CREZCAMOS EN LA CONFIANZA

CREZCAMOS EN LA CONFIANZA

En la lectura del evangelio de ayer sábado 02 de Mayo, de San Juan 14, 7-14, dice Jesús: “Les aseguro que el cree en mi hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes  me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.”

Pero ¿qué significa pedir algo en Su Nombre?
El Evangelio de hoy domingo nos responde: “Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.”

Puse por título a esta reflexión “Crezcamos en la confianza” porque hoy (como siempre) el panorama religioso no pinta muy bien, especialmente para quien no conoce la historia de la Iglesia, la cual desde su inicio ha sido perseguida, nuestro mismo fundador Jesucristo fue crucificado y nos aseguró que pasaría lo mismo con sus seguidores y nos invitó a confiar en que Él había vencido al mundo (Jn 16,32-33)
La Iglesia es perseguida, pero nunca será vencida (Mt 16,18), los problemas que hoy nos afectan, son en parte diferentes y en parte los mismos que desde el comienzo, pero la promesa de Jesús es clara.
Regreso al título de nuestra reflexión y a las citas del Evangelio de ayer y de hoy, Jesús asegura que si pedimos en su Nombre nos concederá lo que queramos.
Hemos aclarado que según lo que Jesús mismo nos dice, pedir en Su Nombre significa permanecer unido a Él, es decir cumplir los mandamientos, vivir como Él, ser otro Jesús.
Sin embargo en la práctica, es muy triste encontrar que no todos hacen oración, especialmente es triste cuando ni siquiera los coordinadores de grupos apostólicos la hacen por “falta de tiempo”.
También es triste cuando algunas personas no soportan que los demás oren pidiendo a Jesús y catalogan esta actitud como “pensamiento mágico de la oración”.
Por supuesto que hay que formar a la gente para que pase de una fe poco formada a una fe más madura, aunque para mí que una fe más madura es una que te lleva a una confianza mayor.
Sabemos que el pecado original es en gran parte el querer “independizarnos de Dios”, querer nosotros decidir qué es lo bueno y qué lo malo sin una “autoridad” que nos “imponga” sus leyes, aunque esas leyes no sean imposición y sí sean realmente liberadoras.
La solución a nuestros problemas sociales, familiares y personales, está en ponernos en manos de Dios y abandonarnos a su Amor. San Ignacio diría “«Actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo que en realidad todo depende de Dios» (cf. Pedro de Ribadeneira, Vida de san Ignacio de Loyola).
Es decir, pedir a Dios con confianza, pedir constantemente su gracia, pero también pedir milagros como  la conversión de un familiar o un amigo o su curación física, no tiene que ser un pensamiento mágico y menos cuando Jesús mismo nos dijo que pidiéramos lo que quisiéramos.
En cambio me parece que fácilmente podría usarse este argumento del pensamiento mágico para ocultar la falta de fe en que Dios pudiera o quisiera intervenir en mis asuntos. En contra de esta actitud tenemos toda la historia de la salvación, que es una de intervenciones divinas en la historia humana.
Otra forma en la que en ocasiones (no digo que esté mal o que siempre sea así) tratamos de disimular esta falta de confianza  cuando le añadimos a nuestras peticiones la frase: “si es tu voluntad”. Por supuesto que le pongas o no la frase al final, se hará la voluntad de Dios, pero me parece que  se la ponemos (en ocasiones, repito) por “si las moscas”, por si no sucede. Contra esta postura está la intercesión de Abraham: Gn 18, 22-33 y Lucas 17,6 : El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: "Arráncate y plántate en el mar", y os habría obedecido.», Jesús no dice: “si es la voluntad del Padre” y tampoco dice: “si me pidieran que lo arranque”, dice : “habríais dicho…”
No es que uno que tenga fe, tenga poderes mágicos al margen de Dios, sino que la confianza, total, absoluta en Dios tiene consecuencias como las que se mencionan en Marcos 16,17
Quien permanece unido a Jesús, la Vid verdadera todo lo puede, para quien por el contrario vive separado de Él NADA es posible.
Tampoco se trata de poner al final de nuestra oración: “te lo pedimos en Nombre de Jesús” y ya, en Nombre de Jesús es vivir como él, haciendo la voluntad del Padre y quien vive así pide lo que quiere y lo obtiene, aclarando que lo que quiere es precisamente la Voluntad del Padre, no cualquier cosa, como si pudiéramos pedir hasta lo malo, no, pide lo que quiere, pero quien vive en Cristo, quiere lo que el Padre quiere.

Recomiendo leer Santiago 1, 2-8


"Pero que la pida con fe, sin vacilar; porque el que vacila es semejante al oleaje del mar, movido por el viento y llevado de una a otra parte.
Que no piense recibir cosa alguna del Señor un hombre como éste,..."
Santiago 1,6-7


AMÉN

MEJORAM

 03 /Abril /15

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