidas en la Sagrada Escritura y de manera especial la de los Macabeos.
El rey Antíoco Epifanes, se propuso acabar con las costumbres del pueblo judío. Muchos del pueblo, así como hoy, fueron incapaces de mantenerse fieles al Señor. Desconozco si alguno argumentaba, que el rey no era un profeta, o un sacerdote y por lo tanto no tenía la obligación de tener valores o representar los valores de nadie. Y como el rey Antíoco ya había profanado el templo, probablemente esta gente simplemente se resignó y no pensó en ofrecer reparaciones, pedir ayuda al Dios que ya habían abandonado y mucho menos en resistir. Pero muchos prefirieron morir qué traicionar su fe. Entre estos, hubo una familia, la de Matatías:
"Matatías y sus hijos rasgaron sus vestidos, se vistieron de sayal y se entregaron a un profundo dolor." I Macabeos 2,14
Además, la familia de Matatías se opuso a las injusticias del Rey y Dios, contra toda probabilidad y contra toda lógica o apariencia, les dió la victoria.
Luego entonces ante la triple insistencia de discernir, me he hecho estas preguntas:
¿Podría el Espíritu Santo invitarme a desconfiar de Dios y poner la confianza solamente en la probabilidad?
¿Es correcto tener fe y/o hacer el bien únicamente cuando se tiene asegurado el éxito?
¿Tenía razón Maquiavelo en que el fin justifica los medios?
¿Está la "estrategia" por encima de la fe?
¿Se tiene fe si se elije la estrategia en su lugar? ¿Se puede hablar de fe verdadera?
Si elijo el mal menor porque tiene más posibilidad que el bien ¿Hice bien o me opuse al bien?
¿Qué lógica es esa de "el bien no va a ganar votaré en contra"? ¿Es posible que este pensamiento sea inspirado por el Espíritu Santo?
Si Dios es el mismo ayer, hoy y siempre ¿Por qué hoy no podría ayudarnos? Pienso que por falta de fe, pero entonces ¿Por qué elegir no tenerla?
Precisamente en la historia de los Macabeos, es la facción que no tiene fe la que no presentó resistencia y no fue capaz de defender sus valores ni sus tradiciones.
Cuanto daño puede hacer una insuficiente formación de la conciencia ya que se es culpable de hacer el mal, aunque todos lo hagan y el bien debe hacerse aunque nadie lo vea. Esto es algo que debe tomarse en cuenta a la hora de discernir y no las probabilidades. Quien no forma su conciencia o no es capaz de vivir conforme a ella se encuentra en grave peligro y doble. Porque los poderosos del mundo están sedientos de sangre, de no natos, de niños, jóvenes, adultos y ancianos. Su voracidad no hace distinciones. Por lo tanto sin resistencia, se podrá perder esta vida, la del cuerpo. Pero traicionando la conciencia se podrá perder también la vida eterna.
Se fiel, mantente fiel, se firme, se valiente, ten fe y no serás defraudado.
P. D. ¡No tengas miedo!
¡FIAT VOLUNTAS TUA!
MEJÓRAM
16/09/2023
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